Los niveles educativos y los resultados en materia de empleo de los adultos jóvenes, quienes corren un mayor riesgo de quedarse rezagados, están mejorando, de acuerdo al Panorama de la Educación de la OCDE 2024. Sin embargo, los sistemas educativos pueden adaptarse aún más para mejorar los resultados de todos los grupos, incluyendo a las niñas, las mujeres y los estudiantes de bajos ingresos.
Desde 2016, en los países de la OCDE, la proporción de jóvenes de 25 a 34 años con educación secundaria superior ha aumentado del 83% al 86% mientras que la proporción de jóvenes de 18 a 24 años que no participan en ninguna forma de empleo, educación o formación ha disminuido, en promedio, del 16% al 14%. Las oportunidades de empleo también han mejorado: la tasa de empleo de los jóvenes de 25 a 34 años sin un certificado de secundaria superior aumentó del 59% al 61%, mientras que la de los que han obtenido un título de educación secundaria superior o postsecundaria no terciaria ha aumentado del 76% al 79%.
Estas tendencias positivas se explican por el hecho de que los jóvenes de 18 a 24 años estudian durante más tiempo y por el dinamismo del mercado laboral. Esto no significa que los resultados educativos hayan progresado uniformemente, pues los últimos resultados del Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA) de la OCDE mostraron un retroceso para muchos grupos de estudiantes. Según el informe, el desajuste entre la oferta y la demanda de cualificaciones sigue siendo un problema en el mercado laboral para todos los niveles de cualificación.
"Aunque el nivel de estudios y los resultados en materia de empleo han mejorado en muchos países de la OCDE, las conclusiones del informe de este año muestran que sigue habiendo retos. Al mejorar el acceso a la educación y su calidad, los países pueden movilizar el potencial desaprovechado de los grupos infrarrepresentados en beneficio de sus sociedades y economías. También pueden contribuir a garantizar que los estudiantes de hogares vulnerables puedan equipararse con los demás y adquirir las herramientas y competencias necesarias para adaptarse a las necesidades cambiantes del mercado laboral", declaró Mathias Cormann, Secretario General de la OCDE. "Nuestra última edición de Panorama de la Educación provee recomendaciones dirigidas a los responsables de las políticas públicas para que promuevan la igualdad de oportunidades en la educación, mejorando el acceso a servicios educativos de calidad para la primera infancia, abordando la escasez de maestros y adaptando mejor los sistemas educativos a las necesidades del mercado laboral".
Aunque las mujeres obtienen mejores resultados que los hombres en la educación, esto no se traduce en perspectivas similares de empleo
El informe muestra que las chicas y las mujeres siguen obteniendo mejores resultados que los chicos y los hombres en la mayoría de los indicadores educativos disponibles, tales como los resultados de los exámenes, los porcentajes de repetición y los índices de finalización de los estudios, tanto en la enseñanza secundaria superior como en la terciaria. En general, las chicas consiguen mejores resultados en las evaluaciones normalizadas y tienen un 28% menos de probabilidades que los chicos de repetir curso en primaria y en el primer ciclo de secundaria. En la enseñanza secundaria superior y terciaria, tienen más probabilidades de completar con éxito sus estudios en todos los países para los que se dispone de datos, y la diferencia entre ambos géneros supera a menudo los 10 puntos porcentuales.
Sin embargo, a pesar de su mayor nivel educativo, las mujeres jóvenes siguen estando en clara desventaja en el mercado laboral. La brecha es especialmente amplia en el caso de las mujeres que no han completado la educación secundaria superior; la tasa de empleo (47%) de las mujeres de 25 a 34 años sin titulación secundaria superior es 25 puntos inferior a la de sus homólogos hombres. El 84% de las mujeres jóvenes con estudios terciarios tienen un empleo, 6 puntos porcentuales menos que los hombres con titulaciones similares.
Mejorar la igualdad de oportunidades desde la edad temprana es fundamental para crear condiciones equitativas en la educación, sobre todo para las familias de bajos ingresos
El informe también concluye que los niños de familias de bajos ingresos tienen, por término medio, 16 puntos porcentuales menos de probabilidades de asistir a centros de educación y atención a la primera infancia antes de los 3 años. En la enseñanza primaria y secundaria, los alumnos procedentes de entornos socioeconómicos desfavorecidos obtienen peores resultados en las evaluaciones estandarizadas
Esta desventaja temprana persiste en todos los ciclos educativos y repercute en el nivel académico. Los alumnos cuyos padres tienen un nivel educativo inferior a la educación secundaria superior tienen 17 puntos menos de probabilidades de completar con éxito sus estudios que sus compañeros cuyos padres tienen estudios terciarios, y la diferencia se eleva a 19 puntos en el caso de los que ingresan en la educación terciaria.
Mientras que el 72% de los adultos con al menos un progenitor con titulación terciaria también tienen una titulación terciaria, este es el caso de únicamente el 19% de aquellos cuyos padres no han completado la educación secundaria superior.
La educación en la primera infancia es esencial para garantizar un comienzo equitativo
El informe confirma que la educación en la primera infancia es clave para reducir el impacto del contexto familiar en las oportunidades educativas, ya que contribuye a reducir las diferencias de desarrollo entre los niños antes de que entren en la escuela primaria. Sin embargo, también señala que, en función del nivel de ingresos de las familias, existen disparidades en las oportunidades disponibles, tales como la capacidad de acceder a suficientes horas de guardería o tener cerca centros financiados con fondos públicos.
En la última década, 10 de los 38 países de la OCDE han disminuido la edad de inicio de la enseñanza obligatoria para incluir parte o la totalidad de la educación preescolar, que ahora es obligatoria en 17 países. Los gobiernos también conceden a la educación en la primera infancia un lugar cada vez más relevante en sus presupuestos: el gasto público en este ámbito, medido en porcentaje del producto interior bruto (PIB), aumentó un 9% entre 2015 y 2021, bastante más que en otros niveles educativos.
Las tasas de escolarización de los niños pequeños siguen aumentando en todos los grupos de edad. Como promedio de la OCDE, el 83% de los niños de tres a cinco años fueron matriculados en educación preescolar en 2022, frente al 79% en 2013. La tasa de matriculación de niños pequeños de familias con bajos ingresos está estrechamente vinculada a los niveles de financiamiento público y acceso gratuito, lo que pone en desventaja a los niños de familias pobres.
La escasez generalizada de profesores cualificados representa otro reto apremiante, ya que la contratación de docentes cualificados para sustituir a los que se jubilan o dimiten constituye actualmente un problema en la mayoría de los países. Al inicio del curso académico 2022/23, 18 de los 21 países para los que se dispone de datos se enfrentaban a una escasez de profesores y no habían podido cubrir todas las vacantes.
Sin embargo, los incentivos económicos por sí solos no bastan para atraer a candidatos motivados. A este respecto, es igualmente importante adoptar medidas integrales que incluyan un apoyo profesional suficiente y un gran reconocimiento público para los profesores de centros escolares desfavorecidos.
Panorama de la Educación es la fuente autorizada de información sobre el estado de la educación en todo el mundo. Ofrece a los responsables políticos datos para mejorar la eficacia de sus sistemas educativos, en particular datos sobre logros educativos, tasas de matriculación, financiamiento, resultados en materia de empleo, las condiciones de trabajo de los profesores y la organización de los sistemas educativos. La edición de 2024 se centra en particular en la equidad en la educación.
Para más información, los periodistas pueden ponerse en contacto con Lawrence Speer, de la Oficina de Comunicación de la OCDE (tel. + 33 1 45 24 97 00).
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