Aunque las perspectivas de la economía mundial han mejorado, esta es una recuperación fuera de lo común. Además, es probable que siga siendo desigual y dependa de la eficacia de los programas de vacunación y de las políticas de salud pública.
Algunos países se están recuperando mucho más rápido que otros. Corea y Estados Unidos están retornando a los niveles de vida anteriores a la pandemia unos 18 meses después. Se espera que gran parte de Europa tarde casi tres años en recuperarse. En el caso de México y Sudáfrica, podrían ser entre tres y cinco años.
A día de hoy, se espera que el crecimiento económico mundial alcance un 5,8% este año, una fuerte revisión al alza respecto a la proyección de las Perspectivas Económicas de diciembre de 2020, que era del 4,2% para 2021. Esta mejora se ha debido a la vacunación en muchas economías avanzadas, pero también al enorme estímulo fiscal en Estados Unidos. Se espera que el crecimiento del PIB mundial se sitúe en el 4,4% el próximo año, pero a finales de 2022 el ingreso mundial todavía seguirá siendo cerca de tres billones de dólares inferior a lo previsto antes de la crisis. Tres billones de dólares equivalen aproximadamente al tamaño de la economía francesa.
Los países que se han dado prisa en vacunar a su población contra la COVID-19 y que están logrando controlar las infecciones mediante estrategias de salud pública eficaces están registrando una recuperación económica más rápida. Las ofertas de empleo en Estados Unidos están repuntando, incluso en sectores como el turismo. Sin embargo, aunque las tasas de vacunación avanzan a buen ritmo en muchas economías avanzadas, los países pobres y emergentes se están quedando atrás. Mientras no estemos todos protegidos, nadie estará protegido.
Las diferencias entre países en la solidez de la recuperación económica se deben al grado de apoyo gubernamental a trabajadores y empresas vulnerables, al grado de dependencia de distintos países de determinados sectores, como el turismo, y a las políticas de salud pública y vacunación. El comercio también está teniendo cierta influencia. Desde que comenzó la pandemia, los consumidores han gastado menos en servicios y más en bienes. El repunte del comercio de mercancías ha beneficiado a países muy implicados en las cadenas de suministro, especialmente de productos farmacéuticos, suministros médicos y material informático.
Existe el riesgo de que la pandemia cause un deterioro a largo plazo de las perspectivas laborales y los niveles de vida de muchas personas. Los gobiernos deben utilizar todos los recursos necesarios para acelerar la vacunación en todo el mundo, invertir en la transformación digital y sostenible, así como mantener el apoyo focalizado en los ingresos de personas y empresas hasta que las economías puedan reabrir completamente.
Los progresos en la vacunación en las economías avanzadas y un apoyo público importante a personas y empresas están mejorando las perspectivas de la economía mundial.
La pandemia de COVID-19 sigue proyectando una larga sombra sobre las economías del mundo. El informe Perspectivas Económicas de la OCDE, Volumen 2021 Número 1, destaca la mejora de las perspectivas de la economía mundial gracias a la vacunación y a un mayor apoyo gubernamental, pero también señala que los progresos son desiguales en los distintos países y que existen riesgos y desafíos para lograr mantener y reforzar la recuperación.