Brasil respondió con rapidez a la crisis del COVID-19. El despliegue de medidas para proteger a los hogares, los trabajadores y las empresas más vulnerables ayudó considerablemente a limitar el deterioro de la economía. En 2020, Brasil creó uno de los mayores programas de transferencias monetarias del mundo (Ayuda de Emergencia), al tiempo que amplió los programas existentes de transferencias monetarias condicionadas (Programa Bolsa Família) y visitas a hogares para el desarrollo en la primera infancia (Criança Feliz). Adicionalmente, Brasil puso en marcha un programa de adquisición de alimentos (Programa de Adquisiçao de Alimentos) para fomentar y sostener la producción de los pequeños agricultores, y apoyo a las poblaciones vulnerables mediante el sistema de asistencia social. En cuanto a los trabajadores y las empresas, Brasil ejecutó el mayor programa de mantenimiento de ingresos y conservación del empleo jamás desplegado en el país (Programa de Emergencia de Mantenimiento del Empleo y la Renta). El programa, dirigido en particular a las pequeñas y medianas empresas, permitía suspender los contratos en lugar de resolverlos, al tiempo que los trabajadores recibían el equivalente al seguro de desempleo.
De cara al futuro, Brasil seguirá una agenda de reformas estructurales cuyo objetivo es recuperar el balance fiscal, aumentar la productividad y preparar a los trabajadores y las empresas para hacer frente a las dificultades de la economía posterior a la pandemia. Las plataformas digitales ahora permiten a los ciudadanos examinar su situación laboral y obtener el seguro de desempleo. Por último, Brasil propuso reformas de gran envergadura, como la reforma de la administración pública, para reducir los costos salariales y mejorar la calidad de los servicios públicos, y la reforma fiscal, para reducir las complejidades de los sistemas tributarios actuales.
Los proyectos de cooperación internacional de Brasil dan prioridad al aumento de la competitividad del país, centrándose en las reformas del actual sistema tributario, el fomento de la competencia del mercado y una mayor apertura de la economía al comercio exterior. Fuera de la región de ALC, Brasil participa en programas internacionales de inmunización, como el Proyecto Acelerador de Vacunas, y colabora en la iniciativa de Acceso Mundial a las Vacunas contra el COVID-19 (COVAX). Adicionalmente, Brasil preside la Plataforma Biofuturo, una iniciativa internacional que tiene como objetivo promover una bioeconomía sostenible, entre otras cosas definiendo programas generales de recuperación económica tras el COVID-19. Por otro lado, las estrategias de cooperación de alto nivel de Brasil con la República Popular China, la India, España, el Reino Unido y los Estados Unidos han permitido al país obtener donaciones significativas para hacer frente al COVID-19 e impulsar su producción de vacunas. Por último, en el marco de la última fase (2020-2021) del programa de cooperación con la Unión Europea EUROsociAL+, el país recibió apoyo para la creación de nuevos servicios de orientación en medio de la pandemia. Dicho apoyo consistió en una serie de medidas de comunicación para asistir a la población vulnerable a través del Núcleo de Apoyo Contable y Fiscal.