Colombia ha asumido un papel de liderazgo en la acción climática en América Latina y el Caribe, comprometiéndose a reducir las emisiones en un 51% en comparación con los niveles de 2014 para 2030. Igualmente, el gobierno ha impulsado sus agendas ambientales y climáticas con medidas como la política de Crecimiento Verde de 2018, la Estrategia de Economía Circular de 2019, y la Ley de Transición Energética de 2021.
La energía renovable puede y desempeñará un papel vital para satisfacer los objetivos de economía verde de Colombia. El país tiene la suerte de tener un abundante potencial de recursos renovables que puede aumentar el acceso a energía asequible y confiable que beneficia a todos los ciudadanos y, al mismo tiempo, diversifica la combinación de energía la matriz energética del país para mejorar la seguridad energética. La energía renovable puede igualmente complementar la impresionante capacidad hidroeléctrica de Colombia, la cual se ve cada vez más afectada por los crecientes impactos del cambio climático.
Los proyectos de energía renovable, como los desarrollos solares y eólicos, ya han atraído un notable interés de los inversionistas desde las primeras subastas de electricidad renovable del país en el año 2019. La bioenergía se destaca como una oportunidad estratégica, aprovechando los residuos y desechos de las actividades agrícolas, industriales y municipales. Las soluciones de bioenergía pueden igualmente ayudar al logro de otros objetivos de política, como reducir la cantidad de desechos que van a los rellenos sanitarios de Colombia y aumentar la productividad general de la agroindustria del país.
Este informe respalda los esfuerzos para lograr las ambiciones de energía limpia del país a través de medidas que puedan fortalecer las oportunidades para el desarrollo de la bioenergía. El informe evalúa el entorno político actual para los proyectos de bioenergía, poniendo en relieve las barreras del mercado e identificando soluciones que pueden ayudar a aumentar la financiación y la inversión en estas oportunidades. El informe contiene también cinco estudios de caso sobre experiencias en otros países que pueden servir como ejemplos y lecciones aprendidas para avances similares en Colombia.
El trabajo realizado para elaborar esta publicación es el resultado del estrecho compromiso entre la OCDE y el gobierno de Colombia. Confío en que este esfuerzo colaborativo ayudará a implementar políticas nacionales que movilicen financiamiento e inversión en proyectos de bioenergía en Colombia. También espero que este informe sirva como punto de partida para los diálogos con otros países de América Latina y el Caribe para compartir experiencias y buenas prácticas sobre formas de desbloquear el financiamiento y la inversión para soluciones de energía limpia como la bioenergía.
Mathias Cormann
Secretary-General, OECD