Paraguay se ha fijado ambiciosos objetivos de desarrollo para 2030. Para lograrlos, tendrá que enfrentar dos grandes desafíos: reforzar las fuentes sostenibles de prosperidad económica y situar al país en una senda de desarrollo más inclusiva. Avanzar hacia una sociedad más inclusiva requerirá una agenda de reformas amplia y vigorosa. Primero, el sistema de salud del país requiere una reforma sistémica para ampliar su cobertura, reducir la vulnerabilidad de los paraguayos ante los riesgos en salud y aumentar la eficiencia en la provisión de servicios de salud. En segundo lugar, el sistema de protección social debe superar su fragmentación y ser más eficaz en la prestación de los servicios adecuados y las herramientas de gestión de riesgos a los ciudadanos de acuerdo con sus necesidades. En particular, el sistema de pensiones requiere reformas para aumentar su cobertura y ser más equitativo y más sostenible. Tercero, la calidad y la inclusividad del sistema de educación y capacitación deben fortalecerse para generar las habilidades que necesita la economía y brindar oportunidades a todos. Con base en el análisis y las recomendaciones realizadas en los Volúmenes 1 y 2 de este Estudio Multidimensional de País, este informe identifica áreas clave para la acción y presenta planes de acción específicos para iniciar la reforma. El informe también proporciona un cuadro de indicadores de monitoreo para respaldar la agenda de reforma en el país.
Estudio multidimensional de Paraguay
Abstract
Executive Summary
Paraguay ha experimentado un desarrollo dinámico desde principios de la década del 2000. El crecimiento ha sido fuerte, respaldado por un sólido marco de política macroeconómica, y ha permitido al país reducir la pobreza extrema del 12% al 4% entre 2010 y 2017. Al mismo tiempo, el bienestar de la población mejoró gracias a un mayor acceso a electricidad, saneamiento, educación y salud. Sin embargo, la desigualdad sigue siendo alta y persistente y el sistema de impuestos y beneficios del país solo disminuye la desigualdad en un 2%, una cifra baja según los estándares regionales y de la OCDE.
El país se ha fijado objetivos de desarrollo ambiciosos: el Plan Nacional de Desarrollo, adoptado en 2014, establece objetivos para que el país sea no solo más próspero, sino también más inclusivo, eficiente y transparente para 2030. Para lograr esos objetivos, tendrá que abordar dos desafíos principales: reforzar las fuentes de prosperidad económica sostenible y poner al país en un camino de desarrollo más inclusivo. Responder a estos desafíos requerirá una agenda de reformas amplia y vigorosa.
Para poner a Paraguay en un camino de desarrollo más inclusivo, el país tendrá que abordar tres problemas principales. Primero, debe rediseñar su sistema de salud para ampliar su cobertura, reducir la vulnerabilidad de los paraguayos ante los riesgos para la salud y aumentar la eficiencia del sistema de salud. En segundo lugar, el sistema de protección social necesita superar su fragmentación y ser más eficaz en la prestación de los servicios adecuados y las herramientas de gestión de riesgos a los ciudadanos de acuerdo con sus necesidades. En particular, el sistema de pensiones requiere reformas para aumentar su cobertura y ser más equitativo y más sostenible. Tercero, Paraguay debe fortalecer la calidad y la inclusión de su sistema de educación y capacitación para generar las habilidades que necesita la economía y brindar oportunidades a todos. Al hacerlo, el país puede romper la transmisión intergeneracional de la pobreza y la desigualdad.
Reformando el sistema de salud paraguayo
El sistema de salud paraguayo enfrenta grandes desafíos para lograr la cobertura universal en salud. Se enfrenta a una doble carga de enfermedad que resulta de un aumento de la prevalencia de enfermedades no transmisibles y de problemas no resueltos de enfermedades transmisibles, maternas, neonatales y nutricionales. Para poder hacer frente, el sistema necesita asegurar una financiación sostenible, garantizar un funcionamiento más eficiente y fortalecer su gobernanza. El país ha emprendido una serie de reformas para modernizar el sistema, sentando las bases para un nuevo enfoque de la prestación de atención de salud basada en la atención primaria. Sin embargo, no ha alterado significativamente las bases del sistema de salud y su fragmentación en múltiples subsistemas. Para poner en marcha la reforma sistémica necesaria, las áreas prioritarias de acción incluyen:
Establecer una visión compartida del sistema de salud que supere la fragmentación de la financiación y la prestación de servicios que caracteriza al sistema actual;
Asegurar una financiación sostenible para el sistema, diversificando las fuentes de financiación, pasando de los gastos de bolsillo a mecanismos que permitan una mayor proporción de fondos prepagos y una mayor mancomunación de fondos, al menos para contingencias clave;
Reducir la fragmentación integrando la prestación de servicios y mejorando el sistema de pago a los proveedores;
Hacer que la adquisición pública de medicamentos y suministros médicos sea más eficiente, para reducir costos y garantizar la disponibilidad y la asequibilidad de medicamentos e insumos de salud;
Definir un paquete de beneficios de salud que el Estado pueda garantizar a todos los ciudadanos y que sirva como base para una mejor regulación de los proveedores privados.
La reforma del sistema previsional como pilar de la refundación de la protección social en Paraguay
Paraguay ha progresado considerablemente en la reducción de la pobreza y en la mejora de las condiciones de vida. Para reforzar sus logros y continuar el desarrollo social, el país debe crear un sistema integral de protección social que pueda mejorar las condiciones de vida de las personas más vulnerables, ayudar a incluir a todos en el desarrollo económico del país y proporcionar herramientas vitales de gestión de riesgos para toda la población. El país ha comenzado a implementar un sistema de protección social con una visión holística, que responderá a los desafíos más amplios de gobernanza. El sistema de pensiones, como todo el sistema de protección social, enfrenta desafíos de cobertura, financiamiento y gobernanza. El sistema tiene una cobertura limitada, está muy fragmentado y algunos de sus segmentos no son financieramente sólidos. Las áreas prioritarias para la reforma del sistema de pensiones incluyen:
Implementar una estrategia para ampliar la cobertura como parte de una estrategia de formalización más amplia. Debería tratar de incluir a los trabajadores independientes y las categorías excluidas en el sistema general de seguridad social, y mejorar los incentivos para el registro y la contribución. La cobertura de la pensión social también debería seguir creciendo para llegar a su población objetivo.
Un sistema de pensiones más sostenible y más justo requiere reformas paramétricas para fortalecer el vínculo entre beneficios y contribuciones, para homogeneizar parámetros entre grupos y regímenes para mejorar la equidad y para garantizar la solidez financiera del sistema.
Avanzar hacia un sistema de pensiones multipilar más integrado mediante la racionalización de la gestión de pensiones, la integración de programas contributivos y no contributivos y el desarrollo de un pilar voluntario de ahorro de pensiones.
Establecer la regulación necesaria para los proveedores de pensiones y un organismo de supervisión para hacer cumplir estas regulaciones.
Reformando el sistema educativo para fomentar la inclusión y la empleabilidad
El acceso a la educación se ha expandido notablemente en los últimos años, pero los desafíos persisten. Primero, mejorar las tasas de cobertura y finalización, especialmente en educación preprimaria y secundaria y para ciertos grupos socioeconómicos. En segundo lugar, mejorar la calidad de los resultados del aprendizaje, lo que implica cambiar la forma en que se gestionan la formación y la profesión docente. Tercero, asegurar que tanto la capacitación general como la técnica se adapten mejor a la demanda de la economía. Las áreas prioritarias de acción incluyen:
Desarrollar un pacto nacional sobre educación que siente las bases para futuras reformas;
Ampliar la cobertura educativa, apoyar el acceso en áreas remotas y entre las personas desfavorecidas, expandir la educación preprimaria e implementar políticas para favorecer la retención escolar;
Mejorar el aprendizaje y la calidad de la educación al centrarse en la formación de los docentes y en las carreras profesionales y mejorar la medición de los resultados y el rendimiento;
Modernizar los planes de estudio basados en un marco nacional de calificaciones que respalde la empleabilidad y una gama más amplia de cursos de capacitación;
Fortalecer el sistema de educación y formación técnica y profesional (EFTP), estableciendo una institución gubernamental para coordinar a todos los interesados, mejorando los sistemas de garantía de calidad y diseñando rutas de formación orientadas al trabajo; y
Mejorar la correspondencia entre la oferta y la demanda de habilidades mejorando las políticas activas del mercado laboral, mejor información y orientación profesional para los estudiantes, vinculando la capacitación y el sector de producción, y desarrollando el sistema para analizar el mercado laboral y anticipar las necesidades.
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