La entidad de fiscalización superior (EFS) de México, la Auditoría Superior de la Federación, (ASF) es uno de los mejores ejemplos institucionales del compromiso de México con la transformación digital. Sus esfuerzos se alinean y, en muchos sentidos, van adelante de varios planes nacionales y tendencias más generales en México para construir un sistema de gobierno digital. Estas tendencias incluyen las iniciativas de gobierno completo de la Coordinación de Estrategia Digital Nacional de la Presidencia de la República, así como de la Secretaría de la Función Pública. En el ámbito de la rendición de cuentas y la integridad, las tendencias digitales también son visibles en las estrategias y esfuerzos del Sistema Nacional Anticorrupción (SNAC), que encabeza el desarrollo de la Plataforma Digital Nacional (PDN) para apoyar a los miembros del SNAC con nuevas tecnologías, metodologías, ciencia de datos e inteligencia artificial.
La ASF juega un papel clave en la conducción del SNAC y del Sistema Nacional de Fiscalización (SNF). Como tal, el éxito de la propia transformación digital de la ASF está ligado a estos sistemas más amplios. El programa de trabajo de la ASF para la transformación digital refleja el compromiso del liderazgo de proporcionar a sus auditores las herramientas y habilidades necesarias para sujetar efectivamente a rendición de cuentas a los actores gubernamentales en la era moderna. Al igual que muchas EFS, la inversión en infraestructura, arquitectura, bases de datos y capacidades para facilitar el trabajo de los auditores se ha convertido en un imperativo aún mayor para la ASF a raíz de la pandemia del COVID-19. Este contexto trajo, por un lado, nuevos desafíos para los auditores, como la auditoría remota, así como la necesidad de una identificación más eficaz y eficiente de los riesgos derivados del estímulo económico. Por otro lado, ha inspirado nuevas soluciones, incluidas innovaciones en torno a la digitalización, los datos y la analítica para salvaguardar la integridad.
Para respaldar estas soluciones, la OCDE revisó el uso de la analítica por parte de la ASF para detectar riesgos de integridad, dando continuidad a recomendaciones anteriores realizadas en el informe de 2017 El Sistema Nacional de Fiscalización de México: Fortaleciendo la Rendición de Cuentas para el Buen Gobierno, y el posterior Informe de avances sobre la implementación del mandato de la Auditoría Superior de la Federación de México, de 2021.
Este informe analiza en profundidad estos temas con un enfoque en los riesgos de integridad y las estrategias y los esfuerzos de la ASF para integrar datos y analítica en sus operaciones. El informe se beneficia del trabajo de la OCDE para ayudar a los gobiernos a diseñar e implementar estrategias y herramientas basadas en riesgos para fortalecer la rendición de cuentas y salvaguardar la integridad, como se enfatiza en la Recomendación de la OCDE sobre Integridad Pública. En un nivel práctico, los datos y la analítica son ingredientes críticos para lograr un enfoque basado en riesgos, lo que para la ASF tiene implicaciones tanto a nivel interno como para las instituciones que supervisa.
El alcance del informe refleja la prioridad de la ASF de invertir en su propia transformación digital, así como una autoconciencia sobre cómo puede mejorar su supervisión. Si bien se concentra en el contexto de integridad, el informe reconoce que las mejoras en un área de datos o analítica, como la detección de riesgos de fraude o corrupción, son importantes para otras aplicaciones basadas en datos, e incluso para la estrategia general de la ASF. Las recomendaciones de este informe tienen esto en cuenta y cubren una variedad de consideraciones estratégicas y operativas para que la ASF mejore el uso de datos y analítica.
Este informe fue elaborado bajo el liderazgo de Elsa Pilichowski, Directora de Gobernanza Pública de la OCDE, János Bertók, Director Adjunto de Gobernanza Pública, y Julio Bacio Terracino, Jefe de la División de Integridad en el Sector Público (PSI). El informe fue elaborado por Gavin Ugale, Asesor de Políticas de PSI, con importantes aportes de Jacobo Pastor García Villarreal y Varun Banthia. Meral Gedik apoyó en la edición y el formato, y Charles Victor brindó asistencia administrativa.
El informe da continuidad a casi una década de colaboración entre la OCDE y la ASF. La OCDE agradece a la ASF por su fructífera cooperación y liderazgo. En particular, la OCDE agradece a David Colmenares Páramo, Auditor Superior; Eber Betanzos, Secretario Técnico; Claudia María Bazúa, Auditora Especial de Cumplimiento Financiero; y Emilio Barriga Delgado, Auditor Especial del Gasto Federalizado; así como a sus equipos. Soo Jung Koh Yoo, Directora de Relaciones Multilaterales de la Unidad Técnica de la ASF, sirvió como punto de contacto para el proyecto.
La OCDE también agradece a los pares expertos que participaron en un taller sobre analítica de datos, organizado conjuntamente con la ASF y realizado del 17 al 19 de noviembre de 2020, incluyendo a la Contraloría General de la República del Perú, la Oficina Nacional de Auditoría de Finlandia y el Servicio de Gobierno Digital del Reino Unido, junto con Jacob Arturo Rivera Pérez, de la OCDE.
La Embajadora Sybel Galván, de la Representación Permanente de México ante la OCDE, fue fundamental para apoyar a la OCDE en este proyecto. El Centro de la OCDE en México, bajo la dirección de Mario López, y el personal a cargo de publicaciones, en particular Alejandro Camacho, también brindaron un valioso apoyo en la coordinación del proceso editorial de la publicación en español.
El informe fue revisado por el Grupo de Trabajo de la OCDE de Altos Funcionarios de Integridad (OECD Working Party of Senior Public Integrity Officials) el 13 de abril de 2022 y aprobado por el Comité de Gobernanza Pública el 13 de mayo de 2022. Fue preparado para su publicación por el Secretariado de la OCDE.