La región de América Latina y el Caribe (ALC) es una de las zonas con mayor biodiversidad del mundo, abarcando una amplia gama de ecosistemas y recursos naturales. La región también es muy vulnerable a los impactos del cambio climático, incluidos los fenómenos meteorológicos extremos, el aumento del nivel del mar y los cambios en los patrones de precipitación. Estos retos relacionados con el clima plantean riesgos significativos para el desarrollo socioeconómico de la región, el capital natural y el bienestar de su población.
En los últimos años, la crisis del COVID-19 ha aumentado la urgencia de abordar los retos de la desigualdad, el cambio climático y la degradación ambiental. Las incertidumbres económicas y las presiones inflacionarias provocadas por la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania también han resaltado la vulnerabilidad de la región ante los impactos económicos externos, debilitando aún más su recuperación verde. Se prevé que el cambio climático lleve a la pobreza a otros 5 millones de personas de la región de aquí al 2030, especialmente a los grupos vulnerables y a los hogares con mayor dependencia de los recursos naturales.
El momento de tomar medidas decisivas en materia de medioambiente es ahora. Los países de ALC contribuyen con menos del 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI), pero en las últimas dos décadas la región ha experimentado un aumento significativo de emisiones. Reconociendo la necesidad urgente de hacer frente al cambio climático, muchos países de la región se han comprometido a lograr la neutralidad climática y construir resiliencia. A raíz del Acuerdo de París, los gobiernos de ALC se comprometieron a reducir las emisiones de GEI en sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) con ambiciosos objetivos de reducción de emisiones para el 2030. En la COP26 de Glasgow asumieron nuevos compromisos, especialmente con respecto a la adaptación al cambio climático y la eliminación gradual de los combustibles fósiles para alcanzar la neutralidad climática a mediados de siglo.
Poner en práctica estos compromisos es, por tanto, imperativo para la región de ALC. El Programa Regional de la OCDE para América Latina y el Caribe (LACRP, por sus siglas en inglés) tiene como objetivo apoyar a los países de la región para avanzar reformas de las prioridades clave, tales como el aumento de la productividad, la mejora de la inclusión social, el fortalecimiento de las instituciones y la gobernanza, y - más recientemente - hacer frente a los problemas ambientales y climáticos como parte de una nueva prioridad de Sostenibilidad Ambiental. Hace un llamado para que se preste mayor atención a la integración efectiva de las consideraciones medioambientales en las prioridades de Productividad, Inclusión Social y Gobernanza, a la promoción de una transición justa y verde y a un desarrollo más sostenible y neutro en carbono en ALC.
Este reporte, presentado en la primera Cumbre Ministerial sobre Sostenibilidad Medioambiental que tendrá lugar en San José de Costa Rica el 5 de octubre de 2023, destaca los principales retos y acciones para hacer frente al cambio climático en la región. Ofrece 40 recomendaciones políticas, presentadas en forma de Plan de Acción, basadas en diálogos políticos entre expertos de ALC y de la OCDE en el marco del LCARP. El Plan de Acción pretende ayudar a los países de ALC a cumplir los compromisos internacionales, tales como los del Acuerdo de París, así como los compromisos regionales y nacionales expresados en las declaraciones Nuestro Futuro Sostenible y Verde y Acelerando la Transición Justa hacia la Energía Limpia, Sostenible y Renovable, adoptadas en la IX Cumbre de las Américas; la Carta Medioambiental Iberoamericana, adoptada en la XVIII Cumbre Iberoamericana; y los compromisos en materia de clima y sostenibilidad contenidos en la tercera Declaración de la Cumbre UE-CELAC.
El reporte comparte experiencias políticas y buenas prácticas de la región, identifica las prioridades políticas clave para la resiliencia y la neutralidad climática y propone adoptar enfoques integrados en la hacer frente a las emisiones de GEI y la protección de poblaciones y ecosistemas vulnerables. El Plan de Acción presentado en este reporte hace enfatiza, entre otras cosas, la importancia de integrar el cambio climático y las consideraciones ambientales en las políticas sectoriales, alinear las prioridades y los objetivos políticos con la implementación, y garantizar mecanismos de financiación eficientes e inversiones verdes rápidas.
También son cruciales una coordinación más eficaz a todos los niveles, nacional e internacional, y asociaciones para una acción más coherente y estratégica. El pilar de Sostenibilidad Ambiental del LACRP se complementa con el Foro Inclusivo sobre Enfoques para Mitigar el Carbono (IFCMA, por sus siglas en inglés), otra iniciativa emblemática de la OCDE en la que ya participan once países de ALC, para ayudar a optimizar el impacto global de los esfuerzos de reducción de emisiones en todo el mundo a través de un mejor intercambio de datos e información, un aprendizaje mutuo basado en la evidencia y un diálogo multilateral inclusivo.
Esperamos que este reporte proporcione un marco útil para ampliar esa cooperación entre la OCDE y los países de ALC, garantizando al mismo tiempo una base política sólida para una acción climática que permita una transición neutra en carbono, justa y verde en la región.
Jo Tyndall,
Directora,
Dirección de Medio Ambiente, OCDE
Andreas Schaal,
Director,
Dirección de Relaciones Globales y Cooperación, OCDE