Este capítulo presenta la debida diligencia como herramienta y explica por qué un enfoque de debida diligencia basado en el riesgo es fundamental a la hora de abordar los riesgos ambientales y los impactos negativos en las operaciones propias de las empresas y en las cadenas de suministro globales.
Manual sobre debida diligencia ambiental en las cadenas de suministro de minerales
3. La debida diligencia como herramienta
Abstract
Debida diligencia basada en el riesgo para abordar los riesgos ambientales y los impactos negativos
La debida diligencia basada en el riesgo espera que las empresas identifiquen, prevengan, mitiguen e informen cómo abordan los impactos reales y potenciales sobre las personas, la sociedad y el planeta. Como a menudo las empresas no podrán identificar y responder a todos los riesgos e impactos relacionados con sus actividades y relaciones comerciales de forma simultánea y con el mismo grado de atención, las Líneas Directrices las alientan a priorizar sus riesgos e impactos más significativos (es decir, en función de la gravedad1 y la probabilidad) y a dedicarles atención y recursos en consecuencia. De este modo, la debida diligencia basada en el riesgo busca avanzar en el abordaje de los impactos más significativos para las personas, el planeta y la sociedad.
Los factores contextuales, como la disponibilidad de recursos, la disponibilidad de datos y tecnologías, el tamaño de la empresa, el grado de influencia de una empresa sobre un proveedor concreto, y el lugar en la cadena de suministro en el que se producen los riesgos o los impactos, pueden influir en qué medidas son adecuadas en un contexto específico. El tamaño o la capacidad de recursos de una empresa y el grado de influencia que tenga sobre un proveedor concreto no cambian su responsabilidad de llevar a cabo la debida diligencia en proporción al riesgo, pero pueden afectar la forma en que la lleva a cabo.
Los impactos ambientales negativos suelen estar estrechamente interrelacionados con otros ámbitos cubiertos por las Líneas Directrices, como los derechos humanos, los impactos sobre los trabajadores y las comunidades, el acceso a los medios de subsistencia y los derechos de propiedad sobre la tierra. A este respecto, es importante que las empresas evalúen y aborden los impactos sociales en el contexto de sus actividades de gestión ambiental y debida diligencia, como parte de sus procesos de priorización de riesgos.
La debida diligencia basada en el riesgo no sólo ayuda a garantizar que los impactos negativos más significativos se aborden en primer lugar, sino que también contribuye a garantizar que la debida diligencia sea aplicable a la práctica para las empresas. Dada la naturaleza generalizada y dispersa de los impactos ambientales en las cadenas de suministro de minerales, las empresas no podrán identificar y responder a cada impacto negativo, supervisar y rastrear a cada socio comercial o rastrear cada producto de manera simultánea. Como tal, un enfoque basado en el riesgo no espera resultados perfectos o cadenas de valor libres de riesgos y no penaliza a las empresas por la presencia de riesgos o impactos negativos en sus cadenas de suministro. Por el contrario, espera que las empresas prioricen adecuadamente, se centren en sus operaciones y relaciones comerciales de mayor riesgo y demuestren avances significativos y mensurables a lo largo del tiempo hacia objetivos e indicadores específicos y con plazos concretos.
A pesar de la flexibilidad que ofrece el enfoque basado en el riesgo, no se espera que las empresas decidan arbitrariamente qué es importante y qué no lo es en un contexto específico. En su lugar, los estándares de la OCDE en materia de CER establecen parámetros importantes sobre cómo deberían las empresas priorizar. Demostrar que los procesos de priorización son creíbles y que se avanza hacia objetivos orientados a resultados y con plazos concretos ayuda a garantizar que las empresas tomen decisiones referidas a la asignación de recursos y tiempo de forma eficiente, eficaz y acorde con los estándares internacionales.
La debida diligencia también debería adaptarse a la naturaleza, gravedad y probabilidad del impacto negativo. Cuando la probabilidad y la gravedad de un riesgo o impacto son elevadas, la debida diligencia debería ser más amplia. Esto también implica adaptar los enfoques a riesgos e impactos específicos.
La expectativa de que las empresas prioricen los riesgos y los impactos en función de la gravedad y la probabilidad se aplica a todo el proceso de debida diligencia de seis etapas, comenzando por la determinación de los riesgos a alto nivel, que a su vez informa las evaluaciones más profundas de las relaciones comerciales de mayor riesgo, hasta la forma en que una empresa responde a los impactos negativos reales o potenciales. También determina cómo se espera que las empresas realicen el seguimiento de su debida diligencia e informen al respecto.2
Público objetivo y responsabilidad en la debida diligencia
La debida diligencia es un proceso que abarca toda la cadena de suministro y se aplica a todas las relaciones comerciales, incluidas las que van más allá de las contractuales, las de “primer nivel” o las inmediatas (OECD, 2023[16]). En consecuencia, todas las empresas a lo largo de la cadena de suministro de minerales, desde el punto de extracción hasta el usuario final, tienen un papel que desempeñar. Sin embargo, la naturaleza de la debida diligencia puede verse afectada por la posición de una empresa en la cadena de suministro. En las cadenas de suministro con puntos de transformación clave, como las fundiciones y refinerías en el sector de los minerales, los estándares de la OCDE sobre CER reconocen el rol central que estas entidades desempeñan como “puntos de control”. Las empresas situadas en niveles inferiores de la cadena de suministro, por ejemplo, pueden aprovechar la influencia y visibilidad que tienen los puntos de control sobre otros proveedores, comprobando que los propios puntos de control llevan a cabo la debida diligencia, con el fin de identificar, prevenir y mitigar los riesgos en los eslabones más remotos situados al principio de su cadena de suministro.
El concepto de puntos de control ayuda a delimitar las responsabilidades entre las entidades situadas en los niveles superiores (mineros, comerciantes y exportadores locales, comerciantes internacionales de concentrados, fundidores, refinadores y recicladores) y las situadas en los niveles inferiores (comerciantes y bolsas de metales, fabricantes de componentes, fabricantes de productos, fabricantes de equipos originales y minoristas) de muchas cadenas de suministro de minerales. La posición de los puntos de control entre las empresas situadas en los niveles inferiores de la cadena de suministro y los proveedores de las empresas situados en los niveles superiores de las cadenas de suministro también pueden influir en la relación de las empresas con los impactos negativos y, por tanto, en dónde recae la responsabilidad principal de abordar el impacto (véase la Figura 1).
Dado que este Manual aborda los impactos ambientales negativos en el sector de los minerales desde el punto de extracción hasta los puntos de transformación clave, las empresas situadas en los niveles inferiores de la cadena de suministro pueden utilizar el Manual tanto para: (a) evaluar las prácticas de debida diligencia de los puntos de control sobre los riesgos e impactos ambientales y los impactos que tienen lugar en los niveles superiores de la cadena de suministro; y (b) identificar y evaluar los impactos en el punto de control. A su vez, los puntos de control, como fundiciones y refinerías, y otras entidades situadas en los niveles superiores de la cadena de suministro deberían ejercer influencia sobre sus proveedores para abordar los riesgos e impactos ambientales, además de abordar los impactos que ellos mismos causan o a los que contribuyen.
Por lo tanto, este Manual va dirigido a todas las empresas de las cadenas de suministro de minerales que puedan estar causando, contribuyendo a causar o puedan estar directamente vinculadas con impactos ambientales negativos reales o potenciales. Sin embargo, probablemente será más útil para las empresas que determinen que están contribuyendo o que están directamente vinculadas a riesgos o impactos ambientales en la cadena de suministro. La Figura 1 ilustra cómo las entidades a lo largo de las cadenas de suministro de minerales deberían tener en cuenta estos conceptos a la hora de determinar la naturaleza de su debida diligencia. Se alienta a las empresas que utilizan este Manual a tener esto en mente y a adaptar su debida diligencia a su posición en la cadena de suministro. Además, la sección sobre la integración de consideraciones ambientales en cada etapa de la debida diligencia ofrece varios ejemplos de formas en que la posición de una entidad en la cadena de suministro de minerales y su relación con un impacto negativo pueden afectar a su debida diligencia.
Las Líneas Directrices expresan la expectativa sobre cómo las empresas deberían evitar y abordar los impactos ambientales negativos relacionados con las operaciones, productos y servicios de una empresa. La relación de una empresa con el impacto (causarlo, contribuir a él o estar directamente vinculada con él) determinará cómo debería responder una empresa a los riesgos identificados. Aunque muchos de los riesgos y medidas de mitigación de este Manual serán pertinentes para las empresas que tratan de hacer frente a los impactos negativos que causan, este documento se centra principalmente en la debida diligencia para los riesgos ambientales en las cadenas de suministro de minerales, con énfasis, en consecuencia, en los supuestos en los que las empresas contribuyen o están directamente vinculadas con los impactos ambientales negativos. La Figura 1 ilustra cómo estas relaciones conciernen a una cadena de suministro de minerales típica. El diagrama también refleja el rol central de las fundiciones y refinerías como puntos de control en las cadenas de suministro de minerales, con implicaciones prácticas para los respectivos roles de las entidades situadas en los niveles inferiores y superiores de las cadenas de suministro, en base a la Guía de debida diligencia de la OCDE para cadenas de suministro responsables de minerales en las áreas de conflicto o de alto riesgo.
Este Manual también puede ser útil para otras partes, como las iniciativas sectoriales y de múltiples partes interesadas que facilitan la colaboración en las actividades de debida diligencia, y para los trabajadores, los sindicatos y los representantes de los trabajadores, y las organizaciones de la sociedad civil, incluidos los defensores de los derechos humanos ambientales.
Recuadro 3. Causar, contribuir y estar directamente vinculado en el contexto de los impactos ambientales
Los conceptos de causar, contribuir y estar directamente vinculado, establecidos en la Guía de CER, proporcionan un marco para entender la relación de una empresa con un impacto real o potencial, a fin de determinar las respuestas adecuadas.
Las Líneas Directrices establecen las expectativas sobre cómo deberían las empresas evitar y abordar los impactos ambientales negativos y contribuir a alcanzar los objetivos de mitigación y adaptación al cambio climático; la conservación, restauración y uso sostenible de la diversidad biológica; el uso sostenible, eficiente y legítimo de la tierra, los recursos y la energía; el consumo y la producción sostenibles, incluida la promoción de enfoques de economía circular; y la prevención, reducción y control de la contaminación.
Las Líneas Directrices definen los impactos ambientales negativos como "cambios significativos en el medio ambiente o la biota que tienen efectos nocivos en la composición, resiliencia, productividad o capacidad de carga de los ecosistemas naturales y gestionados, o en el funcionamiento de los sistemas socioeconómicos o en las personas" y señalan que los impactos ambientales deberían evaluarse a la luz de la mejor ciencia disponible.
Según las Líneas Directrices, una empresa "causa" un impacto ambiental negativo si sus actividades por sí solas son suficientes para producirlo. Una empresa "contribuye a" un impacto ambiental negativo si sus actividades, en combinación con las actividades de otras entidades, causan el impacto, o si las actividades de la empresa causan, facilitan o incentivan a otra entidad a causar un impacto negativo. Los impactos ambientales negativos también pueden estar "directamente vinculados" a las actividades, productos o servicios de una empresa en virtud de una relación comercial, incluso si no contribuyen a esos impactos". Según los estándares de la OCDE sobre CER, la contribución debería ser sustancial, lo que significa que no incluye contribuciones menores o triviales. La Guía de CER proporciona orientación adicional sobre estos términos.
Los impactos ambientales pueden ser colectivos e interrelacionados, o aislados; también pueden ser de naturaleza localizada o transfronteriza. Mientras que algunos impactos ambientales se conocen bien, el alcance, la naturaleza y la causa de otros pueden ser menos conocidos, estar en evolución o incluso desconocerse. Por lo tanto, mientras que en algunos casos será posible evaluar, sobre la base de la ciencia y la información disponibles, en qué medida una empresa está contribuyendo a un impacto negativo ambiental, en otros casos tal evaluación puede resultar difícil. En los casos en los que la evaluación resulte difícil, a efectos de las Líneas Directrices, la evaluación de la contribución de una empresa a los impactos negativos debería tener en cuenta en qué medida sus actividades son coherentes con los estándares ampliamente reconocidos, los procesos de gestión ambiental y las salvaguardias relativas a las buenas prácticas ambientales; así como con los puntos de referencia y estándares establecidos en las normas y marcos regulatorios ambientales aplicables; y con los acuerdos internacionales pertinentes.
Fuente: OCDE (2023[16]), Líneas Directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales sobre Conducta Empresarial Responsable, https://doi.org/10.1787/7abea681-es.
Este Manual demuestra cómo los instrumentos elaborados por la OCDE, a saber, la Guía de CER y la Guía de Minerales, pueden utilizarse para abordar los riesgos e impactos ambientales en el sector de los minerales. Para ello, sitúa las recomendaciones existentes en un contexto relevante, proporciona ejemplos sobre cómo pueden implementarse y dirige a los usuarios a recursos relacionados. El Manual no ofrece nuevas recomendaciones ni expectativas de gestión de riesgos.
Las Líneas Directrices constituyen el único conjunto exhaustivo de expectativas respaldadas por los gobiernos sobre cómo las empresas abordan los impactos negativos sobre las personas y el medio ambiente. La OCDE ha desarrollado orientaciones específicas de debida diligencia que abarcan diferentes sectores de la economía (por ejemplo, en las cadenas de suministro de minerales, textil y de calzado y agrícola), y sobre cuestiones específicas como la participación de las partes interesadas en el sector extractivo. En 2018, la OCDE desarrolló la Guía general en materia de CER, que se basa y apoya en las guías sectoriales, pero que resulta aplicable a las empresas de todos los sectores de la economía. La Figura 2 ilustra cómo pueden utilizarse de forma conjunta los distintos instrumentos de la OCDE sobre CER.
Notas
← 1. De acuerdo con los estándares en materia de CER de la OCDE, la gravedad de un riesgo o impacto se determina en función de su escala, magnitud y carácter irreparable. Véase la Guía de CER, Anexo, Pregunta 3, p. 42.2.
← 2. Para un análisis más exhaustivo del enfoque basado en el riesgo, los lectores pueden consultar la Background note on Regulatory Developments concerning Due Diligence for Responsible Business Conduct y la Background note on Translating a risk-based due diligence approach into law, elaboradas por la Secretaría de la OCDE.