Esta introducción expone por qué la debida diligencia ambiental basada en el riesgo es importante para las empresas que operan en las cadenas de suministro de minerales y analiza la debida diligencia ambiental en el contexto de dos temas importantes en el sector de los minerales: la minería artesanal y a pequeña escala (MAPE) y los enfoques circulares de la cadena de valor.
Manual sobre debida diligencia ambiental en las cadenas de suministro de minerales
1. Introducción
Abstract
Por qué es importante la debida diligencia ambiental para las empresas que operan en las cadenas de suministro de minerales
Las empresas desempeñan un papel clave en el avance hacia las economías sostenibles y pueden contribuir a dar una respuesta eficaz y progresiva a los retos ambientales mundiales, regionales y locales, incluyendo su contribución para alcanzar los objetivos de mitigación y adaptación al cambio climático. Al mismo tiempo, la degradación ambiental presenta riesgos para las personas y el planeta que pueden verse agravados por las actividades empresariales. Las expectativas de acción ambiental por parte del sector privado han sido incentivadas por las políticas públicas, la sociedad civil, la comunidad científica, los inversores y la propia industria, con la presión pública y los litigios desempeñando un papel importante.1 Las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (CDN) incluyen el objetivo de movilizar flujos de financiamiento hacia un desarrollo bajo en gases de efecto invernadero (GEI) y un desarrollo resiliente al clima, y reconocen a las partes no interesadas, incluidas las empresas, como parte integrante de la solución global (United Nations Framework Convention on Climate Change, 2016[1])).2
El aumento de la demanda de minerales para satisfacer las necesidades materiales de una población mundial creciente y cada vez más acomodada (OECD, 2019[2]),3 los objetivos de las energías renovables y la demanda de minerales como el cobalto, el cobre y el litio para las transiciones energética y digital, están impulsando el crecimiento del sector de la minería y los metales. Aunque una "economía más circular" basada en el reciclaje y la reutilización de los minerales tiene un claro potencial para reducir determinados riesgos ambientales e impactos negativos, la extracción primaria de minerales seguirá siendo fundamental para la transición baja en carbono y, en términos más generales, para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).4 En la actualidad, la cantidad de metales en circulación es insuficiente para el despliegue de tecnologías bajas en carbono a una escala coherente con los objetivos climáticos acordados, por lo que es necesario continuar con la extracción de minerales (IEA, 2021[3]).
Identificar y abordar los impactos ambientales negativos en el segmento superior de la cadena de suministro donde tiene lugar la extracción de minerales primarios, puede ayudar a una empresa a maximizar sus contribuciones positivas a la sociedad y al desarrollo sostenible, mejorar las relaciones con las partes interesadas, proteger su reputación y crear más valor mediante la reducción de los costes operativos, por ejemplo, encontrando maneras de reducir su uso de agua o energía. Los procesos de debida diligencia también pueden ayudar a evitar bloqueos y retrasos en la cadena de suministro y reducir el tiempo empleado en poner en marcha nuevos activos, lo que es de vital importancia para la transición digital y energética baja en carbono. Los procesos exhaustivos de debida diligencia también pueden ayudar a una empresa a cumplir los requerimientos legales en materia laboral, ambiental, de gobierno corporativo y de lucha contra el cohecho.
El respeto y el cumplimiento del derecho humano a un medio ambiente limpio y saludable han sido reconocidos en la resolución 48/13 del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.5 Una empresa necesitará comprender los vínculos entre los riesgos ambientales y de derechos humanos en el sector de los minerales y cómo hacer uso de los procesos de debida diligencia —a menudo ya utilizados para los riesgos de derechos humanos— al abordar el riesgo ambiental y viceversa. Una vez identificados los riesgos ambientales y los impactos negativos, la empresa debería considerar las formas en que genera riesgos e impactos negativos sobre los derechos humanos y asegurarse de que cualquier mitigación o reparación aborde ambas categorías. Reconocer los derechos humanos a un medio ambiente limpio y saludable es especialmente importante para garantizar una transición justa hacia las cero emisiones netas globales y una vinculación responsable continuada, en lugar de la desvinculación como enfoque principal de la gestión del riesgo ambiental en las cadenas de suministro.
Circularidad y mayor aprovechamiento de los recursos secundarios
Como señalado anteriormente, la demanda de minerales y metales para sostener una economía mundial creciente y con bajas emisiones de carbono en las próximas décadas, no puede satisfacerse con un solo tipo de fuente. Tanto los materiales primarios (extraídos de las minas) como los secundarios (reutilizados, renovados, refabricados, reciclados, recuperados) serán fundamentales para lograr una transición energética y digital limpia. Por lo tanto, este Manual promueve la CER en la minería, el reciclaje y el procesamiento de minerales y metales, todos los cuales serán fundamentales para un desarrollo sostenible.6
Recuadro 1. La economía circular
Aunque no existe una única definición aceptada de economía circular, ésta busca: (i) maximizar el valor de los materiales y productos que circulan en la economía; (ii) minimizar el consumo de materiales, prestando especial atención a los materiales vírgenes, las sustancias peligrosas y determinados flujos de residuos (como plásticos, alimentos y aparatos eléctricos y electrónicos); (iii) evitar la generación de residuos; y (iv) reducir los componentes peligrosos tanto en los residuos como en los productos (OECD, n.d.[4]; OECD, n.d.[5]).
En la búsqueda de una economía circular existen una serie de mecanismos que pueden modificar el flujo de productos y materiales a través de la economía y, en última instancia, dar lugar a tasas más bajas de extracción de recursos naturales. La OCDE ha destacado tres mecanismos principales:
Cerrar los bucles de recursos: el desvío de residuos de la eliminación y su posterior transformación en materias primas secundarias.
Ralentizar los circuitos o flujos de recursos: retener los productos y sus materiales en la economía durante periodos más largos.
Estrechamiento de los flujos de recursos: generación de valor económico adicional a partir de una cantidad fija de recursos naturales (OECD, 2019[6]).
Fuente: OCDE (2021[7])), The role of OECD instruments on responsible business conduct in progressing environmental objectives, https://mneguidelines.oecd.org/Theroleof-OECD-instruments-on-responsiblebusiness-conduct-in-progressing-environmental-objectives.pdf.
La aplicación de los principios de la economía circular y el uso de materiales secundarios pueden contribuir a reducir el impacto ambiental (Bibas, Chateau and Lanzi, 2021[8]; OECD, 2019[2]). Las empresas situadas en niveles inferiores de la cadena de suministro, así como las situadas en niveles superiores como fundiciones o refinerías, pueden considerar dónde existen oportunidades para aplicar los principios de la economía circular en el diseño, la producción, la refabricación, la distribución, el consumo y la recogida de sus productos, y cómo pueden integrarse estas oportunidades en su modelo empresarial. Los principios de la economía circular en las cadenas de suministro de minerales deberían extenderse y mejorarse para que los materiales puedan recogerse y recuperarse de los productos al final de su vida útil de manera más eficiente y rutinaria. La obtención de materiales secundarios para complementar o sustituir las principales materias primas puede ofrecer la oportunidad de reducir los daños ambientales si los materiales secundarios o la energía procedente de ellos se obtienen de forma responsable.
La disponibilidad de materiales reciclados en el mercado depende de la disponibilidad de los materiales que podrían reciclarse, así como de sus tasas reales de reciclaje (que dependen de las tecnologías existentes, de los argumentos económicos en favor de su reciclado, de la regulación en vigor, etc.) y de los materiales procedentes de la "mina urbana" (existencias de materiales en uso), que sólo están disponibles tras un lapso de tiempo (IEA, 2021[3]). En el caso de los metales al por mayor, las prácticas de reciclaje están bien establecidas y los metales son fáciles de conseguir, pero no ocurre lo mismo con muchos de los metales propios de la transición energética, como el litio y los elementos de tierras raras. Se prevé que los nuevos flujos de residuos procedentes de tecnologías energéticas limpias (por ejemplo, baterías y turbinas eólicas) se incrementen a partir de 2030, en un momento en el que la demanda de minerales seguirá creciendo rápidamente. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) estima que, para 2040, las cantidades recicladas de cobre, litio, níquel y cobalto procedentes de baterías gastadas podrían reducir las necesidades combinadas de suministro primario de estos minerales en torno a un 10% (IEA, 2021[3]).
El reciclaje no eliminará la necesidad de seguir invirtiendo en el suministro primario de minerales y, según el Banco Mundial, seguirá siendo necesaria la inversión incluso en el caso de que las tasas de reciclaje alcancen el 100% en 2050 (World Bank, 2020[9]). En este sentido, el Manual reconoce el papel de las cadenas de suministro primarias y secundarias en el desarrollo sostenible, pero también señala que, si se gestionan mal, ambas pueden causar riesgos e impactos ambientales. Es importante señalar que, aunque la minería primaria presenta en términos más generales más riesgos ambientales que el reciclaje, puede suponer una importante oportunidad económica para las regiones con una gran dotación de minerales (y en algunas localidades, la única oportunidad económica), siempre que exista una buena gobernanza y una distribución equitativa de los beneficios entre el Estado, las comunidades locales y los inversores.
Abastecimiento de la minería artesanal y a pequeña escala
Uno de los objetivos generales de los instrumentos de la OCDE en materia de CER es el desarrollo sostenible de las comunidades mineras a través de una participación responsable, incluso en las áreas de conflicto o de alto riesgo, donde muchos productores pueden ser informales. Aunque la MAPE presenta algunos riesgos únicos, evitarla por completo en lugar de tratar de abordar esos riesgos usualmente sólo empeora las condiciones de las comunidades productoras de minerales.
La MAPE es una fuente de sustento y empleo en muchas regiones del mundo. Se estima que la MAPE emplea a entre 40 y 100 millones de personas en todo el mundo, en comparación con los 7 millones de la minería industrial (IGF, 2017[10]). Además de ser una importante fuente de empleo en muchos países en desarrollo, la MAPE también puede ayudar a abordar los problemas de seguridad del suministro de minerales críticos, incluidos los que son clave para impulsar la transición ecológica (Moore et al., 2020[11]).
En muchos países, la MAPE tiene lugar en una zona regulatoria gris, por lo que su función económica no está explícitamente reconocida ni facilitada por el Estado, ni siquiera está debidamente legislada o regulada, pero es ampliamente tolerada. La Guía de Minerales alienta a las empresas a participar en una "MAPE legítima" y proporciona un marco para hacerlo. Este marco se desarrolla en el documento de la OCDE Preguntas Frecuentes: Abastecimiento de oro proveniente de mineros artesanales y de pequeña escala (OECD, 2016[12]).
La vinculación responsable de los productores de MAPE puede conducir a la formalización progresiva de sus actividades. Las explotaciones mineras formalizadas tienen más capacidad para trabajar a través de canales comerciales formales, aplicando planes de gestión de riesgos, y parecen estar supeditadas a más visitas de inspecciones reglamentarias en materia de medio ambiente, gestión de residuos y radiactividad. A la vista de estas consideraciones, este Manual recomienda que las empresas y otras partes interesadas intenten vincularse con los productores legítimos de MAPE en un espíritu de mejora progresiva, incluso considerando la prestación de apoyo técnico y financiero para asistir a los actores de la MAPE en la implementación de planes de acción correctiva. Para canalizar este apoyo, ya existen varios mecanismos de colaboración liderados por la industria o de múltiples partes interesadas, y de reparto de costes, y existe potencial para el desarrollo de otros.7
Notas
← 1. Ello incluye los litigios climáticos, con la sentencia de 2021 del Tribunal de Distrito de los Países Bajos, que destaca el papel de las Líneas Directrices de la OCDE para las empresas multinacionales en la comprensión del deber de diligencia de las empresas en materia de acción climática y de obligaciones de reducción de emisiones: Milieudefensie et al. contra Royal Dutch Shell plc, https://uitspraken.rechtspraak.nl/inziendocument?id=ECLI: NL: RBDHA:2021:5339.
← 2. Las partes interesadas no pertenecientes a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático incluyen gobiernos nacionales, ciudades, regiones y otras entidades subnacionales, organizaciones internacionales, sociedad civil, pueblos indígenas, mujeres, jóvenes, instituciones académicas, así como empresas que actúan como entidades individuales o en asociación.
← 3. Véase la parte I de Perspectivas de los recursos materiales mundiales hasta 2060 de la OCDE: Economic Drivers and Environmental Consequences (OECD, 2019[2]) o el capítulo 2.1 de Perspectivas de los recursos mundiales del PNUMA (UNEP, 2019[46]).
← 4. Es importante señalar que los enfoques de economía circular pueden aplicarse en todas las fases de la cadena de suministro de minerales, incluida la etapa de extracción. Por ejemplo, la recuperación de minerales de los residuos extractivos en lugar de su depósito en vertederos o la reutilización/reciclado de equipos.
← 5. Para más información y recursos sobre derechos humanos y medio ambiente, consulte el sitio web del Relator Especial de la OACDHNU sobre derechos humanos y medio ambiente, https://www.ohchr.org/en/special-procedures/sr-environment.
← 6. El diseño de los productos y los procesos de producción de las empresas situadas en niveles inferiores de las cadenas de suministro también son fundamentales para el desarrollo sostenible, ya que el diseño de los productos y la elección de los materiales utilizados en la producción determinan el tipo de productos que se introducen en el mercado, así como su grado de reciclabilidad.
← 7. Esta cuestión se analiza con mayor detalle en el documento de posición de la OCDE sobre los costes y el valor de la debida diligencia en las cadenas de suministro de minerales. (OECD, 2021[47])