Ante la propagación de COVID-19, los países están poniendo en marcha planes de emergencia para desacelerarla y limitarla, y a la vez se preparan para una posible interrupción de largo plazo de la asistencia a la escuela y la universidad. Cada semana que las escuelas permanezcan cerradas implicará una pérdida masiva en el desarrollo de capital humano, la cual tendrá implicaciones económicas y sociales importantes y prolongadas. Si bien la situación representa una dura prueba de resistencia para los sistemas educativos, también es una oportunidad de desarrollar oportunidades de educación alternativa. Por ejemplo, China, que fue la primera nación afectada por el coronavirus, ha avanzado ya mucho en brindar a un gran número de sus estudiantes acceso a oportunidades de aprendizaje en línea.
Respuestas educativas a COVID-19: Adoptar el aprendizaje digital y la colaboración en línea
Abstract
Desarrollar capacidad
La mayoría de los planes de emergencia incluyen: información y capacitación respecto al virus (por ejemplo, Estados Unidos de América, Francia, Italia); formación para profesores y directores de escuela en el trabajo a distancia (por ejemplo, China, Italia, Gran Bretaña); uso de clases en línea a gran escala (por ejemplo, China), y creación y capacitación de grupos de trabajo de asesores y docentes para apoyar a los padres de familia y a los estudiantes (por ejemplo, Estados Unidos). Muchas respuestas ya implican el cierre de establecimientos educativos, bien sea a nivel nacional (por ejemplo, China, Italia, Corea, Japón), a nivel regional (por ejemplo, Francia, Alemania, Portugal, España) o de forma focalizada (por ejemplo, Estados Unidos, Gran Bretaña).
Usar plataformas educativas en línea mientras las escuelas y las universidades permanecen cerradas
En el contexto de los cierres necesarios, es preciso movilizar diferentes formas de educación y recursos educativos en línea. Es recomendable que los países utilicen los cursos digitales a distancia ya disponibles siempre que sea posible, alienten a las empresas de tecnología educativa a ofrecer sus recursos de manera gratuita, diversifiquen los modos de impartición de enseñanza según la edad y la capacidad, y fomenten la colaboración por parte de los docentes. Si bien las instituciones de educación terciaria se utilizan en gran medida para impartir cursos en línea y cuentan con un rico banco de materiales digitales, en la educación primaria y secundaria esto no ocurre de forma tan sistemática.
Utilizar las plataformas de aprendizaje en línea o a distancia disponibles. Las plataformas virtuales a distancia podrían ya contar con cursos y recursos curriculares en diferentes formatos digitales (texto, videoconferencias, entre otros), por lo común con un banco de ejercicios relacionados. En términos generales, los profesores pueden seleccionar conferencias y ejercicios para que sus estudiantes vean y realicen, y darles orientación mediante mensajes y clases síncronas. De no haber plataformas, podrían utilizarse recursos educativos abiertos de manera similar.
Desarrollar nuevas plataformas de enseñanza en línea (aulas virtuales). Los profesores pueden enseñar a distancia a sus alumnos ubicados en sus hogares, utilizando varias plataformas. En ciertos países operan ya algunos servicios de "aulas virtuales" y en China y Singapur se emplean a gran escala en el contexto de la crisis del coronavirus, bien sea de manera pública o privada.
Aliarse con plataformas educativas privadas. Una dificultad que presentan los recursos existentes es que no siempre es posible utilizarlos de manera masiva. Algunas plataformas del sector privado ya ofrecen sus recursos y servicios gratuitamente a algunas escuelas para ampliar la capacidad de respuesta de los países (por ejemplo, China, Japón).
Colaborar en el ámbito internacional para compartir los recursos educativos en línea existentes. Si bien los países, y en ocasiones, las regiones dentro de estos, tienen diferentes planes de estudio, suelen enseñar materias similares y podrían considerar traducir y utilizar recursos digitales extranjeros que coincidan con su plan de estudios.
Utilizar todos los medios electrónicos según corresponda. Algunos medios electrónicos disponibles desde hace tiempo, como la transmisión de clases por televisión, son más apropiados para los estudiantes de menor edad o en algunos contextos en los que la infraestructura está rezagada.
Brindar a los profesores oportunidades de aprendizaje digital. Los países pueden proporcionar o facilitar a los profesores recursos digitales de formación docente sobre cómo enseñar en línea (por ejemplo, Italia), así como plataformas virtuales de colaboración que les permitan compartir sus recursos y dar y recibir comentarios de sus compañeros.
Retos de implementación
Es posible que aprender y colaborar en un entorno digital no sea algo que los profesores y los estudiantes puedan realizar con espontaneidad. Al considerar las respuestas en materia de políticas públicas al cierre de las escuelas, es necesario que los responsables de formularlas consideren formas de:
Equilibrar las actividades digitales y las actividades sin pantalla. Limitarse a sustituir las horas de clases presenciales por conferencias y debates en línea podría afectar negativamente la salud de los estudiantes. Las conferencias pueden acortarse (China) y combinarse con actividades de aprendizaje no digitales.
Vigilar la salud emocional de los estudiantes. El contexto del virus y el cierre de las escuelas puede resultar desconcertante y desorientador para los estudiantes. Es preciso encontrar la manera en que las soluciones tecnológicas brinden conexión, interacción y apoyo mientras se produce el aprendizaje, sobre todo en tiempos inciertos.
Acceso a dispositivos. Es más probable que los estudiantes tengan acceso a teléfonos inteligentes que a computadoras portátiles en su hogar y que en el contexto doméstico haya más estudiantes que dispositivos. Los gobiernos podrían ofrecer computadoras portátiles a préstamo o proporcionar recursos alternativos (folletos impresos de tareas escolares) (por ejemplo, Gran Bretaña, Japón).
Gestionar el acceso a la infraestructura de tecnologías de la información (TI). Tener a todos los estudiantes conectados al mismo tiempo puede ser problemático en algunos lugares y es necesario también supervisar el acceso a la infraestructura de TI, para asegurarse de brindar un buen acceso a todos, quizá dentro de ciertos marcos de tiempo.
Oportunidades de largo plazo
La oleada actual de cierres de escuelas ofrece una oportunidad para la experimentación y para visualizar nuevos modelos de impartir educación y nuevas formas de utilizar el tiempo de aprendizaje presencial.
Explorar sistemas seguros para someterse a exámenes desde casa. Una probable dificultad serán los exámenes de alta participación (exámenes de ingreso a la universidad, entre otros), que a menudo no requieren acceso a recursos y una identificación estricta del examinando. Se han desarrollado algunas soluciones para identificar a los examinandos, pero el formato del examen podría aún ser problemático.
Explorar diferentes modelos de tiempo y estudios. La necesidad de explorar cómo pueden los estudiantes aprender en diferentes lugares y en diferentes momentos ayudará a los países a comprender mejor el potencial de las soluciones de aprendizaje digital y unirá a comunidades, hogares y escuelas. Los estudiantes están acostumbrados a seguir un horario escolar ajetreado y una intensa carga de trabajo, pero pueden explorarse nuevas soluciones para brindarles oportunidades de tener más capacidad al brindarles más autonomía. Esto debe equilibrarse con la orientación adecuada para mantenerlos comprometidos.
Capacitar a los profesores para que aprovechen al máximo los avances logrados en el ámbito digital. Los profesores tendrán la oportunidad de poner a prueba diferentes soluciones digitales de aprendizaje y de comprender cómo utilizar la tecnología para fomentar un aprendizaje más profundo por parte de los estudiantes. Es necesario alentarlos a pensar creativamente en su función como facilitadores del aprendizaje de los estudiantes, en cómo la tecnología puede apoyarlos para lograrlo y en cómo combinar sus conocimientos expertos entre el profesorado.
Utilizar las variaciones prevalecientes dentro y entre distintos países para aprender. Si bien la crisis provoca que el aprendizaje, la investigación y la evaluación queden en un segundo plano, es preciso sustentar con cuidado las diferentes soluciones puestas en marcha dentro de los países y sus efectos, ya que muchas ideas sobre su implementación y enseñanzas sobre su eficacia podrían compartirse y analizarse en el ámbito internacional.