Múltiples factores afectan las decisiones en torno a la fecundidad. Estos incluyen el empleo de hombres y mujeres, el desempleo, el apoyo financiero disponible para las familias (por ejemplo, bajas parentales retribuidas o ayudas para el cuidado de los hijos), y el coste de la vivienda (Gráfico 1.7, https://stat.link/8zu7m3 y Gráfico 1.14, https://stat.link/ois3k8). Sin embargo, otros factores como la incertidumbre financiera y las normas y valores sociales también tienen un impacto. En varios países de la OCDE, el deseo de asentarse en el mercado laboral y de adquirir una vivienda han contribuido al retraso de la maternidad. En España, la edad media a la maternidad incrementó de 30.7 años en el año 2000 a 32.6 años en 2022, situándose esta última aproximadamente un año y medio por encima de la media de la OCDE (Gráfico 1.5, https://stat.link/163n2d).
La caída de la TGF está vinculada con el hecho de que las mujeres tienen menos hijos y/o ninguno. El porcentaje de mujeres que permanecen permanentemente sin hijos ha incrementado en los países de la OCDE, pero ha habido variaciones en la temporalidad y en el alcance de dicho fenómeno. En España, el porcentaje de mujeres que permanecen permanentemente sin hijos incrementó significativamente del 9% para la cohorte de mujeres nacidas en 1960 al 24% para las mujeres nacidas en 1975 (Gráfico 1.3, https://stat.link/mvkw3b).