Abstract

Las perspectivas para el sector turístico se mantienen altamente inciertas. La pandemia de COVID-19 continúa golpeando fuertemente y se prevé que el turismo internacional disminuya alrededor del 80% en 2020. El turismo doméstico permite aminorar el golpe, al menos parcialmente y, los gobiernos han tomado impresionantes acciones inmediatas para restaurar y reactivar el sector para proteger el trabajo y los negocios. Actualmente, muchos países también están desarrollando medidas para construir una economía turística más resiliente después del COVID-19. Estas medidas incluyen la preparación de planes para apoyar a la recuperación sostenible del turismo, la promoción de la transición digital para dar paso a un sistema de turismo más ecológico y el replanteamiento del turismo para el futuro.

 
Mensajes clave: La reconstrucción del turismo es una prioridad, pero el sector debe volverse más sostenible y resiliente en el futuro

El turismo continúa siendo uno de los sectores más afectados por la pandemia de coronavirus y las perspectivas permanecen muy inciertas.

La OCDE espera que el turismo internacional caiga en torno a un 80% en 2020. Los destinos que dependen fuertemente de negocios, eventos y turismo internacional están batallando de manera particular en contraste con muchas áreas costeras, regionales y rurales que están mucho mejor que las ciudades.

Las noticias alentadoras sobre las vacunas han impulsado las esperanzas de recuperación, pero los desafíos continúan y se prevé que el sector esté en modo supervivencia hasta bien entrado el 2021.

El turismo nacional se ha restaurado y está ayudando a mitigar el impacto en empleos y negocios en algunos destinos. Sin embargo, la recuperación real solo será posible cuando el turismo internacional regrese. Esto requiere de la cooperación global y las soluciones basadas en evidencia para que las restricciones a los viajes puedan ser levantadas de forma segura.

La supervivencia de los negocios en todo el ecosistema turístico está en riesgo sin el apoyo continuo del gobierno y, aunque los gobiernos han tomado acciones impresionantes para amortiguar el golpe al turismo, es necesario hacer más y de manera más coordinada para minimizar la pérdida de empleos y construir la recuperación en 2021 y más allá. Las prioridades políticas clave incluyen:

  • Restablecer la confianza de los viajeros

  • Apoyar los negocios turísticos para adaptarse y sobrevivir

  • Promover el turismo nacional y apoyar el retorno seguro del turismo internacional

  • Proveer información clara a los viajeros y negocios, así como limitar la incertidumbre (en la medida de lo posible)

  • Evolucionar las medidas de respuesta para mantener la capacidad del sector y abordar las disparidades en los apoyos

  • Fortalecer la cooperación dentro y entre los países

  • Construir un turismo más resiliente y sostenible

Aunque se necesitan soluciones políticas flexibles que permitan a la economía turística convivir con el virus en el corto a mediano plazo, es importante ver más allá de esto y tomar medidas para aprender de la crisis, la cual ha revelado brechas en la preparación y la capacidad de respuesta del gobierno y la industria. Es esencial una acción coordinada entre los gobiernos de todos los niveles y el sector privado.

La crisis es una oportunidad para replantear el turismo del futuro. El turismo se encuentra en una encrucijada y las medidas que se adopten hoy formarán el turismo del mañana. Los gobiernos necesitan considerar las implicaciones a largo plazo de la crisis, al tiempo que aprovechan la digitalización, apoyando la transición para bajar las emisiones de carbono y promover la transformación estructural necesaria para construir una economía turística más fuerte, sostenible y resiliente.

Esta nota es una versión abreviada del Documento de Turismo de la OCDE: Mitigating the impact of COVID-19 and preparing for recovery: https://doi.org/10.1787/47045bae-en.

 Crisis turística en una escala sin precedentes y perspectivas excepcionalmente inciertas

La crisis de COVID-19 ha golpeado fuertemente la economía turística, con efectos sin precedentes sobre los empleos y los negocios. El turismo fue uno de los primeros sectores impactados profundamente por la pandemia, ya que las medidas introducidas para contener el virus provocaron un cese casi total de las actividades turísticas al rededor del mundo. El sector también está en riesgo de ser uno de los últimos en recuperarse, debido a las continuas restricciones de viaje y a la recesión global. Esto tiene consecuencias que van más allá de la economía turística, ya que muchos de los otros sectores que apoyan y que se apoyan en el turismo, también han sido significativamente impactados.

El choque sin precedentes a la economía turística está compuesto por la evolución de la situación sanitaria. Mientras que las noticias optimistas con respecto a las vacunas han impulsado las esperanzas de los negocios turísticos y viajeros por igual, los desafíos continúan. Dado que el despliegue de vacunas tomará tiempo, el sector está enfrentando potencialmente ciclos de parada y reinicio por algún tiempo. Esto dañará más la confianza de los negocios y viajeros, así como las posibilidades de supervivencia de los negocios. A pesar de la ya probada resiliencia de la economía turística a choques previos, la pura escala de la naturaleza de esta crisis combinada entre economía y salud, significa que el camino hacia la recuperación es altamente incierto. Aunque se ha retomado la actividad turística internacional, esta permanece muy limitada. El turismo nacional ha reanudado en muchos países, pero solo puede compensar parcialmente por la pérdida del turismo de llegada.

La OCDE estima actualmente que el turismo internacional1 caerá al rededor del 80% en 2020. No se prevé una recuperación significativa de los flujos del turismo internacional hasta bien entrado el 2021 y seguramente tomará algunos años. Esto coincide con proyecciones recientes de otras organizaciones. Las estimaciones más recientes de la Organización Mundial del Turismo (OMT) apuntan a una caída del 70% interanual en la llegada de turistas internacionales durante los primeros ocho meses del año, con la pérdida de ingresos en las exportaciones del turismo internacional, esto es, ocho veces más a lo registrado en 2009 en plena crisis financiera global.2 La OMT prevé un declive cercano al 70% en las llegadas internacionales y no se espera una recuperación a los mismos niveles previos a la crisis, sino hasta después del 2023.

El turismo nacional está proporcionando un muy necesario impulso para ayudar a sostener muchos destinos y negocios turísticos, y continuará siendo un motor clave de la recuperación en el corto a mediano plazo. Ha habido un cierto repunte en las actividades del turismo nacional desde mitad de año, en parte, debido a los efectos de desplazamiento de las restricciones a los viajes internacionales. Sin embargo, esto ha sido obstaculizado por el hecho de que muchos países han enfrentado nuevas olas del virus y se espera que el turismo nacional termine el año significativamente por debajo de los niveles previos de la pandemia. España y Reino Unido, por ejemplo, prevén un declive del turismo nacional del 45-50% en 2020. Además, no todos los destinos o negocios se han beneficiado, debido a las continuas restricciones de movimiento dentro de los países y a la alteración los patrones y comportamientos de demanda.

Esto está teniendo consecuencias económicas y sociales muy tangibles para muchas personas, lugares y negocios y, para la economía en general. El turismo genera divisas, apoya los puestos de trabajo y los negocios, impulsa el desarrollo regional y sostiene a las comunidades locales. Antes de la pandemia, el sector aportaba directamente el 4.4% del PIB, el 6.9% del empleo y el 21.5% de exportaciones de servicio de los países de la OCDE en promedio, (y el 6.5% de las exportaciones globales de acuerdo con la Organización Mundial del Comercio3). Sin embargo, estas participaciones son mucho más altas para varios países de la OCDE, donde el turismo es el principal elemento en las actividades económicas, como sucede en Francia (7.4% del PIB), Grecia (6.8%), Islandia (8.6%), México (8.7%), Portugal (8.0%) y España (11.8%). El impacto indirecto del turismo es también significativo, exacerbando el tamaño del choque en las economías nacionales y locales.

 
Recuadro 1. Previsiones para el desempeño y recuperación del turismo: ejemplos de los países seleccionados

Canadá: Las estimaciones revisadas sobre turismo desde Destination Canada en Julio 2020, estuvieron basadas en la reapertura de la frontera canadiense en enero del 2021. Destination Canada desarrolló dos posibles escenarios para 2020, basados en diferentes posibles tasas de conversión del turismo de salida canadiense para viajes nacionales:

  • Escenario 1: asumiendo que solo el 20% de la demanda turística de salida canadiense se convierta en turismo nacional, los gastos turísticos disminuyen un 61% (a CAD 41.3 mil millones) y los empleos atribuibles al turismo bajan un 55% (a 324 000).

  • Escenario 2: asumiendo que el 100% de la demanda turística de salida canadiense se convierta en turismo nacional, los gastos turísticos caen en un 43% (a CAD 59.7 mil millones) y los empleos atribuibles al turismo caen en un 41% (443 500).

Croacia: La previsión del flujo turístico es revisado cada 15 días, tras las recomendaciones más recientes de seguridad para viajar y la situación epidemiológica. Esta información se obtiene de los datos del sistema e−Visitor, que proporciona actualizaciones diarias. Se espera una caída del 50% en el tráfico turístico en 2020.

Alemania: Las últimas previsiones obtenidas del “Recovery−Check” en el Centro Federal de Competencias Turísticas de Alemania para julio de 2020 identifica tres posibles escenarios para la recuperación del turismo nacional e internacional. Bajo el escenario central, se espera que el turismo nacional se recupere a niveles presentados en 2019 durante el verano de 2021, con la recuperación del turismo internacional prevista para abril de 2023 (esto es, dos años más). Se espera que las reservaciones facturadas anuales en comparación con el 2019 caiga así: 42% en el turismo nacional y 57% en el turismo internacional en 2020, 14% en el nacional y 52% en el internacional durante 2021 y 30% en el internacional en 2022.

Suiza: De acuerdo con el Instituto Económico Suizo (KOF) se prevé que el número de estadías nocturnas disminuyan 34% en 2020. Se pronostica que el desplome de la demanda nacional sea relativamente pequeño (debajo del 14%), mientras que la pérdida del negocio internacional sea significativa (por debajo del 55%). Se espera que la demanda nacional y europea se recupere de forma constante, pero no así en la demanda de los mercados extranjeros que podrían recuperarse en 2023. Con excepción de algunos centros turísticos importantes, también se espera que los precios hoteleros caigan y se recuperen en 2022. Las tarifas de los transportes ferroviarios en montaña podrían aumentar significativamente si se reduce dramáticamente el número de pasajeros.

Reino Unido: VisitBritain ha modelado un rango de escenarios del impacto a corto plazo en el turismo de entrada y el turismo nacional. Según el escenario central, se prevé que la llegada del turismo de entrada caiga 73%, con el correspondiente declive del gasto del 79% (última actualización a principios de octubre de 2020). Para el turismo nacional, el escenario central prevé un declive del 49% en viajes y gastos.

La paralización del turismo está teniendo una fuerte repercusión en la economía en general, debido a la naturaleza interconectada del sector. La OCDE estima que más de un tercio del valor añadido del turismo generado en la economía nacional viene de impactos indirectos, reflejando la amplitud y profundidad de la interconexión entre el turismo y otros sectores (por ejemplo: la producción de alimentos, la agricultura, el transporte, los negocios de servicios).4 La UNCTAD, por su parte, estima que las pérdidas del PIB global debidas a la crisis del turismo puedan ascender a 2.8% del PIB mundial (USD 1.2 billones de dólares), si la llegada de turistas internacionales cae un 66% tendría las consecuencias más acentuadas en países como Croacia (caída potencial en el PIB de 8%), Portugal (6%), Marruecos (4%), Grecia (4%), Irlanda (3%) y España (3%). Esto podría incrementarse en una caída de 4.2% del PIB mundial (USD 3.3 billones) si el flujo del turismo internacional se paraliza por 12 meses.5

La crisis está poniendo en riesgo millones de empleos en el sector turístico. El turismo es una labor altamente intensiva y proporciona un elevado volumen de empleos para trabajadores poco calificados, junto con empleos de mayor cualificación. De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), solo los subsectores de alojamiento y servicios alimentarios proveen globalmente a 144 millones de trabajadores y cerca del 30% están contratados en pequeños negocios turísticos con 2 a 9 empleados.6 Muchos de estos trabajos son de atención al público, exponiendo también a los trabajadores a riesgos sanitarios del virus (por ejemplo: meseros, auxiliares de vuelo, recepcionistas de hotel).

La magnitud de la pérdida de empleos aún no es evidente, ya que los apoyos del gobierno han protegido a los trabajadores del impacto completo de la pandemia. Sin embargo, el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC) estima que más de 174 millones de empleos están en riesgo globalmente en 2020.7 El Centro Común de Investigación de la Comisión Europea pronostica que entre 6.6 y 11.7 millones de empleos en negocios que operan y/o dependen de actividades relativas al turismo podrían estar en riesgo de reducción de la jornada laboral o pérdidas permanentes en 2020, representando entre 3.2% y 5.6% de la población total activa en la Unión Europea.8 Las mujeres, los jóvenes, las comunidades rurales, las personas indígenas y los trabajadores informales son afectados de manera desproporcionada –grupos que son más probablemente empleados en microempresas o pequeños negocios turísticos−.

Las estimaciones a nivel nacional reflejan de manera similar la magnitud del impacto en el turismo, junto con los retos al hacer predicciones en una situación incierta y de rápida evolución. Cuantificar el impacto actual y futuro de la crisis en el sector turístico es desafiante, ya que la crisis expone las deficiencias en los sistemas de información estadística del turismo, incluida la falta de datos sólidos, comparables y puntuales para informar las decisiones políticas y empresariales. La evidencia disponible destaca la precipitada caída en el flujo de viajes internacionales y en el gasto turístico, así como la contracción de las actividades del turismo nacional.

Los intentos de pronosticar el impacto de la pandemia en la economía turística se han visto superados repetitivamente por la rápida evolución de la situación sanitaria y los cambios en las medidas de contención. Los métodos tradicionales de pronóstico son poco fiables en el entorno actual. El Recuadro 1 presenta los pronósticos de rendimiento del turismo nacional e internacional en 2020 en ciertos países seleccionados. Para las proyecciones de la OCDE, los enfoques basados en escenarios proporcionan algunas indicaciones para la recuperación del turismo, pero están esencialmente basadas en suposiciones y simplificaciones y, además, están sujetas a continuos ajustes y revisiones.

Las perspectivas para el turismo son extraordinariamente inciertas y, la recuperación dependerá de las consecuencias interconectadas de la crisis económica y sanitaria según los factores de la demanda y la oferta. Estos incluyen la evolución de la pandemia, la disponibilidad de una vacuna (o de medidas de control alternativas) y el levantamiento de las restricciones de viaje, así como la supervivencia y la disposición de los negocios de todo el ecosistema turístico para satisfacer la demanda, los impactos en la confianza de los consumidores y en el comportamiento a la hora de viajar y el desarrollo de la economía en general. La escala mundial y la extensa duración de la crisis, la continua incertidumbre y la naturaleza interconectada de la economía y la salud hacen que esta crisis no se parezca a ninguna otra anterior que haya conmocionado al sistema turístico.

Más allá de la economía turística, la pandemia ha desencadenado una crisis económica mundial y, esto a su vez, tiene consecuencias para la recuperación del turismo. La OCDE predice que el PIB global caerá bruscamente un 4.2% en 2020, antes de volver a los niveles anteriores a la pandemia a finales de 2021. El camino por delante es más prometedor, ya que los progresos en las vacunas han aumentado las esperanzas, pero los desafíos permanecen y la recuperación será desigual entre países y entre sectores. El crecimiento ha repuntado en muchas partes de la economía, pero el turismo y otros sectores han sido más lentos en recuperarse y esto, está impactando la recuperación en muchos países.9

 
Recuadro 2. Posibles implicaciones políticas del turismo a largo plazo: perspectivas iniciales de los países

La sostenibilidad puede volverse más visible en las opciones turísticas, debido a una mayor concientización sobre el cambio climático y los impactos adversos del turismo. Se espera que las áreas naturales y los destinos regionales y locales impulsen la recuperación y, menores distancias de viaje resulten en un menor impacto ambiental del turismo.

Se espera que el turismo nacional se beneficie, ya que la gente prefiere hospedarse de forma local y visitar destinos dentro de su propio país. Los turistas nacionales suelen ser más sensibles a los precios y tienden a tener patrones de gasto más bajos.

La confianza de los viajeros se ha visto duramente afectada por la crisis y por la incertidumbre persistente. Esto puede llevar a un descenso de la demanda y del consumo turístico que continúe mucho tiempo después del choque inicial.

El comportamiento de los viajeros estará influenciado por la evolución de la crisis, así como por las tendencias de consumo a largo plazo que están redefiniendo la forma en que la gente viaja. Esto puede incluir el surgimiento de nuevos nichos y segmentos de mercado, así como una mayor atención a los protocolos de seguridad y las experiencias turísticas sin contacto.

La seguridad e higiene se han convertido en factores clave para seleccionar destinos y actividades turísticas. Es probable que las personas prefieran "soluciones privadas" cuando viajen, evitando las grandes concentraciones y priorizando los medios de transporte privados, lo que puede tener un impacto adverso en el medio ambiente.

Se espera un cambio estructural en la oferta turística en todo el ecosistema. No todos los negocios sobrevivirán a la crisis y es probable que la capacidad en el sector se reduzca por un periodo, limitando la recuperación.

La escasez de personal cualificado en el sector turístico puede agravarse, ya que muchos empleos se pierden y los trabajadores se recolocarán en diferentes sectores.

La reducción de la inversión exigirá políticas activas que incentiven y restablezcan la inversión en el sector turístico para mantener la calidad de la oferta turística y promover una recuperación sostenible.

Se espera que la digitalización en los servicios turísticos continúe acelerándose, incluyendo un mayor uso de la automatización, pagos y servicios sin contacto, experiencias virtuales y suministro de información en tiempo real.

Las políticas de turismo necesitarán ser más reactivas y, a largo plazo, se moverán a sistemas más flexibles, capaces de adaptarse con mayor rapidez a los cambios de enfoque político. La gestión de crisis será un área particular de atención. Esto incluirá las políticas de seguridad y salud.

Es demasiado pronto para decir cuáles serán las implicaciones de la crisis, a largo plazo, para el turismo, pero regresar al negocio como usualmente se hacía, es muy poco probable. El sector turístico será muy diferente en 2021 de lo que era en 2019. Cuanto más se prolongue la crisis, más empresas y empleos se perderán, mayores serán las implicaciones para el comportamiento de los viajeros y más difícil será reconstruir la economía turística. Esto trae desafíos para el sector, pero también oportunidades para fomentar la innovación, conducir nuevos modelos de negocio, explorar nuevos nichos/mercados, abrir nuevos destinos y trasladarse a modelos de desarrollo turístico más sostenibles y resilientes. El Recuadro 2 presenta algunas de los efectos potenciales a largo plazo que podrían surgir y sus implicaciones políticas.

La crisis es una llamada para los gobiernos a todos los niveles para que tomen acciones políticas fuertes y coordinadas para mitigar el impacto y apoyar la recuperación. También es una oportunidad para aprovechar las nuevas tecnologías, implementar estrategias de recuperación ecológicas y cambiar políticas y prácticas empresariales que equilibren mejor los impactos medioambientales, sociales y económicos del turismo. Los actores políticos deben aprovechar la oportunidad para reiniciar la economía del turismo en una base más fuerte, justa y sostenible. La crisis y los planes de recuperación que se están poniendo en marcha, son una oportunidad única en la vida para migrar hacia modelos de desarrollo turístico más sostenibles y resilientes.

En este contexto, el turismo está altamente posicionado en la agenda política global y otras instituciones internacionales, como las Naciones Unidas,10 el Banco Mundial11 y la Organización Mundial del Comercio.12 Según el Comunicado de Diriyah,13 los ministros de turismo del G20 reconocieron que el COVID-19 puede resultar en un cambio de paradigma para el sector de viajes y turismo y, se comprometieron a continuar trabajando juntos para apoyar a aquellos más afectados por la crisis, así como apoyar una recuperación sostenible e inclusiva en el sector turístico.14

 Obteniendo lecciones iniciales y trazando el camino a seguir en política turística

La crisis de COVID-19 ha sido un enorme golpe para la economía turística, ha impactado severamente a los medios de vida, barrios y negocios de la gente. Como la pandemia sigue evolucionando, aún no son claras todas las consecuencias. Sin embargo, es poco probable que se vuelva a la normalidad en términos de negocios. Los responsables políticos necesitarán aprender de la crisis para construir una economía turística más fuerte y resiliente para el futuro. Aunque todavía es demasiado pronto para decir con certeza cuáles serán estas, se esbozan una serie de lecciones iniciales:

  • La crisis ha sido un llamado a la acción para los gobiernos, a todos los niveles, para responder de forma coordinada y, ha destacado la importancia de plantear una política turística integrada apoyando a la recuperación. La entrega de apoyos accesibles y correctamente dirigidos tan rápido y eficaz como sea posible para los negocios turísticos vulnerables, sus trabajadores y los turistas ha sido y continúa siendo fundamental. Los gobiernos a todos los niveles y el sector privado necesitan estar mejor preparados y tener la capacidad de reaccionar y adaptarse rápidamente. Esto requiere mecanismos más robustos en la evaluación de riesgos y de respuesta a las crisis, así como una coordinación más estrecha −a nivel local, nacional e internacional−.

  • Una cooperación multilateral reforzada y un apoyo robusto es esencial para reactivar el turismo. Los países necesitan trabajar juntos, ya que las acciones tomadas por un gobierno tienen implicaciones para los viajeros y los negocios en otros países, y para el sistema turístico mundial. Los países necesitan desarrollar sistemas colaborativos transfronterizos para reanudar los viajes con seguridad, restablecer la confianza de los viajeros y las empresas, estimular la demanda y acelerar la recuperación del turismo. También se necesitan sistemas de coordinación internacional más eficaces para responder a futuros choques.

  • Se necesitan ayudas específicas en el sector para atender las necesidades particulares de los trabajadores, los negocios y los destinos turísticos apoyando una recuperación económica más amplia. El turismo se ha beneficiado significativamente de las medidas generales de estímulo económico. Sin embargo, es uno de los sectores más fuertemente afectados y tendrá un impacto más amplio en la recuperación macroeconómica en muchos países. Esas partes del ecosistema turístico que aún no permiten abrir a los negocios y, en las que es probable que la demanda sea abatida o restringida, requerirán atención particular durante algún tiempo, así como los destinos y pequeños negocios que han sido afectados más gravemente y son los más vulnerables.

  • El apoyo continuo de los gobiernos debería empezar ya a construir una economía turística más sostenible y resiliente. Los destinos y los negocios turísticos necesitan ayuda para estar listos y proporcionar servicios turísticos que satisfagan la demanda cuando llegue la recuperación. Será importante trabajar con los negocios turísticos para que sean sostenibles aun cuando los apoyos terminen y puedan comenzar de una vez a manejar las implicaciones que traerá la crisis a largo plazo. Las medidas deberán estar cada vez más condicionadas a objetivos medioambientales, económicos y sociales más amplios.15

  • Aportar claridad política y tomar medidas para limitar la incertidumbre (en la medida de lo posible) será fundamental para apoyar la recuperación del turismo. Las perspectivas de la economía turística siguen siendo extraordinariamente inciertas y, la confianza de los negocios y los viajeros ha sufrido un gran golpe. Una comunicación clara, una política de información bien diseñada y la claridad de los criterios epidemiológicos serán particularmente importantes cuando haya necesidad de cambiar las restricciones de viaje y las medidas de contención en respuesta a los brotes de virus y a la cambiante situación sanitaria.

  • Será clave mejorar la evidencia basada en información para informar las decisiones políticas y empresariales, a través de la recopilación de información, la investigación y el análisis de datos. La crisis ha destacado las deficiencias en la disponibilidad de datos puntuales, comparables y granulares en situaciones que evolucionan rápidamente. Se necesitan indicadores fiables y coherentes para evaluar la eficacia de los programas y las iniciativas así como monitorear el progreso en la recuperación y resiliencia del turismo. Las soluciones basadas en riesgo que sirvan para levantar las restricciones a los viajes de forma segura y, volver a poner en marcha el ecosistema turístico internacional, deben basarse en evidencia científica sólida. Estas soluciones también necesitan ser factibles de implementar, con la capacidad suficiente disponible para garantizar que estos sistemas puedan funcionar de forma confiable.

  • La crisis es una oportunidad única en la vida para migrar hacia modelos de desarrollo turístico más justos, sostenibles y resilientes. La pandemia ha expuesto una vez más las deficiencias estructurales del sistema turístico y la vulnerabilidad a los choques externos. Hay una necesidad urgente de diversificar y reforzar la resiliencia de la economía turística, de prepararse mejor para futuras crisis, de abordar las debilidades estructurales de larga duración y de fomentar las transformaciones digitales y con bajas emisiones de carbono que serán esenciales para cambiar a modelos de desarrollo turístico más fuertes, justos y sostenibles.

Contacto

Jane STACEY (✉ jane.stacey@oecd.org)

Notas

1.

Turismo internacional se refiere al turismo que cruza las fronteras nacionales con propósitos turísticos (placer, negocios, etc.) Las estimaciones de la OCDE están basadas en las llegadas de turismo internacional en el área de la OCDE.

2.

UNWTO (2020), World Tourism Barometer, Volume 18, Issue 6, https://doi.org/10.18111/wtobarometereng. Octubre 2020

4.

OECD (2019), "Providing new OECD evidence on tourism trade in value added", OECD Tourism Papers, No. 2019/01, OECD Publishing, Paris, https://doi.org/10.1787/d6072d28-en.

5.

UNCTAD (2020), Covid-19 and Tourism: Assessing the Economic Consequences (UNCTAD/DITC/INF/2020/3), 2 de julio de 2020.

6.

ILO Briefing note (2020), The impact of COVID-19 on the tourism sector, junio de 2020.

8.

European Commission Joint Research Centre (2020), Behavioural changes in tourism in times of Covid-19: Employment scenarios and policy options, JRC Science for Policy Report.

9.

OECD (2020), OECD Economic Outlook, Volume 2020 Issue 2: Preliminary version, OECD Publishing, Paris, https://doi.org/10.1787/39a88ab1-en. Consultado el 1 de diciembre de 2020.

10.

United Nations Secretary General Policy Brief (2020), COVID-19 and Transforming Tourism, agosto de 2020.

11.

World Bank (2020). Rebuilding Tourism Competitiveness : Tourism Response, Recovery and Resilience to the COVID-19 Crisis. World Bank, Washington, DC. https://openknowledge.worldbank.org/handle/10986/34348

13.

G20 Diriyah Communiqué, Tourism Ministers Meeting, 7 de octubre de 2020.

15.

OECD (2020), OECD Economic Outlook, Volume 2020 Issue 2: Preliminary version, OECD Publishing, Paris, https://doi.org/10.1787/39a88ab1-en, 1 de diciembre de 2020.

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