La pandemia de COVID-19 provocó tensiones sin precedentes en las cadenas de suministro de alimentos: cuellos de botella en materia de trabajadores agrícolas, procesamiento, transporte y logística, así como grandes cambios en la demanda. La mayoría de estas afectaciones son consecuencia de las políticas adoptadas para contener la propagación del virus. Dichas cadenas mostraron gran resiliencia ante estas tensiones. Los estantes de los supermercados se han repuesto con el tiempo, a medida que desaparecía la predisposición a almacenar mercancías y las cadenas de suministro respondían al aumento de la demanda. Las largas filas en las fronteras se acortaron rápidamente en respuesta a las políticas públicas aplicadas para disminuir restricciones innecesarias. La experiencia hasta ahora muestra la importancia de contar con un entorno comercial internacional abierto y predecible. El mayor riesgo para la seguridad alimentaria no reside en la disponibilidad de alimentos, sino en el acceso de los consumidores a ellos: es esencial desarrollar redes de seguridad para evitar que el hambre y la inseguridad alimentaria aumenten.
Cadenas de suministro de alimentos y COVID-19
Impactos y enseñanzas en políticas públicas
Medidas políticas clave de la OCDE ante el coronavirus (COVID-19)