Colombia ha lanzado una reforma ambiciosa para mejorar su gestión de riesgos y aumentar la capacidad de recuperación ante los desastres. Este análisis de la OCDE sobre Gobernanza del Riesgo de Desastres revisa el progreso de Colombia en la implementación de las reformas teniendo en cuenta la Recomendación de la OCDE sobre la Gobernanza de Riesgos Críticos de 2014. El informe identifica los factores de éxito y las buenas prácticas en la implementación de la agenda de la reforma del riesgo de desastres, centrándose en las políticas del gobierno central y su implementación, y proporciona un conjunto de recomendaciones para fortalecer los esfuerzos de Colombia en el futuro.
Evaluación de la gobernanza del riesgo en Colombia
Abstract
Executive Summary
Colombia está expuesta a importantes riesgos de desastre. Su topografía y clima la hacen propensa a peligros geológicos, como terremotos y deslizamientos, así como a riesgos hidrometereológicos significativos, incluyendo inundaciones y sequías. La gran mayoría de su población es susceptible a uno o más peligros naturales.
Varios factores socioeconómicos contribuyen a la creciente complejidad de los riesgos de desastre. Primero, el desplazamiento forzoso causado por décadas de conflicto armado y el reciente influjo de migrantes desde la frontera con la República Bolivariana de Venezuela han contribuido a la tendencia de urbanización acelerada. La presión de expandir áreas urbanas para acomodar más ciudadanos ha forzado a que se construya en áreas no aptas para ese fin. Especialmente para las poblaciones vulnerables por pobreza, quienes terminan residiendo en viviendas informales expuestas al peligro. Segundo, los cambios climáticos a largo plazo en Colombia y la variabilidad del clima a corto plazo se suman a la incertidumbre de desastres en el futuro. Finalmente, la creciente exploración de recursos de petróleo y gas de forma no convencional y la significativa expansión de plantas hidroeléctricas podría aumentar la lista de riesgos naturales/tecnológicos.
Con la Ley 1523/2012, Colombia inició un ambicioso proceso de reforma para establecer un marco efectivo para la gobernanza del riesgo de desastre, que logre incluir la resiliencia dentro de la agenda política nacional. Esta Evaluación de Gobernanza de Riesgo de la OCDE mide el progreso de la implementación de la Ley 1523/2012 y provee recomendaciones para fortalecer los esfuerzos de Colombia hacia el futuro.
Hallazgos clave
El valor estratégico del marco de gobernanza del riesgo de desastre en Colombia: la Ley 1523/2012 allanó el camino para establecer el enfoque integral, de múltiples amenazas, establecido en diferentes sectores y niveles del gobierno. La Unidad Nacional de Gestión de Riesgo de Desastre (UNGRD) maneja y coordina la participación de los grupos de interés, a través de plataformas interinstitucionales, hacia una cultura compartida del riesgo. Varios canales de participación integral social en la creación de políticas y el compromiso con la transparencia, fortalecen la inclusión y la responsabilidad de Colombia en la gobernanza del riesgo de desastres.
Evaluación e identificación del riesgo de desastre: Mientras que a nivel nacional se han tenido evaluaciones de peligro disponibles para casi todos los tipos de peligros naturales, todavía hace falta información más detallada que informe para la toma de decisiones a nivel local. La necesidad de más información sobre los riesgos reales ha sido reconocida como una política prioritaria. Hay rango para mejorar la manera de compartir el conocimiento sobre los peligros entre los grupos de interés públicos y privados, para incrementar la comprensión de riesgos sistémicos e interconectados.
Reducción del riesgo de desastre: Colombia ha adoptado un enfoque dual, el cual consiste en evitar la creación de nuevos riesgos y la reducción de riesgos existentes. Aunque muchos esfuerzos se hacen para reducir los riesgos de desastres, las viviendas informales propensas al peligro son un problema mayor que todavía no ha sido abordado mediante una estrategia integral. Las políticas de reducción de riesgo de desastre actuales también se quedan cortas cuando se trata de evitar la creación de nuevos riesgos para hogares y negocios. La UNGRD no ha hecho uso total de los mecanismos de financiación central, tales como el Fondo Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastre o el Fondo Nacional de Adaptación, para apoyar agencias gubernamentales y gobiernos departamentales en la implementación de medidas prioritarias para la reducción del riesgo de desastre.
Preparación y respuesta al desastre: La Estrategia Nacional de Respuesta al Desastre ha aclarado los roles y las responsabilidades para la preparación y respuesta en caso de emergencias y ha identificado políticas prioritarias. Ejercicios regulares de manejo de crisis y simulacros organizados por la UNGRD, junto a las partes interesadas y a la Sala Nacional de Crisis, permiten la cooperación efectiva en caso de un desastre.
Recuperación y reconstrucción en caso de desastre: Evitar riesgos es una política prioritaria en el proceso de reconstrucción, aunque la ayuda económica después del desastre aún no ha sido diseñada tal como corresponde. Existen algunos mecanismos de aprendizaje sistemático para promover el mejoramiento de la respuesta al desastre a través del tiempo.
Recomendaciones clave
Reforzar el marco estratégico de gobernanza para la gestión del riesgo de desastre. El rol de los grupos de interés en las plataformas de coordinación interinstitucional podría ser formulado más claramente y los mecanismos de intercambio de la información podrían ser ampliados. Para fortalecer la participación de los interesados, se necesita establecer un proceso de comunicación de dos vías.
Fortalecer las capacidades de gestión de riesgos de los sectores gubernamentales relevantes. La fortaleza de sectores como la agricultura, la vivienda o el turismo, contribuye de manera crucial a la capacidad de reacción general de Colombia ante los desastres. Las estrategias de gestión del riesgo sectorial podrían orientar las responsabilidades de la gestión del riesgo de desastres en todos los sectores. Se debe incluir la evaluación de los riesgos de desastres en las actividades sectoriales y el fortalecimiento de las capacidades en la preparación y gestión de la respuesta a los desastres.
Enfocarse en el aprendizaje: Los procesos sistemáticos de aprendizaje de lecciones y la implementación del seguimiento anual del Plan Nacional de Gestión del Riesgo de Desastre presentan una oportunidad para identificar los cambios en el plan de acción con el fin de mejorar el rendimiento a través del tiempo.
Reforzar las condiciones normativas para garantizar la continuidad del negocio: la contribución de hogares y negocios podría ser mayor mediante el establecimiento de responsabilidades claras. La responsabilidad de los dueños y operadores de infraestructura critica podría ser definido a través de estrategias dirigidas, regulaciones, y a través de consejos técnicos que apoyen su rol. Se deberían desarrollar asociaciones públicas-privadas como un vehículo útil para involucrar el sector privado en la gestión del riesgo de desastre.
Promover el uso de la información de riesgos y peligros en la creación e implementación de las políticas: La información disponible sobre riesgos y peligros podría ser mejor aprovechada en la priorización de decisiones para la gestión del riesgo de desastre, así como en la planeación del uso de tierras y el desarrollo y aplicación del código de construcción.
Considere realizar una valoración nacional de riesgo: Una valoración nacional de riesgo une a una gran variedad de grupos de interés del gobierno para evaluar el riesgo de una manera integral. Esto ayuda a lograr un consenso entre las estrategias de inversión del gobierno y las políticas prioritarias durante la totalidad del ciclo de gestión del riesgo de desastre.
Tomar acción dirigida para reducir los riesgos de desastre: Los incentivos de financiación, tales como los mecanismos de financiación central para cofinanciar la reducción del riesgo de desastre, podrían ser apalancados para escalar las inversiones en reducción de riesgos. Para ese fin, sería útil centrarse en la comunicación continua de los códigos de construcción y la forma en la que debe implementarse la edificación de las viviendas. Fortalecer las facultades de aplicación de regulaciones para el uso de suelos y aplicación del código de construcción podrían reducir el riesgo de desastre aún más.
Reforzar las facultades de gestión de desastres en todos los niveles del gobierno para garantizar respuestas al desastre efectivas en el nivel apropiado. Sistemas de alerta temprana pueden ser sistemáticamente actualizados para dar alertas en tiempo real, que activen las respuestas al desastre en la escala apropiada. Asegurar la cobertura nacional con salas de crisis, módulos de entrenamiento estandarizados y ejercicios de protección civil podrían contribuir a fortalecer aún más la capacidad de respuesta.
Maximizar el potencial de reducción del riesgo de desastre con los fondos disponibles para la recuperación y reconstrucción. La asistencia posterior al desastre debería ser provista de tal manera que claramente incentive las inversiones en medidas basadas en la resiliencia como parte de los esfuerzos de reconstrucción. Mecanismos claros de distribución de costos para la recuperación y reconstrucción de desastres a través de diferentes niveles del gobierno pueden ayudar a reducir el nivel de gastos imprevistos y motivar las inversiones para la reducción del riesgo de desastre.
Evaluar opciones de aseguramiento del riesgo de desastre para impulsar la resiliencia financiera de hogares y negocios. El aseguramiento del riesgo de desastre puede ser un mecanismo efectivo para promover la inversión en la reducción del riesgo de desastre y para fomentar una cultura de riesgo entre hogares y negocios. Tales mecanismos de aseguramiento también reducen la eventual responsabilidad del Gobierno central en caso de desastres.
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