Contar con un marco regulatorio claro, eficiente y moderno para los plaguicidas es esencial para abordar sus impactos en la salud humana y el medio ambiente, y para respaldar un enfoque de ciclo de vida para su gestión, cuidando que también se garantice la protección de los cultivos y una industria agrícola sostenible. Este reporte lleva a cabo una revisión amplia del estado de la regulación de plaguicidas en México y brinda recomendaciones para mejorar.
México cuenta con un extenso marco legislativo e institucional de plaguicidas. Sin embargo, está dividido en una serie de leyes, reglamentos técnicos, gestionados por diferentes autoridades. Tres autoridades regulatorias tienen la mayor injerencia en la regulación de plaguicidas: la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), la Secretaría de Medioambiente y Recursos Naturales (SEMANART), y el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad (SENASICA).
La falta de regulación transversal, con un enfoque de ciclo de vida para el manejo de plaguicidas en México plantea un gran desafío. En las últimas décadas, México ha abordado diversos temas del marco regulatorio de plaguicidas de una manera ad hoc. Sin embargo, no se ha llevado a cabo un esfuerzo para lograr un diseño del sistema regulatorio que cubra de manera efectiva y eficiente todo el ciclo de vida de los plaguicidas: desde las evaluaciones de nuevos productos, hasta la medición de impacto de éstos. Además, una mejor recopilación y acceso a datos sobre plaguicidas respaldaría la gestión del ciclo de vida y ayudaría a abordar el comercio ilegal de plaguicidas.
Otro desafío son los retrasos recurrentes en el registro de productos de plaguicidas. El reglamento establece los respectivos roles y responsabilidades de COFEPRIS, SEMARNAT y SENASICA para un proceso conjunto de registro de plaguicidas. Después de recibir la información, COFEPRIS solicita opiniones técnicas a SEMARNAT y SENASICA. Si bien, en teoría, la COFEPRIS es la responsable última de otorgar el registro, en la práctica está sujeta al poder de veto de la SEMARNAT y el SENASICA. Si alguna de estas instituciones utiliza su poder de veto, la COFEPRIS no puede anularlo. Esto limita el incentivo para trabajar juntos para identificar soluciones y llegar a un consenso entre los tres reguladores y destaca la necesidad de armonizar los enfoques.
También hay áreas de mejora en torno al cumplimiento normativo y en las actividades de supervisión y cumplimiento del sector de plaguicidas de México. Las estrategias de cumplimiento y aplicación efectivas son esenciales para monitorear la implementación adecuada del marco regulatorio para plaguicidas y para garantizar la seguridad del consumidor, detectar el uso indebido y abordar el comercio ilegal de plaguicidas. Los reguladores mexicanos en este sector carecen de una estrategia de cumplimiento conjunta y un plan transparente y plurianual con metas específicas para monitorear el cumplimiento de las regulaciones. Además, los roles y responsabilidades están fragmentados y el alcance que se debe cubrir es amplio, lo que crea prioridades y complejidad en competencia. Otras preocupaciones incluyen el uso generalizado de productos ilegales y no registrados y la financiación insuficiente para la aplicación y evaluación de productos.