La educación terciaria se ha convertido en el nivel educativo más común alcanzado por las personas de 25 a 34 años en España. La proporción de personas de 25 a 34 años con nivel educativo de terciaria aumentó del 34 % en 2000 al 49 % en 2021. En el otro extremo del espectro de logros educativos, el 28 % de las personas de 25 a 34 años todavía no tienen un título de segunda etapa de educación secundaria, el doble de la media de los países de la OCDE.
La probabilidad de tener un empleo aumenta con el nivel educativo alcanzado, pero varía según el campo de estudio. En España, las personas de 25 a 64 años con un título universitario en tecnologías de la información y la comunicación (TIC) cuentan con las mejores perspectivas con una tasa de empleo del 88 %. Sin embargo, los estudiantes de TIC representan solo el 6 % de los nuevos matriculados en la educación terciaria en España, mismo nivel que la media de la OCDE.
Menos de dos tercios de los graduados en programas de segunda etapa de educación secundaria vía profesional en España tienen acceso directo a la educación terciaria en 2020. Esto limita las posibilidades de los graduados de continuar sus estudios y reduce el atractivo de los programas de formación profesional. La edad media de graduación en formación profesional es de 24 años en España, ligeramente por encima de la media de la OCDE de 22 años.
En 2019, España gastó el 4,3 % de su producto interior bruto (PIB) en instituciones de educación primaria a educación terciaria. La media en los países de la OCDE fue del 4,9 %.
España cuenta con una proporción relativamente alta de personal académico de mayor edad en comparación con la media de los países de la OCDE. En 2020, el 47 % del personal académico en España tiene 50 años o más, en comparación con el 40 % de media en los países de la OCDE.
Education at a Glance 2022
España
Aspectos destacados
Los resultados de las instituciones educativas y el impacto del aprendizaje
El nivel educativo ha aumentado en toda la OCDE, en particular en el nivel terciario. Entre 2000 y 2021, la proporción de personas de 25 a 34 años con educación terciaria aumentó una media de 21 puntos porcentuales (del 27 % al 48 %). En España, la participación también aumentó, aunque a un ritmo más lento, 15 puntos porcentuales (del 34 % en 2000 al 49 % en 2021) (Gráfico 1). España es uno de los 24 países de la OCDE donde el nivel terciario es el nivel educativo más común alcanzado por las personas de 25 a 34 años es el nivel terciario.
La segunda etapa de la educación secundaria a menudo se considera la cualificación mínima para una participación exitosa en el mercado laboral. Aunque el aumento general en el nivel educativo ha visto una disminución paralela en la proporción de personas de 25 a 34 años sin estudios de segunda etapa de la educación secundaria, todavía el 14 % de los adultos jóvenes en la OCDE abandonaron la educación sin una calificación de segunda etapa de educación secundaria en 2021, una disminución de 5 puntos porcentuales desde 2011. En España, el porcentaje pasó del 35 % en 2011 al 28 % en 2021.
Las medias nacionales brindan solo una imagen incompleta de la situación en un país determinado. En la mayoría de los países de la OCDE, existen grandes diferencias en el logro educativo entre las regiones subnacionales. Este es el caso de España. En 2021, la diferencia entre la comunidad con mayor porcentaje de personas de 25 a 64 años con estudios terciarios (País Vasco, con un 56 %) y la de menor porcentaje (Ceuta, con un 25 %) es de 31 puntos porcentuales. Las variaciones en el nivel educativo entre las regiones subnacionales reflejan, hasta cierto punto, la diferencia en las condiciones económicas y los patrones de migración interna.
Un mayor nivel educativo se asocia a menudo con mejores perspectivas de empleo y España no es una excepción. En 2021, la tasa de empleo entre las personas de 25 a 34 años con educación terciaria en España es 19 puntos porcentuales más alta que entre aquellos con un título inferior a la segunda etapa de educación secundaria y 9 puntos porcentuales más que entre aquellos con un título de segunda etapa de educación secundaria o postsecundaria no terciaria. De media en los países de la OCDE, la tasa de empleo entre las personas de 25 a 34 años con una cualificación terciaria es 26 puntos porcentuales más alta que entre aquellos con un nivel inferior a la segunda etapa de educación secundaria y 8 puntos porcentuales más alta que entre aquellos con un título de segunda etapa de educación secundaria o postsecundaria no terciaria. Si bien el vínculo positivo entre el logro educativo y las tasas de empleo se mantiene tanto para hombres como para mujeres en toda la OCDE, es particularmente significativo para las mujeres. En España, el 49 % de las mujeres con un nivel educativo inferior a la segunda etapa de educación secundaria están empleadas, frente al 77 % de las que tienen un título terciario. En cambio, las cifras son del 66 % y del 80 % para los hombres.
En toda la OCDE, los beneficios para el mercado laboral de la educación terciaria han demostrado ser especialmente importantes durante las crisis económicas. Este fue el caso durante la pandemia de la COVID-19 en España. Entre 2019 y 2020, el desempleo de los trabajadores de 25 a 34 años con un nivel inferior a la segunda etapa de educación secundaria aumentó en 4,1 puntos porcentuales, en 3,6 puntos porcentuales para los trabajadores con un título de segunda etapa de educación secundaria y en 3,3 puntos porcentuales para los trabajadores con un título de educación terciaria. En 2021, el desempleo de los trabajadores con un nivel inferior a la segunda etapa de educación secundaria se mantuvo constante, mientras que se redujo en 1,8 puntos porcentuales para los trabajadores con un título de segunda etapa de educación secundaria y en 2 puntos porcentuales para los trabajadores con un título de educación terciaria.
El nivel educativo no solo afecta a las perspectivas de empleo, sino también a los niveles salariales. De media en toda la OCDE, en 2020, los trabajadores a tiempo completo y parcial de 25 a 64 años con un nivel de segunda etapa de educación secundaria o postsecundaria no terciaria ganan un 29 % más que los trabajadores con un nivel inferior al nivel de segunda etapa de educación secundaria, mientras que aquellos con un título terciario ganan aproximadamente dos veces más. En España, la ventaja salarial de los trabajadores con educación terciaria fue similar a la media de la OCDE. En 2019, los trabajadores con un título de educación secundaria de segunda etapa o postsecundaria no terciaria ganaron un 32 % más que aquellos con un nivel inferior a la segunda etapa de educación secundaria y aquellos con un título de educación terciaria ganaron un 91 % más.
Acceso a la educación, participación y progreso
La educación obligatoria se extiende desde los 6 años hasta los 16 años en España. El rango de edades para el que está matriculado al menos el 90 % de la población es más largo que el período de educación obligatoria y va desde los 3 hasta los 17 años. Esto es similar a la mayoría de los otros países de la OCDE, donde más del 90 % de la población también están matriculados por más tiempo que el período de educación obligatoria en 2020.
La edad a la que los niños y niñas acceden a la educación y atención a la primera infancia difiere mucho entre los países. En España, la educación y atención a la primera infancia cuenta con objetivos educativos intencionados para los niños y niñas menores de 1 año y en 2020 el 41 % de los niños y niñas menores de 3 años están matriculados en educación infantil. En los países de la OCDE, la tasa media de escolarización entre los niños y niñas menores de 3 años es del 27 %, pero las tasas van desde menos del 1 % al 63 %. La tasa de escolarización entre los niños de 3 a 5 años aumenta sustancialmente en todos los países de la OCDE. En España, el 97 % de todos los niños y niñas de esta edad están matriculados en educación infantil, por encima de la media de la OCDE (83 %).
La edad media de graduación de los programas de la segunda etapa de educación secundaria general varía de los 17 a los 21 años en los países de la OCDE y es de 18 años en España. Las diferencias en la edad media de graduación de segunda etapa de la educación secundaria profesional son mucho mayores y varían de los 16 a los 34 años en la OCDE. Estas diferencias dependen, en gran medida, de cuándo se matriculan los estudiantes de la segunda etapa de educación secundaria vía profesional, que puede ser al final de su educación obligatoria o en un momento más avanzado de su carrera profesional. En España, la edad media de graduación de la segunda etapa de educación secundaria profesional es de 24 años, por encima de la media de la OCDE que es de 22 años (Gráfico 2).
En casi todos los países de la OCDE, las mujeres son mayoría entre las personas graduadas en la segunda etapa de la educación secundaria general son mujeres. En España, la tasa es del 55 % en 2020, similar a la media de la OCDE. Por el contrario, los hombres están sobrerrepresentados entre los graduados de programas de segunda etapa de educación secundaria profesional en la mayoría de los países de la OCDE, pero no en España, donde los hombre representan el 50 % de todos los graduados en la vía profesional, por debajo de la media de la OCDE (55 %).
En España, en 2021, el 62 % de los jóvenes de entre 18 y 24 años siguen estudiando o formándose a tiempo completo o a tiempo parcial en la segunda etapa de educación secundaria o en la educación terciaria (muy por encima de la media de la OCDE del 54 %). De estos estudiantes, el 8 % combina su educación o formación con algún tipo de empleo en España, frente al 17 % de media en la OCDE.
Una diferencia significativa entre los sistemas educativos es si los programas de educación secundaria profesional brindan o no acceso a la educación terciaria. En 12 países de la OCDE, todos los graduados de la segunda etapa de educación secundaria profesional tienen acceso directo a la educación terciaria en 2020. En España, solo el 59 % de los graduados en un programa de segunda etapa de educación secundaria profesional tienen acceso directo a la educación terciaria.
Como es el caso en todos los países de la OCDE, la mayoría de los estudiantes matriculados en el nivel terciario en España cursan estudios de grado en 2020 (57 % en España y 63 % de media en la OCDE). Sin embargo, el siguiente nivel de matriculación más común varía de un país a otro. En España, los matriculados en estudios de educación terciaria de ciclo corto constituyen el segundo grupo más grande de estudiantes de educación terciaria con un 22 %. Este también es el caso en otros 9 países de la OCDE, mientras que, en los 27 países restantes con datos disponibles, los estudiantes de máster forman el segundo grupo más grande.
Con un 20 %, ciencias empresariales, administración y derecho fue el campo de estudio más popular entre los nuevos matriculados en la educación terciaria en España, como es el caso en la mayoría de los países de la OCDE en 2020. A pesar de la creciente necesidad de habilidades digitales y las buenas perspectivas de empleo de los estudiantes que titulan en el campo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), solo una pequeña porción de los estudiantes elige este campo. En España, el 88 % de las personas de entre 25 y 64 años con una cualificación terciaria en TIC tienen empleo, pero los estudiantes de TIC representan solo el 6 % de las nuevas matrículas de educación terciaria, mismo valor que la media de la OCDE.
Recursos financieros invertidos en educación
Todos los países de la OCDE y asociados dedican una parte sustancial de su producción nacional a las instituciones educativas. En 2019, los países de la OCDE gastaron de media el 4,9 % de su PIB en instituciones de educación primaria a terciaria (incluyendo I+D). En España, la proporción correspondiente fue inferior a la media de la OCDE, con un 4,3 %. En relación con el gasto público total, el gasto público en educación primaria a terciaria (incluyendo I+D) fue del 8,6 %, por debajo de la media de la OCDE del 10,6 % (Gráfico 3).
Entre 2008 y 2019, la financiación de las instituciones educativas por todas las fuentes creció un 10 % en España. Durante el mismo período de tiempo, el aumento del PIB fue menor con un 7 %. Como consecuencia, el gasto en instituciones educativas como porcentaje del PIB creció 0,1 puntos porcentuales durante el mismo período.
El gasto en instituciones educativas como porcentaje del PIB o de los presupuestos públicos son medidas importantes de la relevancia que los países otorgan a la educación en sus decisiones presupuestarias. Sin embargo, no muestran la cantidad total de financiación por estudiante porque los niveles del PIB, los presupuestos públicos y el número de estudiantes varían de un país a otro. Desde la educación primaria hasta la terciaria (incluida la I+D), los países de la OCDE gastan una media de 11 990 dólares por estudiante (en dólares equivalentes convertidos según la paridad de poder adquisitivo para el PIB) en instituciones educativas cada año. En comparación, España gastó 10 694 dólares por estudiante en 2019. Su gasto acumulado en la educación de un estudiante de 6 a 15 años fue de 93 094 dólares, por debajo de la media de la OCDE de 105 502 dólares.
En los países de la OCDE, la oferta educativa en primaria y secundaria en términos de planes de estudio, estilos de enseñanza y gestión organizativa conduce, en promedio, a patrones similares de gasto por estudiante desde primaria hasta educación postsecundaria no terciaria. Los países de la OCDE en su conjunto se gastaron de media alrededor de 9923 dólares por estudiante en primaria y 11 400 dólares por estudiante en secundaria. En España, los valores fueron de 8580 dólares en primaria y 10 706 dólares en secundaria en 2019.
El gasto por estudiante en educación terciaria en España es mayor que en otros niveles educativos, como es el caso en casi todos los demás países de la OCDE. En 2019, el gasto medio por estudiante en educación terciaria (incluyendo la I+D) en España fue de 14 237 dólares al año, unos 5700 dólares más que en primaria y 3500 dólares más que en secundaria. El gasto medio por alumno o alumna de educación terciaria en España estuvo por debajo de la media de la OCDE (17 559 dólares), pero similar al de muchos otros países. En otras palabras, el gasto medio en educación terciaria se vio elevado por los altos valores de un pequeño grupo de países. Con un 25 %, la proporción del gasto en investigación y desarrollo (I+D) en educación terciaria representó una fracción menor en España que en la media de los países de la OCDE (29 %).
La financiación pública domina la educación no terciaria (primaria, secundaria y postsecundaria no terciaria) en todos los países de la OCDE, incluso después de las transferencias al sector privado. En 2019, la financiación privada en España supuso el 13 % del gasto en primaria, secundaria y postsecundaria no terciaria, frente al 10 % de media de la OCDE. Por el contrario, el gasto privado en educación terciaria es mayor en todos los países de la OCDE. En España, la proporción del gasto privado en educación terciaria fue del 33 %, ligeramente superior a la media de la OCDE del 31 %.
Profesorado, el contexto de aprendizaje y la organización de los centros educativos
Entre el año 2015 y el 2021, de media en los países de la OCDE, los salarios reglamentarios del profesorado de primera etapa de educación secundaria (programas generales) con 15 años de experiencia y las cualificaciones más habituales aumentaron un 6 % en términos reales. En España, los salarios aumentaron de forma similar a la media de la OCDE, un 5%.
En los países de la OCDE, el promedio de horas de enseñanza al año de un docente medio en las instituciones educativas públicas tiende a disminuir a medida que aumenta el nivel educativo. Este es también el caso de España. En base a la normativa o acuerdos oficiales, en 2021, las horas lectivas anuales en España son 871 horas al año en los niveles de infantil y primaria y 665 horas en los niveles de primera etapa de secundaria (programas generales) y segunda etapa de educación secundaria (programas generales) (Gráfico 4).
Durante su horario de trabajo, los docentes también realizan varias tareas no docentes, como planificar y preparar las clases, corregir el trabajo del alumnado y comunicarse o cooperar con los padres o tutores. En 2021, en el nivel de segunda etapa de secundaria, el 53 % del horario de trabajo de los docentes se dedica formalmente a actividades no docentes en España, en comparación con una media del 56 % en los países de la OCDE y asociados.
La duración de la formación inicial del profesorado de primaria y primera etapa de secundaria oscila entre 2,5 y 6,5 años en los países de la OCDE. En España, la formación inicial del profesorado suele durar cinco años para los futuros profesores de primera etapa de secundaria (programas generales). Es más corto para los futuros maestros de primaria, 4 años. Como es el caso en casi todos los países de la OCDE, se otorga un título de nivel terciario a los futuros docentes de todos los niveles de educación al finalizar su formación docente inicial.
El desarrollo profesional continuo es obligatorio en cierta medida para los docentes de programas generales en la mayoría de los países con datos y España no es una excepción. En España, tal y como lo define la normativa nacional, el desarrollo profesional continuo es un derecho y una obligación de todo el profesorado y una responsabilidad de las administraciones educativas y de los propios centros.
Educación terciaria
En 2021, entre las personas de 25 a 64 años en España, los másteres o títulos equivalentes son el título de nivel terciario más común con un 16 % de la población, seguidas de las cualificaciones terciarias de ciclo corto con un 12 % y los grados o títulos equivalentes con un 11 %. Esto es diferente a la media de la OCDE, donde los títulos de grado o equivalentes son los más comunes (19 %), seguidos de másteres o títulos equivalentes (14 %) y títulos de nivel terciario de ciclo corto (7 %). Como en todos los países de la OCDE, solo una pequeña fracción de la población adulta tiene un doctorado o un título equivalente; la proporción es del 1% en España.
En promedio, la titulación terciaria genera una amplia gama de beneficios en el mercado laboral, incluidas altas tasas de empleo. Sin embargo, existen diferencias significativas según el área de estudio. En 2021, las tasas de empleo en España son más altas entre las personas adultas con educación terciaria que estudiaron TIC con un 88 % y más bajas entre aquellos que estudiaron los campos amplios de artes y humanidades, de ciencias sociales, periodismo e información o de educación, con un 78 %. Sin embargo, estas diferencias deben ser puestas en perspectiva. Aun así, la tasa de empleo entre las personas de 25 a 64 años con educación terciaria en las áreas con la tasa de empleo más baja es 7 puntos porcentuales más elevada que la de entre aquellos con el nivel de segunda etapa de educación secundaria (incluyendo todos los campos).
A pesar de las ventajas del mercado laboral de un título terciario, muchos estudiantes terciarios no se gradúan a tiempo o no se gradúan en absoluto. En España, el 37 % de los estudiantes de grado se gradúan dentro de la duración teórica del programa en 2020. En toda la OCDE, la tasa de finalización dentro de la duración teórica del programa oscila entre el 12 % y el 69 %. Las tasas de finalización tres años después de la duración teórica del programa son significativamente más altas en la mayoría de los países y las diferencias entre los países de la OCDE son algo más estrechas. En España, el 72 % de los estudiantes de grado se han graduado considerados tres años posteriores a la duración teórica del programa, en comparación con el 68 % de la media de la OCDE.
En todos los países de la OCDE, las tasas de finalización de la educación terciaria son más altas para las mujeres que para los hombres. En España, el 79 % de las mujeres se gradúan considerados los tres años siguientes a la finalización de la duración teórica del programa de grado, frente al 64 % de los hombres.
En toda la OCDE, hay poca diferencia entre las tasas de finalización de las instituciones públicas y privadas, pero las cifras difieren de un país a otro. En España, el 71% de los estudiantes de grado en instituciones públicas se gradúan tras los tres años posteriores al final de la duración teórica del programa, mientras que la proporción es del 82 % para instituciones privadas.
En la mayoría de los países de la OCDE, incluida España, las personas adultas con educación terciaria tienen tasas más altas de participación en la educación y formación no formal que aquellos con un nivel educativo más bajo. En 2021, el 18 % de las personas de entre 25 y 64 años con educación terciaria en España había participado en educación y formación no formal en las cuatro semanas anteriores a la encuesta de recogida de información, en comparación con el 4 % de sus homólogos con un nivel inferior a la segunda etapa de educación secundaria. Estas tasas son similares a la media de los países de la OCDE que aportaron información con el mismo período de referencia, donde el 16 % de las personas adultas con educación terciaria había participado en educación y formación no formal en comparación con el 4 % de las personas adultas con un nivel inferior a la segunda etapa de educación secundaria.
El ingreso a la educación terciaria a menudo significa un gasto para los estudiantes y sus familias, en términos de precios de matrícula, ingresos no percibidos y gastos de manutención, aunque también pueden recibir apoyo financiero para ayudar a costear los estudios. Sin embargo, las políticas públicas sobre los precios de matrícula y el apoyo financiero para los estudiantes difieren mucho entre países. En España, los niveles medios de precios de matrícula se combinan con niveles intermedios de apoyo financiero para los estudiantes. Para el año académico de referencia 2018/19, las instituciones públicas en España cobraron precios públicos de matrícula de 1 768 dólares para estudiantes nacionales de nivel de grado y de 2 581 dólares a los de nivel de máster.
Los países de la OCDE tienen diferentes enfoques para brindar apoyo financiero a los estudiantes matriculados en educación terciaria, pero en general los países con el nivel más alto de transferencias públicas al sector privado son los que también tienden a tener los precios de matrícula más altos. En seis países de la OCDE y otros participantes, al menos el 80 % de los estudiantes nacionales reciben apoyo financiero público en forma de préstamos, becas o subvenciones para estudiantes. En otros seis países, menos del 25 % de los estudiantes reciben apoyo financiero. En estos países y otros participantes, el apoyo financiero público se dirige a grupos seleccionados de estudiantes, como los de familias socioeconómicamente desfavorecidas. España se encuentra entre los dos grupos, donde el 44 % de los estudiantes reciben apoyo financiero.
A lo largo de las décadas, se han establecido instituciones privadas independientes para satisfacer la creciente demanda de la educación terciaria. De media en la OCDE, el 17 % de los estudiantes están matriculados en instituciones privadas independientes, pero esta cifra oculta grandes diferencias entre países en 2020. En España, el 22 % de los estudiantes de educación terciaria están matriculados en dichas instituciones. Las instituciones privadas independientes cobran de media precios de matrícula anuales más altos que las instituciones públicas para los programas de máster en todos los países de la OCDE y otros participantes con datos disponibles, excepto en Chile y Lituania.
Permitir que los estudiantes estudien a tiempo parcial es una forma importante de facilitar el acceso a la educación terciaria. Muchos estudiantes a tiempo parcial no podrían estudiar a tiempo completo, por ejemplo, porque tienen responsabilidades de cuidado de niños o tienen que trabajar para financiar sus estudios. En 2020, la proporción de estudiantes a tiempo parcial en el nivel terciario en España es del 25 %, por encima de la media de la OCDE del 21 %. En comparación con 2013, este dato ha disminuido en 2 puntos porcentuales.
El personal de nivel terciario tiende a comenzar su carrera relativamente tarde debido a la duración de la educación que necesita para cualificarse. En España, solo el 3 % del personal académico tiene menos de 30 años, por debajo de la media de la OCDE del 8 % en 2020. En cambio, la proporción de personal académico de 50 años o más es del 47 %, por encima de la media de la OCDE en 7 puntos porcentuales.
COVID-19: El segundo año de la pandemia
La pandemia de COVID-19 interrumpió la educación tradicional en 2020 y la primera mitad de 2021, lo que provocó el cierre de escuelas en todos los países de la OCDE. Si bien la mayoría cerró sus instalaciones por completo a raíz de la pandemia en 2020, para 2021 la situación había mejorado y vuelto a la normalidad en la mayoría de los países en 2022. En España, los centros de educación primaria y secundaria estuvieron completamente cerrados durante 45 días en 2019/20, y permanecieron abiertos durante los cursos escolares 2020/21 y 2021/22 (Gráfico 5). No hubo cierres parciales durante estos tres cursos escolares.
Las ausencias de los docentes también afectaron al funcionamiento regular de los centros durante la pandemia, ya sea por contagios de COVID-19 o por la cuarentena preventiva. Sin embargo, solo aproximadamente la mitad de los países recopilaron información sobre el absentismo docente, entre ellos España, donde se mantuvo constante en los cursos escolares 2019/20 y 2021/22.
Los exámenes nacionales también se han visto afectados por la pandemia. En la segunda etapa de educación secundaria general, 18 países de la OCDE pospusieron sus exámenes nacionales durante el curso escolar 2019/20, mientras que 10 países incluso los cancelaron por completo. En 2020/21, los exámenes nacionales se pospusieron en 9 países y se cancelaron en 6 países. España reprogramó sus exámenes nacionales en el curso escolar 2019/20.
La mayoría de los países realizaron evaluaciones del impacto del cierre de escuelas en los resultados del aprendizaje en varios niveles educativos y en varias dimensiones. España ha realizado estudios para evaluar los efectos de la pandemia en el impacto en educación primaria, en la primera etapa de educación secundaria y en la segunda etapa de educación secundaria general. Como muchos otros países, España también evaluó dimensiones como la efectividad de las estrategias de aprendizaje a distancia durante el cierre de escuelas, así como la salud mental y el bienestar de los estudiantes.
En el curso escolar 2021/22, se implementaron en España programas nacionales para apoyar a los estudiantes afectados por la pandemia en los niveles de preprimaria, primaria, primera etapa de educación secundaria, segunda etapa de educación secundaria (general y profesional) y terciaria. Desde la educación primaria hasta la segunda etapa de secundaria, las medidas para abordar los efectos de la pandemia de COVID-19 incluyeron: sistemas de alerta temprana para identificar a los estudiantes en riesgo de abandonar la escuela y reinscripción automática de los estudiantes en la escuela. El gobierno está evaluando la eficacia de estos programas.
La creciente digitalización de la educación ha sido una consecuencia importante de la pandemia de COVID-19 en muchos países de la OCDE. En la primera etapa de educación secundaria, España ha respondido a la pandemia con una mejor oferta de herramientas digitales en la escuela, aprendizaje a distancia, aprendizaje híbrido, formación digital al profesorado, tanto en la formación continua como en la formación inicial del profesorado, así como formación digital para estudiantes.
La pandemia de COVID-19 tuvo un impacto significativo en el aprendizaje de personas adultas en la mayoría de los países de la OCDE. En 2020, la proporción de personas adultas que participaron en educación y formación formal o no formal en las cuatro semanas anteriores a la encuesta disminuyó de media 2 puntos porcentuales en los países de la OCDE en comparación con 2019. Sin embargo, en 2021, la participación en educación y formación no formal volvieron a los niveles anteriores a la pandemia en la mayoría de los países. En España, de 2019 a 2020, la proporción de personas adultas que participaron en educación y formación formal o no formal se mantuvo sin cambios. De 2020 a 2021, aumentó en 3 puntos porcentuales y, por lo tanto, ha aumentado por encima de los niveles previos a la pandemia.
Las personas adultas jóvenes que no están en educación ni empleadas (NEET) durante períodos prolongados están en riesgo de situaciones económicas y sociales adversas, tanto a corto como a largo plazo. Después de aumentar durante la pandemia de COVID-19 en 2020, la proporción de jóvenes de 18 a 24 años que son NEET en España disminuyó en 2021. La proporción de NEET entre los jóvenes de 18 a 24 años fue del 19 % en 2021, niveles pre-COVID.
Referencias
OECD (2022), Education at a Glance 2022: OECD Indicators, OECD Publishing, Paris, https://dx.doi.org/10.1787/69096873-en.
OECD (2022), “Regional education”, OECD Regional Statistics (database), https://dx.doi.org/10.1787/213e806c-en.
Más información
Para más Información sobre Education at a Glance 2022 y para acceder al conjunto de todos los indicadores, visite: https://doi.org/10.1787/3197152b-en.
Para más información en la metodología usada durante la recogida de datos para cada indicador, las referencias a las fuentes y notas específicas de cada país, visite el Anexo 3 (https://www.oecd.org/education/education-at-a-glance/EAG2022_X3.pdf).
Para información general sobre metodología, visite el manual OECD Handbook for Internationally Comparative Education Statistics: Concepts, Standards, Definitions and Classifications (https://doi.org/10.1787/9789264304444-en).
Para obtener datos actualizados, consulte el sitio http://dx.doi.org/10.1787/eag-data-en y consulte el StatLinks bajo las tablas y gráficos que aparecen en la publicación.
Los datos de regiones subnacionales en una selección de indicadores están disponibles en Regional Statistics (database) (OECD, 2022). A la hora de interpretar los datos de entidades subnacionales, el lector debe tener en cuenta que el tamaño de la población de las entidades subnacionales puede variar mucho dentro de los países. Por ejemplo, la variación regional en escolarización puede verse afectada por el alumnado escolarizado en una región diferente a la de su área de residencia, particularmente en los niveles superiores de educación. Además, las disparidades regionales tienden a ser mayores cuando se utilizan más entidades subnacionales en el análisis.
Explore, compare y visualice más datos y análisis con Education GPS:
https://gpseducation.oecd.org/
Los datos sobre las respuestas educativas durante la COVID-19 fueron recogidos y procesados por la OCDE a partir de la encuesta Joint National Responses to COVID-19 School Closures, un esfuerzo de colaboración realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO); el Instituto de Estadística de la UNESCO (IEU); el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF); el Banco Mundial y la OCDE.
This translation is published by arrangement with the OECD. It is not an official OECD translation. The quality of the translation and its coherence with the original language text of the work are the sole responsibility of the author(s) of the translation. In the event of any discrepancy between the original work and the translation, only the text of original work shall be considered valid.