Estas directrices consisten en cuatro capítulos:
El Capítulo 1 define la participación ciudadana, esboza las razones por las cuales involucrar a la ciudadanía en la toma de decisiones pública, y aborda los mitos más comunes sobre participación ciudadana.
El Capítulo 2 introduce un camino de diez pasos para planificar e implementar un proceso de participación ciudadana y brinda consejos e instrucciones detalladas sobre cómo hacerlo. El camino lleva al lector a través de un proceso de reflexión, comenzando con el problema que abordará el proceso de participación, todo el trayecto hasta seleccionar el método de participación más aplicable, reclutar participantes, elegir las herramientas adecuadas, fijar el cronograma, comunicar, asegurar la inclusión, evaluarla, y más. Al final de cada paso, las directrices brindan preguntas útiles para la reflexión. El Anexo A contiene una lista de verificación que puede ser utilizada para guiar al lector a través de la implementación del proceso participativo. Este capítulo es el más útil para quienes formulan políticas y desean implementar un proceso participativo, pero no saben bien por dónde empezar, qué métodos utilizar, o a quién involucrar.
El Capítulo 3 sugiere ocho principios guía para ayudar a asegurar la calidad de los procesos participativos.
El Capítulo 4 brinda más recursos sobre participación ciudadana, que incluye publicaciones, bases de datos, otros ejemplos de participación, y manuales sobre participación relevantes de la OCDE y externos.
Los Anexos contienen detalles adicionales sobre cada método de participación incluido en estas directrices.
Los consejos y los métodos que se esbozan en estos cuatro capítulos pueden ser utilizados por una amplia variedad de actores con diferentes propósitos.
Las personas que desempeñan cargos públicos de alto rango y quienes formulan las políticas del gobierno pueden utilizar estas directrices para dar forma a las agendas de sus instituciones y para aplicar los métodos de participación ciudadana a las políticas y servicios que diseñan e implementan.
Cualquier persona en un cargo público puede utilizar estas directrices para realizar aportes concretos a la visión y esfuerzos de participación ciudadana de sus instituciones.
Los gobiernos locales pueden encontrar inspiración para los procesos de participación ciudadana que pueden adaptarse a su contexto particular y ayudar a promocionar la participación ciudadana dentro de sus propias esferas de responsabilidad.
Cualquier ciudadano o ciudadana u organización de la sociedad civil puede utilizar estas directrices para aprender sobre diferentes formas en las que sus gobiernos puedan involucrarlos en la toma de decisiones públicas y dar a conocer sus preferencias de mayor participación.
Otros actores, tales como la academia o empresas privadas, pueden aplicar estos métodos para involucrar a la ciudadanía en su investigación o en otras actividades.