La guía del lector proporciona información sobre el exhaustivo análisis realizado por la OCDE de los resultados y la relevancia de la educación superior para el mercado laboral. Presenta la metodología utilizada en el estudio de México y concluye con una breve panorámica de los capítulos que el informe contiene.
Educación superior en México
Guía del lector
Abstract
En toda la OCDE, uno de los principales objetivos de los sistemas de educación superior es dotar a sus egresados de las competencias requeridas para triunfar en el mercado laboral. Las competencias desarrolladas en la educación superior, tanto las específicas por disciplina, como las transversales (Gráfica 1), pueden mejorar el bienestar económico de los individuos y apoyar la productividad, la innovación y el crecimiento económico de las naciones.
Las acreditaciones que los egresados reciben de las instituciones de educación superior al completar con éxito sus estudios son decisivas para señalar a los empleadores que cuentan con la capacidad, el interés, las competencias técnicas y profesionales pertinentes y los conocimientos para desempeñar un trabajo con éxito en un determinado ámbito. De hecho, un título de educación superior ya no es solo una ventaja para obtener acceso al campo, sino un requisito esencial para muchas ocupaciones.
En consecuencia, cuando la educación superior funciona bien, sirve para promover resultados sólidos en el mercado laboral para los egresados universitarios en términos de mayores ingresos, mayor seguridad en el mercado laboral y mejores condiciones de trabajo. Estos resultados obtenidos en el mercado laboral también son factores clave que determinan el bienestar general de una persona, como lo demuestran la Iniciativa para una Vida Mejor y el Marco de Calidad en el Empleo, ambos de la OCDE e investigaciones en los campos de la psicología, la economía y la sociología. Las personas con niveles de educación más altos tienen más probabilidades de comprometerse en términos cívicos, de tener mejores resultados en salud y menos probabilidades de implicarse en actividades delictivas. En general, tienen más probabilidades de sentirse satisfechas con su vida.
Sin embargo, no todos los egresados de educación superior tienen buenos resultados en el mercado laboral. La distribución de sus primas salariales en todos los países de la OCDE indica que una importante minoría no alcanza el éxito en el mercado laboral que podría esperarse de ellos. En particular, algunos egresados tienen problemas en la transición al mundo laboral, en tanto que otros no logran encontrar un empleo que corresponda a su formación y sus cualificaciones académicas. Dichos egresados también están descubriendo que las demandas de competencias cambian debido a tendencias generalizadas como la globalización, el cambio tecnológico y el rápido envejecimiento de la población. Esto pone en duda tanto la pertinencia, como la calidad de las competencias desarrolladas en la educación superior.
Los resultados obtenidos en toda la OCDE, menores a lo esperado, plantean múltiples inquietudes. Constituyen una decepción para cada uno de los egresados universitarios y sus familias, quienes invirtieron en sus estudios de educación superior y esperan un buen reingreso de su inversión en forma de empleos bien remunerados. La escasa reposición preocupa también a los gobiernos, que desempeñan un papel primordial en el financiamiento de los sistemas de este nivel educativo. Los responsables de la formulación de políticas públicas esperan que la educación superior genere competencias que fomenten la productividad y la innovación, cubran las necesidades de los empleadores y eleven la calidad general de vida de los ciudadanos.
Con estas inquietudes en mente, la OCDE emprendió el análisis exhaustivo de los resultados y la relevancia de la educación superior para el mercado laboral, proyecto que tiene el propósito de ayudar a los países a mejorar estos mediante una mayor comprensión de los vínculos entre el conocimiento y las competencias desarrollados en la formación y los resultados obtenidos por los egresados, así como de la manera en que las políticas y las prácticas pueden estimular y potenciar el desarrollo de conocimientos y competencias más pertinentes para el mercado laboral. Tres cuestionamientos clave orientan el análisis para ayudar a los países a identificar lo que pueden hacer para garantizar que los egresados de educación superior desarrollen esas competencias requeridas (Gráfica 1).
En este informe se presenta el análisis del nivel actual de consonancia de la educación superior en México con el mercado laboral y se plantean recomendaciones para mejorarlo. Entre enero y febrero de 2018 un equipo de revisión de la OCDE visitó las ciudades de México, Monterrey y Tuxtla Gutiérrez. Sus integrantes realizaron talleres y entrevistas con una amplia gama de partes interesadas para identificar y analizar las prácticas y políticas en vigor en el sistema de educación superior, con miras a apoyar sus resultados y su relevancia para el mercado laboral. Durante la visita, el equipo de revisión de la OCDE llevó a cabo talleres en cuatro instituciones de educación superior con la participación de estudiantes, egresados, personal académico, personal no académico y empleadores. Además, el equipo de revisión realizó entrevistas presenciales con empleadores, delegados sindicales, rectores y representantes de instituciones y asociaciones de educación superior privadas, públicas y de sostenimiento estatal. También, a lo largo del año 2018 se efectuaron entrevistas telefónicas para reunir más opiniones, experiencias y buenas prácticas de los actores clave. En marzo y abril de 2018, en una encuesta en línea sobre las prácticas, se recogieron los puntos de vista de más de 6 500 alumnos, personal académico, personal no académico y rectores de educación superior en México.
El análisis de los resultados y la relevancia del sistema de educación superior de México para el mercado laboral:
Identifica los conocimientos y las competencias necesarios en el mercado laboral mexicano, tomando en cuenta otros factores que van más allá del ámbito del sector de educación superior (Capítulo 2), y la estructura y la gobernanza del sector de educación superior (Capítulo 3).
Evalúa cuán bien el sistema de educación superior mexicano está desarrollando esas competencias relevantes para el mercado laboral al observar las competencias de los egresados de educación superior y los resultados del mercado laboral (Capítulo 4).
Identifica los enfoques de educación superior en México que facilitan u obstaculizan el desarrollo de competencias relevantes para el mercado laboral (Capítulo 5).
Explora y evalúa la eficacia de los instrumentos de política que los responsables de la formulación de políticas públicas en México utilizan para influir en el desarrollo de las competencias relevantes para el mercado laboral en el nivel de educación superior y los buenos resultados de los egresados en el mercado laboral (Capítulo 6).
Recuadro 1. ¿Qué competencias importan?
Para alcanzar el éxito en el mercado laboral, las personas precisan una mezcla de conocimientos y competencias. La Estrategia de Competencias de la OCDE define a estas como “el conjunto de conocimientos, habilidades y destrezas que permiten a los individuos realizar una actividad o tarea de manera adecuada y sistemática, y que pueden adquirirse y ampliarse a través del aprendizaje” (OECD, 2012[3]). Este proyecto se centra en el siguiente conjunto de competencias que son importantes para obtener buenos resultados en el mercado laboral.
Conocimientos y competencias específicas de una disciplina
Los buenos conocimientos y competencias técnicos, profesionales y específicos por disciplina reflejan una sólida comprensión teórica y práctica de la materia. En el nivel de educación superior, esto suele codificarse por disciplinas académicas. Las competencias no se desarrollan únicamente para cubrir las necesidades del mercado laboral y algunas disciplinas desarrollan competencias técnicas que no tienen un equivalente obvio en el ámbito laboral. Sin embargo, muchas cualificaciones técnicas y profesionales señalan a los empleadores que un egresado de educación superior puede tener las competencias, el interés y la capacidad requeridos para desempeñar tipos específicos de trabajos, y un conjunto de competencias técnicas y profesionales concretas es un requisito esencial para muchos empleos (OECD, 2014[4]). A menudo los empleadores utilizan estas cualificaciones como un primer filtro para seleccionar a las personas para los puestos de trabajo (Montt, 2015[5]). En el nivel del mercado laboral general, contar con una oferta y una mezcla adecuadas de estas competencias es una precondición importante para el buen crecimiento económico.
Competencias transversales
Los egresados de educación superior necesitan aplicar sus conocimientos en circunstancias inciertas y en constante evolución. Para ello, requieren una amplia gama de competencias, incluidas las cognitivas y metacognitivas (por ejemplo, pensamiento crítico, pensamiento creativo, aprendizaje para aprender y autorregulación); competencias socioemocionales (por ejemplo, empatía, autoeficacia y colaboración), así como competencias prácticas y físicas (por ejemplo, procesamiento de nueva información y uso de dispositivos de la tecnología de la comunicación). Se trata de competencias transversales, que los egresados pueden trasladar con facilidad de un contexto de empleo a otro.
Las buenas competencias genéricas cognitivas y de procesamiento de información implican comprender, interpretar, analizar y comunicar información compleja, y la habilidad para aplicar esta información a situaciones de la vida cotidiana (OECD, 2015[6]). Estas son las competencias que las personas utilizan en todo tipo de trabajo y sustentan la participación eficaz en la vida social y económica. También ayudan a las personas a adaptarse a una economía cambiante. Las competencias cognitivas como el pensamiento crítico sustentan los resultados positivos en el sitio de trabajo, pues permiten a las personas afrontar los retos de carácter no rutinario en forma proactiva y eficaz (OECD, 2015[6]). La capacidad de realizar análisis y síntesis es cada vez más importante para el éxito en el mercado laboral.
Las competencias socioemocionales implicadas en el logro de objetivos (perseverancia, autocontrol y pasión por las metas), en el trabajo con otros (sociabilidad, respeto y atención) y en el manejo de emociones (autoestima, optimismo y confianza) son también muy importantes en el mundo del trabajo (OECD, 2015[6]); (OECD, 2015[7]). Estas competencias resultan difíciles de medir, pero permiten a los individuos y a las empresas prosperar, ayudan a desarrollar sinergias dentro y entre los equipos, y permiten a las personas tratar con sus clientes y con otros de manera eficaz. La evidencia sugiere que los empleadores priorizan cada vez más las competencias socioemocionales (AACU, 2013[8]).
Estos tres conjuntos primarios de competencias son sustentados por otras metacognitivas o la capacidad de las personas de reconocer sus propios conocimientos y competencias, actitudes y valores, y una manera singular de aprender. Las competencias metacognitivas ayudan a las personas a apartarse de lo que solamente se supone, parece o se acepta y aportar otras perspectivas a una situación.
El uso de esta gama más amplia de conocimientos y competencias es mediado por actitudes y valores como la adaptabilidad; la apertura a otras personas, nuevas ideas y nuevas experiencias; la curiosidad; la visión global; la proactividad; el respeto a los demás; la confianza; la responsabilidad; la integridad y la equidad.
Referencias
[8] AACU (2013), It Takes More than a Major: Employer Priorities for College Learning and Student Success, Association of American Colleges and Universities, Hart Research Associates.
[5] Montt, G. (2015), “The causes and consequences of field-of-study mismatch: An analysis using PIAAC”, OECD Social, Employment and Migration Working Papers, No. 167, OECD Publishing, Paris, http://dx.doi.org/10.1787/5jrxm4dhv9r2-en.
[1] OECD (2019), The Future of Mexican Higher Education: Promoting Quality and Equity, OECD Publishing, Paris, https://doi.org/10.1787/9789264309371-en.
[2] OECD (2017), Enhancing Higher Education System Performance. In-depth Analysis of the Labour Market Relevance and Outcomes of Higher Education Systems: Guidelines, http://www.oecd.org/education/skills-beyond-school/LMRO%20Guidelines.pdf (accessed on 12 November 2018).
[7] OECD (2015), OECD Skills Outlook 2015: Youth, Skills and Employability, OECD Publishing, Paris, http://dx.doi.org/10.1787/9789264234178-en.
[6] OECD (2015), Skills for Social Progress: The Power of Social and Emotional Skills, OECD Skills Studies, OECD Publishing, Paris, http://dx.doi.org/10.1787/9789264226159-en.
[4] OECD (2014), Skills beyond School: Synthesis Report, OECD Reviews of Vocational Education and Training, OECD Publishing, Paris, http://dx.doi.org/10.1787/9789264214682-en.
[3] OECD (2012), OECD Skills Strategy Towards an OECD Skills Strategy, OECD Publishing, Paris, http://www.oecd.org/education/47769000.pdf (accessed on 12 November 2018).