Los Principios del G-20 sobre Calidad de la Inversión en Infraestructura (G20 Principles on Quality Infrastructure Investment) destacan que “una gobernanza robusta de la infraestructura durante el ciclo de vida del proyecto es un factor clave para asegurar una buena relación calidad-precio, rendición de cuentas, transparencia e integridad de la inversión en infraestructura en el largo plazo”.
Dada la necesidad de mejorar tanto los niveles de inversión en infraestructura como la calidad de la misma, México no puede darse el lujo de despilfarrar recursos a causa de la corrupción o de ineficiencias. De hecho, las funciones principales de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) incluyen la auditoría del gasto en obras públicas e infraestructura; sin embargo, tradicionalmente se ha concentrado en el aspecto financiero. Por lo anterior, el análisis de la gobernanza de la infraestructura es una oportunidad importante para mejorar el impacto general de los proyectos de infraestructura.
Si bien el marco regulatorio otorga atribuciones a la ASF para auditar obras públicas, tales auditorías se realizan ex post y no hay una referencia explícita a la gobernanza de la infraestructura en sentido amplio y como un facilitador clave del éxito de los proyectos. No es una práctica común que la ASF audite y revise los proyectos de infraestructura en las etapas de preparación o de evaluación de la inversión, sino que tiende más bien a concentrarse en las etapas de contratación, ejecución y gestión de contratos, y en cierta medida en la etapa de evaluación. Ciertamente, la orientación del mandato legal influye en el alcance de las auditorías de la ASF, obstaculizando un enfoque más amplio que podría direccionar las estrategias y políticas de la ASF.
Otra característica de las auditorías de la ASF a las obras públicas es que están orientadas al cumplimiento, es decir, buscan asegurar el cumplimiento del marco normativo, pero no necesariamente se enfocan en obtener una buena relación calidad-precio. Además, el enfoque orientado al cumplimiento se centra en identificar irregularidades y resarcir daños, en lugar de prevenir dichas irregularidades y daños desde un principio. Un enfoque de gobernanza más amplio en las auditorías de infraestructura facilitaría la prevención, por ejemplo, al definir mecanismos de control y rendición de cuentas en los diferentes niveles de gestión de un proyecto. Adicionalmente, la evaluación de las medidas de transparencia y apertura de la información sobre los proyectos de infraestructura podría prevenir el emprendimiento de proyectos con débiles justificaciones sociales y económicas.
Los límites a la realización de auditorías en tiempo real hacen que la ASF sea más reactiva que proactiva, lo que también restringe su capacidad para tomar acciones preventivas o llevar a cabo auditorías antes de recibir denuncias. El tener la posibilidad de realizarlas ayudaría a equilibrar mejor, por un lado, la prevención y el éxito a largo plazo de los proyectos de infraestructura y, por otro lado, las sanciones, así como a promover intervenciones tempranas. Las auditorías de infraestructura en tiempo real no sólo ayudarían a prevenir los riesgos de un ejercicio ineficiente de los recursos o de corrupción, sino que también permitirían a la ASF jugar un papel en el aseguramiento para que los proyectos de infraestructura se planeen y diseñen para tener éxito desde las etapas tempranas.
La ASF sigue el mismo proceso para las auditorías de infraestructura convencionales que para las auditorías durante emergencias, excepto para la etapa de planeación. Las auditorías de infraestructura durante emergencias pueden producir información y perspectiva estratégica que contribuya a la buena gobernanza y al bienestar de tres maneras: i) evaluación de riesgos, ii) mejora de las prácticas de preparación y gestión de crisis y iii) documentación de las lecciones aprendidas de las emergencias.