El turismo es clave para la economía española. Constituye un importante factor de desarrollo regional y ha logrado recuperarse rápidamente de la crisis de COVID-19. En 2023, las llegadas de turistas internacionales a España alcanzaron los 85,0 millones, superando en un 1,8% los niveles anteriores a la pandemia y generando 108 800 millones EUR de gasto turístico internacional. El turismo nacional también ha seguido recuperándose, con 166,6 millones de llegadas de turistas nacionales en 2023, un 7,3% más que en 2022. En 2022 el turismo representó 12,9% del empleo total, solo 0,6 puntos por debajo de 2019.
Sin embargo, mientras una demanda acumulada sin precedentes impulsa la recuperación del sector, muchos destinos españoles y de todo el mundo vuelven a sufrir las consecuencias negativas medioambientales y sociales vinculadas al turismo. Las quejas de los habitantes de importantes núcleos turísticos españoles, por ejemplo, apuntan a la presión sobre la vivienda, los recursos hídricos y las infraestructuras públicas.
Pese al debate mundial que se entabló durante la pandemia acerca de la oportunidad de «reconstruir mejor» el turismo, el número de visitantes y el gasto por turista siguen siendo claves para medir el éxito turístico. Aunque se han logrado importantes avances en los últimos años en la comprensión de las repercusiones del turismo, es preciso hacer aún más para poder medir y controlar la sostenibilidad del turismo más allá de los meros factores económicos, a fin de impulsar el desarrollo de una política de base empírica y apoyar la gestión sostenible de los destinos. Esta obra puede ayudar a reformular el éxito turístico hacia modelos de desarrollo más equilibrados, incrementando al máximo las repercusiones positivas y reduciendo al mínimo las negativas para el medio ambiente y para las comunidades locales.
Durante más de tres décadas, uno de los aspectos principales de la labor de la OCDE y de otras instituciones internacionales ha sido el desarrollo de indicadores para medir la sostenibilidad del turismo. Sin embargo, no ha resultado sencillo establecer y mantener una base documental sólida que ayude a la toma de decisiones políticas. Pese al objetivo común de mejorar la base documental para la toma de decisiones en política turística y de lograr un desarrollo turístico sostenible, muchos sistemas de indicadores incluyen largas listas de indicadores y parámetros rara vez utilizados, debido a los limitados recursos o a la escasez de datos disponibles.
No obstante las significativas mejoras logradas en la calidad y disponibilidad de las estadísticas sobre turismo en los últimos años, la actividad se ha centrado normalmente en registrar las repercusiones económicas, de la mano de las Recomendaciones internacionales para estadísticas de turismo (RIET) y la metodología de la Cuenta Satélite del Turismo (CST). Se ha tendido a relegar las definiciones estadísticas propias del turismo y la producción periódica de estadísticas que reflejen el impacto medioambiental y social del turismo. Un paso importante hacia el consenso internacional en la producción de datos fiables y comparables sobre los aspectos económicos, medioambientales y sociales del turismo ha sido el reciente respaldo de la Comisión de Estadística de las Naciones Unidas al marco estadístico de la ONU Medición de la Sostenibilidad del Turismo (MST). Por otro lado, el perfeccionamiento de las estadísticas e indicadores es un elemento clave del Itinerario de Transición para el Turismo en la UE, el plan de trabajo plurianual de la UE de la Agenda Europa para el Turismo 2030, que incluye el Panel de Control del Turismo de la UE.
Partiendo de las estructuras y buenas prácticas existentes en el plano internacional, nacional y regional, este informe presenta un sistema de indicadores con los que medir y controlar la sostenibilidad del turismo a escala regional en Andalucía, Cataluña, Navarra y la Comunidad Valenciana. Los indicadores regionales que reflejan la sostenibilidad del turismo ofrecen una visión más detallada de las repercusiones sociales, económicas y medioambientales del turismo, orientando la toma de decisiones políticas hacia un desarrollo turístico más sostenible, tanto a escala regional como nacional.
Buscando la comparabilidad y partiendo de las buenas prácticas internacionales, el sistema de indicadores a medida que aquí se presenta también expone la realidad local de las cuatro regiones participantes. De este modo, al tener en cuenta las actuales estrategias turísticas y sistemas de medición en las cuatro regiones, el conjunto de indicadores viene determinado por los principales aspectos políticos y prioridades que se han definido, como los beneficios económicos, la estacionalidad, la percepción de los residentes, la accesibilidad, la mitigación del cambio climático y la gestión del agua.
Estructurado en torno a 11 aspectos políticos, el sistema consta de 21 indicadores principales (medidos por 47 parámetros básicos), a los que se añaden 9 indicadores complementarios (medidos por 10 parámetros) a fin de captar las particularidades regionales. También se ha definido un subconjunto de 10 parámetros «prioritarios» para controlar de forma sencilla aspectos políticos esenciales (véase la siguiente tabla). Con ello se facilita la priorización de la actuación hacia un desarrollo sostenible a pesar de las limitaciones en los recursos.