Medición y control de la sostenibilidad del turismo a escala regional en España
Capítulo 5. Puesta en marcha de la evaluación y futuro desarrollo
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Un enfoque político del desarrollo de los indicadores (que identifique primero las principales cuestiones políticas para priorizar los datos requeridos) puede facilitar la toma de decisiones con base empírica, transformando los datos en acción para el desarrollo sostenible. La labor continuada de revisión y mejora del sistema de indicadores en las cuatro regiones españolas de Andalucía, Cataluña, Navarra y Comunidad Valenciana garantizará que se mantenga la utilidad de dicho sistema. Este capítulo destaca posibilidades de desarrollo futuro con el fin de depurar los métodos de los indicadores y subsanar las deficiencias que existan en los datos en relación con aspectos políticos esenciales, como el patrimonio cultural, las emisiones de gases de efecto invernadero, los residuos y la digitalización.
El sistema de indicadores que se presenta en este informe ha sido comprobado y depurado mediante una serie de talleres técnicos y una fase piloto emprendida por las cuatro regiones españolas entre finales de 2023 y mediados de 2024. En la fase piloto se evaluó la relevancia política del conjunto de indicadores provisional, así como la viabilidad de su aplicación y referenciación. Como se muestra en el cuadro 3.1, en la fase piloto se identificaron fuentes de datos y se desarrollaron metodologías que permitieron medir aspectos políticos imposibles de medir antes de dicha fase. La estrecha colaboración entre las regiones ayudó a aprovechar las sinergias y a elaborar nuevos métodos innovadores para medir y controlar la sostenibilidad del turismo. El proyecto ha identificado un conjunto de indicadores principales y otros complementarios. Sin embargo, sigue siendo necesario colmar déficits de datos, mejorar metodologías y evaluar periódicamente si los indicadores satisfacen las necesidades de información de los responsables políticos.
Un aspecto fundamental para la futura evolución es medir no solo los beneficios y presiones de los visitantes que pernoctan (turistas), sino también de los visitantes de un solo día, que en algunas regiones y destinos constituyen un elevado porcentaje de las cifras de visitantes. Sin embargo, debido a la limitada disponibilidad de datos, algunos indicadores, como la satisfacción de los turistas o el gasto por turista, actualmente solo incluyen a los visitantes que pernoctan. Allí donde las medias regionales ocultan problemas locales, el paso siguiente ha de ser considerar datos más detallados.
Aspectos políticos relativos al patrimonio cultural, los residuos y la digitalización no están incluidos en el presente conjunto de indicadores, por la falta de datos. El conjunto de indicadores principales provisional incluía parámetros de digitalización sobre las ventas por comercio electrónico y la formación en TIC; sin embargo, dado que los datos se refieren solo a empresas con diez o más trabajadores, no reflejan suficientemente el aspecto político esencial para el sector político: la transformación digital de las pequeñas empresas y microempresas. Además, el actual conjunto de indicadores solo incluye una medición del uso de energía renovable por los establecimientos hoteleros, pero no refleja el consumo total de energía por las actividades características del turismo. Dado que la escasez de agua es un grave problema en muchas regiones españolas, sería muy conveniente saber el consumo de agua de cada actividad característica del turismo. En las regiones costeras, el turismo de cruceros desempeña un importante papel, y medir el impacto de este subsector en las regiones añadiría valiosa información a los indicadores complementarios.
Los parámetros de densidad del turismo podrían depurarse atendiendo a las categorías de uso del suelo específicas del turismo a escala subregional, para así sintetizar mejor el impacto del turismo e identificar las zonas donde es más urgente la intervención política, método que ha sido ensayado por Andalucía y ToT Lab. Sin embargo, las presiones no se traducen necesariamente en una percepción negativa del turismo. Más adelante, sería positivo medir las percepciones del turismo por los residentes utilizando una metodología comparable entre todas las regiones, partiendo de encuestas ya realizadas en Navarra y Andalucía. Una orientación internacional sobre un método común, complementado con cuestiones que capten las particularidades locales, facilitaría la medición armonizada de las percepciones de los residentes de los distintos destinos. Es preciso depurar indicadores complementarios, como los precios del alquiler de viviendas o la tasa de criminalidad, para obtener mediciones específicas del turismo. En el primer caso, parámetros correlativos a la intensidad del turismo o a los índices de densidad podrían servir para analizar la relación entre estos factores y las actividades turísticas.
Debido a la falta de datos, el conjunto de indicadores no mide el total de emisiones de gases de efecto invernadero por el turismo. Sin embargo, dado que la mitigación del cambio climático constituye un aspecto político esencial, es importante empezar a observar la evolución, aunque los parámetros no sean perfectos. Dado que el transporte al destino es el mayor emisor, uno de los parámetros elegidos mide la proporción de turistas que llegan en medios de transporte de bajas emisiones. Dado que el transporte aéreo, y en particular los vuelos de larga distancia, contribuyen de forma desproporcionada a las emisiones de gases de efecto invernadero, se propone un segundo parámetro para estimar las emisiones del transporte aéreo de llegada internacional en avión. En último término, los parámetros deben medir las emisiones de carbono no solo del transporte aéreo, sino también de otros medios de transporte, así como las emisiones de los alojamientos y de otras actividades turísticas. Una opción podría ser regionalizar los datos de las cuentas nacionales de emisiones, pero esto requeriría datos de cuentas satélite del turismo regionales, de las que solo disponen algunas regiones.
El indicador de la infraestructura de movilidad verde podría completarse con la medición de los servicios cicloturísticos disponibles desde el lado de la oferta, como alojamientos adaptados para bicicletas. Diferenciar entre distintas rutas ciclistas, como las rurales y las urbanas, también podría significar un avance. Permitiría profundizar en el análisis, en particular, con el fin de evaluar si la creación y promoción de EuroVelo u otras rutas ciclistas ha generado empleo turístico en las zonas rurales por donde transcurren las rutas. Para mejorar eficazmente la infraestructura de recarga de vehículos eléctricos, los responsables políticos dispondrían de información de cómo utilizan los visitantes la infraestructura existente.
La labor continuada de revisión y mejora del sistema de indicadores ayudará a que este se mantenga actualizado. Una selección y referenciación de los indicadores orientada a la política empieza por las cuestiones políticas de identificar y priorizar los datos necesarios (descendente) para después analizar la disponibilidad de estos datos y los déficits que se han de subsanar al objeto de responder a las cuestiones políticas esenciales (ascendente). Este modelo integrado limita el número de indicadores a un conjunto relevante, contribuyendo así a una toma de decisiones de base empírica.