El desarrollo acumulativo de los países ha generado una “transición epidemiológica” en la cual las muertes prematuras se ven reemplazadas por los fallecimientos en la vejez, mientras que las enfermedades transmisibles van siendo sustituidas por ENT (Omran, 2005[7]). Este escenario también se observa en LAC, donde la carga de morbilidad de las ENT en adultos – el grupo etario con mayor productividad económica – acusa un aumento acelerado.
Existen amplias disparidades en la mortalidad adulta de la región de LAC. En el año 2016, para los hombres, la probabilidad de morir entre los 15 y 60 años osciló entre 114 por cada 100.000 habitantes en Chile y 311 por cada 100.000 en Guyana (Figura 3.8). Haití y El Salvador también excedieron las 260 muertes por cada 100.000 habitantes. Entre las mujeres, la probabilidad osciló entre 60 por cada 100.000 habitantes en Chile y 211 en Haití. El índice de mortalidad fue mayor en los hombres que en las mujeres en todos los países y la relación fue incluso mayor en aquellos países con tasas de mortalidad más bajas en términos generales. Las tasas de mortalidad en los hombres fueron alrededor del doble que en las mujeres en la mayoría de los países. En LAC31, la probabilidad promedio de fallecimiento fue de 184 por cada 100.000 habitantes en hombres adultos y de 108 por cada 100.000 habitantes mujeres adultas, una cifra mucho alta que la mortalidad promedio en adultos de los países OCDE (104 por cada 100.000 habitantes para hombres y 53 per 1.000 habitantes en el caso de mujeres).
La mortalidad por todas las causas en toda la población osciló de un poco menos de 700 por cada 100.000 habitantes en Bahamas, Chile y Barbados, hasta más de 1.000 in Honduras y Haití (Figura 3.9). La tasa de mortalidad promedio atribuible a todas las causas en la región LAC fue casi el doble de los países OCDE. Sin embargo, la mortalidad de toda la población declinó en promedio 13% en toda LAC en el periodo 2000 – 2017. Las mayores reducciones se registraron en Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Chile y República Dominicana (superiores al 15%). La mortalidad global en todos los segmentos etarios guarda una estrecha relación con la mortalidad adulta en todos los países de la región; Haití registra la mayor mortalidad adulta tanto en hombres como en mujeres, así como la mortalidad más elevada atribuible a todas las causas.
El porcentaje de fallecimientos debido a las ENT ha ido en aumento en LAC. Las condiciones cardiovasculares y cánceres son las principales causas de muerte, al representar más del 82% de todos los decesos, en promedio, en los 32 países de LAC (Figura 3.10; ver además la sección “Mortalidad por enfermedades cardiovasculares” y sección “Mortalidad por cáncer” en Capítulo 3). En países OCDE, el promedio fue mayor de 85% y dicho porcentaje sigue en aumento. Sin embargo, enfermedades transmisibles como las infecciones respiratorias, enfermedades diarreicas y tuberculosis, junto con las condiciones maternas y perinatales continúan siendo las principales causas de muerte en muchos países de la región de LAC, con un 10% de todos los fallecimientos en el año 2017. El remanente 8% de los decesos se atribuyen a lesiones y actos de violencia.
El nivel de mortalidad por todas las causas y las causas de muerte son factores importantes para identificar las prioridades de salud pública y evaluar la efectividad del sistema de salud de un país. Los mismos pueden complementarse con múltiples datos que permitan comprender las relaciones con otros factores e incluso pronosticar futuros escenarios de salud que orienten las decisiones en torno a las fuentes de financiamiento y acciones de los sistemas de salud (Foreman et al., 2018[8]).