Las lesiones son una de las principales causas de muerte y discapacidad en todos los grupos etarios y cobraron más de 635.000 vidas en el 2015 en la Región de las Américas, lo que representa el 9,7% de todos los fallecimientos. Las lesiones son consecuencia de colisiones de tráfico, ahogamientos, envenenamientos, caídas, quemaduras, violencia por agresiones, actos auto-infligidos o de guerra, exposición a fuerzas mecánicas, así como desastres naturales. La magnitud del problema varía mucho de un país a otro según la causa, la edad, el sexo y el grupo de ingresos, pero las muertes por lesiones, tanto intencionales como no intencionales, son acontecimientos en gran medida prevenibles.
En 2017, los hombres tenían tasas de mortalidad mucho más altas que las mujeres en la región de LAC, con 104 muertes por 100.000 para los hombres y 28 muertes por 100.000 para las mujeres, en comparación con 58 y 20 muertes por 100.000, respectivamente, en los países de la OCDE (Figura 3.17). Venezuela muestra la mayor diferencia de género con una mortalidad por lesiones casi seis veces y media más alta entre los hombres que entre las mujeres, seguida de El Salvador y Colombia con tasas de más de cinco veces más altas. Por el contrario, Cuba y Bolivia muestran las menores diferencias entre ambos sexos, con tasas de mortalidad por lesiones de 2,2 y 2,5, respectivamente.
Los fallecimientos violentos fueron la causa más común de muerte por lesiones en la región de LAC en el año 2017, representando el 27% de las muertes por lesiones, seguidas de las muertes por accidentes de tráfico con un 25% y las lesiones auto-infligidas con un 13% (Figura 3.18). Una tendencia diferente se observó en los países de la OCDE donde el 28% de las defunciones por lesiones fueron auto-infligidas, el 22% se debieron a accidentes de tráfico y las muertes violentas representaron el 15%. Sin embargo, la cifra debe considerarse en el contexto del correspondiente aumento mundial del número de vehículos matriculados, lo que sugiere que las intervenciones para mejorar la seguridad vial en el mundo han mitigado el aumento previsto del número de muertes (OMS, 2018[14]). Más de la mitad de todas las muertes por lesiones podrían atribuirse a la violencia interpersonal en Honduras, Jamaica y El Salvador, y la proporción más baja de muertes por lesiones causadas por la violencia se observó en Perú, Uruguay, Bolivia y Chile, todos ellos por debajo del 11% de todas las muertes por lesiones. En Haití, Paraguay, Ecuador y República Dominicana, los accidentes de tránsito representaron más del 37% de las muertes por lesiones y menos del 17% en San Vicente y las Granadinas, Guyana, Jamaica y Cuba. En Surinam, Uruguay, Guyana y Chile, las defunciones auto-infligidas representaron más del 25% de todas las muertes por lesiones, y menos del 6% en Honduras y las Bahamas.
La mortalidad por lesiones debido a violencia aumentó en 33% en LAC entre 1990 y 2017, por debajo del 50% de incremento en la OCDE (Figura 3.19). El mayor aumento se observó en Venezuela, Jamaica y Belice por sobre 150%, mientras que el mayor descenso se produjo en Colombia (-62%), Bolivia (-48%) y Nicaragua (-43%). La mortalidad por lesiones auto-infligidas en el periodo también aumentó en LAC en un 5%, opuesto a la reducción de un 9% en la OCDE. Jamaica muestra el mayor aumento de 132% y Chile exhbe la reducción más pronunciada de -56%. Las muertes por lesiones en accidentes de tránsito en LAC y la OCDE experimentaron un descenso de 22% y 38%, respectivamente, entre 1990 y 2017. Solo Jamaica, República Dominicana, Paraguay y Argentina vieron un aumento, mientras la mayor reducción se observó en Cuba, Bolivia y Nicaragua (por sobre -50%).
Los países OCDE mejoraron sus sistemas de seguridad vial, lo que entraña la puesta en marcha de campañas de educación y prevención, así como de diseño de vehículos y seguridad, y también adoptaron nuevas leyes y reglamentos para reforzar la aplicación de las normativas sobre conducción en estado de embriaguez, los límites de velocidad y el uso de cinturones de seguridad y cascos de motocicleta (ITF, 2017[15]). El 11 de mayo de 2011 se lanzó en todo el mundo la primera Década de Acción para la Seguridad Vial 2011‑20. Con el mandato de la Asamblea General de las ONU, el decenio representa una oportunidad histórica para que los países detengan e inviertan la tendencia que, en caso contrario, llevaría a la pérdida de alrededor de 1,9 millones de vidas en las carreteras cada año a partir del 2020.