A nivel mundial, el parto prematuro (es decir, el nacimiento antes de las 37 semanas completas de gestación) es la principal causa de muerte en menores de 5 años, responsable de aproximadamente 1 millón de fallecimientos en el año 2015 (véase el indicador "Mortalidad de menores de 5 años" en el Capítulo 3). En casi todos los países con datos fiables, las tasas de nacimientos prematuros van en aumento. Muchos supervivientes de nacimientos prematuros también se enfrentan a toda una vida de discapacidades, entre ellas dificultades de aprendizaje, visuales, auditivos, así como de desarrollo a largo plazo (OMS, 2018[4]).
En la región de LAC, la mayoría de los países se acercan al promedio regional de 9,5% de nacimientos prematuros. Colombia es el único país significativamente por encima de la media, con cerca del 15% de nacimientos prematuros, seguido de Brasil con el 11%. Las tasas más bajas se observaron en Cuba (6%) y México (7%) (Figura 4.3, panel izquierdo). La mayoría de las tasas de los países de LAC son más bajas que la tasa mundial, pero hay oportunidades de mejora través de intervenciones como el enfoque nacional en la mejora de la atención obstétrica y neonatal y el establecimiento sistemático de un sistema de referencias con una mayor capacidad de las unidades de atención neonatal, así como del personal y el equipo (Howson, Kinney and Lawn, 2012[5]). En promedio, 10 de cada 100 recién nacidos tuvieron bajo peso al nacer en todos los países de LAC (Figura 4.3, panel derecho). Existen diferencias muy significativas entre los países de la región, que van desde un bajo 5% en Cuba y un 6% en Chile, hasta la tasa más alta del 23% en Haití, seguido de Guyana con un 16%.
El bajo peso al nacer ha disminuido en promedio 0,4 puntos porcentuales en 26 países de LAC en el período 2000‑15, lo que sugiere que, en general, la región aún tiene un trecho que mejorar en lo que respecta a este indicador. Chile, Brasil, Venezuela y Costa Rica son los únicos países de LAC que han aumentado el número de recién nacidos con bajo peso al nacer, mientras que la mayor disminución se produjo en Surinam, Guatemala y Honduras, con más de un punto porcentual de disminución entre 2000 y 2015 (Figura 4.4).
La atención prenatal puede ayudar a las mujeres a prepararse para el parto y a comprender las señales de advertencia durante el embarazo y el parto. Una mayor cobertura de la atención prenatal se asocia con un mayor peso al nacer en los países de LAC, lo que sugiere la importancia que tiene la atención prenatal sobre el estado de salud infantil en todos los países (Figura 4.5). Sin embargo, esta correlación no se aplica por igual en todos los países. Por ejemplo, tanto Barbados como Trinidad y Tobago reportan tener el 100% y el 98% de por lo menos cuatro visitas de atención prenatal, pero su prevalencia de bajo peso al nacer es del 12%, una cifra superior al promedio de LAC del 10%. Esto podría explicarse en parte por la baja calidad de la atención prenatal. Por otro lado, países como Granada, Paraguay y Bolivia muestran una cobertura de atención prenatal inferior al promedio de LAC24 (87%), pero también una prevalencia de bajo peso al nacer del 7‑9%. Algunas de las diferencias entre los países pueden atribuirse a prácticas y preferencias culturales, como los diferentes enfoques respecto a la privacidad o las percepciones sobre lo que implica la atención prenatal y postnatal.
El nacimiento prematuro se puede prevenir en gran medida. Entre las intervenciones efectivas para reducir los nacimientos prematuros están los programas para dejar de fumar, la administración de suplementos de progesterona, el cerclaje cervical, los consultorios de vigilancia y exámenes de partos prematuros, el diagnóstico y la preparación, los corticosteroides, el sulfato de magnesio y la tocólisis (Osman, Manikam and Watters, 2018[6]). La mayoría de ellos existen en varios países de LAC y podrían desarrollarse aún más. Además, las tres cuartas partes de las muertes asociadas con el nacimiento prematuro pueden evitarse aún sin instalaciones de cuidados intensivos. Hoy en día, las intervenciones más ventajosas en términos económicos son el método madre-canguro (contacto continuo piel con piel iniciado desde el primer minuto del nacimiento), inicio temprano y lactancia materna exclusiva (desde la primera hora del vida) y la atención básica de infecciones y dificultades respiratorias (OMS, 2018[4]) que también pueden ampliarse en los países de LAC.