La dieta es otro determinante clave que contribuye a la salud y el bienestar general de un individuo. Los adultos que tienen una dieta rica en frutas y verduras y baja en grasas, azúcares y sal/sodio corren menos riesgo de desarrollar una o más enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. (Graf and Cecchini, 2017[32]). En muchos países, las personas están cambiando a dietas que dependen más de los alimentos procesados. Esto, junto con los cambios en la forma en que interactuamos con el medio ambiente y entre nosotros, está conduciendo a un nuevo entorno y cultura alimentaria. Combinado con la creciente falta de actividad física (Capítulo 4. Actividad física), se plantea un desafío importante a corto y largo plazo (OMS, 2018[34]).
Una dieta saludable comienza temprano en la vida. La lactancia materna y la nutrición infantil (Capítulo 4. Alimentación del lactante y del niño) fomenta el desarrollo saludable y la evidencia sugiere que reduce el riesgo de factores de riesgo tales como el sobrepeso y la obesidad, así como de padecer enfermedades no transmisibles más adelante en la vida. Una dieta saludable debe estar en equilibrio con el gasto energético y debe contener una variedad de diferentes grupos de alimentos. Es fundamental incluir las frutas y verduras; 3,9 millones de muertes en 2017 se atribuyen a un consumo insuficiente de frutas y verduras (OMS, 2019[35]). La recomendación es de 5 piezas de fruta o verdura cada día, o por lo menos 400 gramos.
Se estima que el consumo diario de frutas y hortalizas en la región de LAC está por debajo de los 400 gramos por persona y día recomendados en todos los países, aunque existe una amplia variación entre los países. El mayor consumidor de fruta es Jamaica con más de 220 gramos por persona y día, seguido de San Vicente y las Granadinas, República Dominicana y Perú que superan los 160 gramos. Trinidad y Tobago y Haití consumen en promedio menos de 65 gramos por persona y día, lo que los sitúa en el extremo inferior de la región de LAC (Figura 4.29). En promedio, la región de LAC redujo su consumo de fruta en un 8% entre 2000 y 2015. Sólo en 10 países se incrementó el consumo de fruta, con un aumento del 47% en la República Dominicana. Las mayores disminuciones se observan en Argentina (-37%) y en Haití (-36%).
El consumo de verduras es aún más bajo con un promedio regional de 104 gramos por persona al día. Surinam es el mayor consumidor de verduras, seguido de Santa Lucía, Antigua y Barbuda y Belice, todos con más de 140 gramos. En el otro extremo, los adultos de Honduras consumen poco más de 30 gramos, mientras que Haití alcanza los 60 gramos (Figura 4.30). La región de LAC redujo el consumo de vegetales en un promedio de 7% entre 2000 y 2015. Sólo Venezuela, Trinidad y Tobago, Guatemala y Antigua y Barbuda aumentaron el consumo, mientras que las mayores disminuciones se produjeron en Argentina (-27%) y Honduras (-25%).
Las dietas saludables también son bajas en azúcar. La cantidad máxima recomendada de azúcar es de unos 50 gramos. El azúcar está presente de forma natural en productos como la miel, los jarabes, los zumos de fruta, etc., pero a menudo se añade a los alimentos por su sabor. Se estima que en la región de LAC el consumo de azúcar es, en promedio, significativamente más alto que la cantidad máxima recomendada de 50 gramos. Los datos aquí capturados se refieren al consumo de bebidas endulzadas que contienen una gran cantidad de azúcar. Considerando que la persona promedio en LAC consume casi 500 gramos de estas bebidas, es probable que la mayoría de la gente consuma más de 50 gramos de azúcar por día. El país con mayor consumo es Santa Lucía (más de 1250 gramos por persona y día) seguido de San Vicente y las Granadinas (952 gramos). El consumo per cápita de bebidas azucaradas es más bajo en Brasil y Ecuador con 154 gramos cada uno. En promedio, el consumo de bebidas endulzadas con azúcar en LAC aumentó casi un 4% entre 2000 y 2015. Quince países redujeron su consumo, encabezados por Colombia, Argentina y Guyana (-32%), mientras que los mayores aumentos se produjeron en Antigua y Barbuda (62%), Perú (45%) y República Dominicana (44%) (Figura 4.31).