En la región de LAC, alrededor de un tercio de las muertes en el primer año de vida ocurren durante el período neonatal (es decir, durante las primeras cuatro semanas de vida o los días 0‑27). La diarrea y la neumonía infantiles son las principales causas infecciosas de morbilidad y mortalidad infantil (OPS, 2017[16]). Los sistemas de salud bien organizados pueden reducir en gran medida el número de muertes infantiles, en particular al abordar las causas que ponen en peligro la vida de los niños durante el período neonatal e infantil. La atención básica para los lactantes y los niños comprende la promoción y el apoyo de la lactancia materna temprana y exclusiva (ver el indicador "Alimentación de lactantes y niños pequeños" en el Capítulo 4), la identificación de las condiciones que requieren atención adicional y el asesoramiento sobre cuándo llevar a un lactante y un niño pequeño a un centro de salud (Tomczyk, McCracken and Contreras, 2019[17]). Existen varias medidas preventivas y curativas eficaces y costo-efectivas, entre ellas la administración de suplementos de vitamina A, la vacunación, la terapia de rehidratación oral (TRO) contra la diarrea y el tratamiento antibiótico adecuado contra las infecciones respiratorias agudas (IRA).
Como parte de la prevención, los suplementos de vitamina A se consideran importantes para los niños porque reducen el riesgo de enfermedad y muerte por infecciones graves. El acceso a la atención preventiva varía en toda la región de LAC, como lo demuestra la ingesta de suplementos de vitamina A (Figura 5.18) y la cobertura de vacunación (ver el indicador "Programas de vacunación infantil" en el Capítulo 7). Según datos de ocho países de LAC, el acceso a la suplementación con vitamina A para niños de 6 a 59 meses es muy bajo en El Salvador y Haití (20% y 19%) y, especialmente, en Perú con un 4,5%, mientras que Nicaragua tiene una tasa de cobertura cercana al 90%. El promedio de LAC8 se sitúa en el 42%.
El tratamiento adecuado también podría prevenir las muertes por diarrea y neumonía. La deshidratación provocada por una diarrea severa puede tratarse con TRO. En promedio, menos del 47% de los menores de 5 años con diarrea se les administra TRO en 19 países de LAC sobre los que se dispone de datos, mientras que Guatemala, República Dominicana, Ecuador, Guyana, Surinam, Costa Rica, Perú, Paraguay, Bolivia y Argentina tienen menos del 50%. La cobertura es más alta en El Salvador y Nicaragua con más del 65%. Las desigualdades de ingresos son elevadas en el Perú, donde el 42% de los niños del quintil de ingresos más altos reciben TRO cuando la necesitan, en comparación con solo el 22% de los niños del quintil de ingresos más bajos (Figura 5.19). Cabe destacar que los niños del grupo de menores ingresos reciben una mayor cobertura que los del grupo de mayores ingresos en Paraguay, Honduras y El Salvador, lo que sugiere que el sistema de salud puede dirigirse a la población más vulnerable y prestar los servicios necesarios.
El acceso a una atención médica apropiada para los niños con IRA también puede mejorarse en muchos países de la región. Aunque en promedio más de las tres cuartas partes de los niños con síntomas son llevados a un centro de salud, alrededor de la mitad de ellos reciben tratamiento con antibióticos (Figura 5.20). Es importante destacar la importancia del uso racional de los antibióticos, tanto por las repercusiones alrededor del desarrollo a la resistencia a los antimicrobianos como por ser una fuente de malgasto en los sistemas de salud (ver el Capítulo 2).
Existe una correlación entre la cobertura del tratamiento de la diarrea y la IRA. El tratamiento con antibióticos para las IRA es particularmente bajo en Guyana, Haití y República Dominicana, donde el tratamiento de la diarrea también es reducido. Esta situación sugiere la urgente necesidad de ampliar aún más el acceso a la atención para tratar las principales causas de mortalidad infantil en estos países.