Los contratos del sector extractivo duraderos se negocian y se basan en el intercambio continuo y de buena fe de datos clave financieros y técnicos clave para construir un entendimiento común del desempeño anticipado, los principales riesgos y las oportunidades a lo largo del ciclo de vida del proyecto.
24. La ausencia o la escasa disponibilidad de información sobre el valor de los recursos (cantidad, calidad, precio y costos) afecta a la capacidad de determinar bien el alcance de los posibles beneficios a repartir entre los gobiernos receptores y los inversionistas. Se reconoce que durante las negociaciones, el resultado financiero final no es conocido por ninguna de las partes, porque existen riesgos e incertidumbres sobre la presencia, el volumen y la calidad de los recursos, así como sobre los posibles niveles de producción, extracción, desarrollo, cierre/desmantelamiento y precios futuros del mercado. Sin embargo, durante la prenegociación, pueden hacerse estimaciones restrictivas de los resultados posibles.
25. Los inversionistas tendrán más información sobre el nivel de las inversiones de capital requeridas, los costos operativos reales, así como el valor de los activos intangibles desarrollados (por ejemplo, propiedad intelectual relacionada con el diseño de equipos personalizados o nuevos métodos de extracción o comercialización de los recursos). Los gobiernos receptores pueden confiar en las estimaciones de los inversionistas, asumiendo que proporcionarán información objetiva durante las fases de exploración, desarrollo y extracción. Ahora bien, deben reconocer que los estudios financieros y de viabilidad realizados por los inversionistas para evaluar la viabilidad de la inversión normalmente no contienen datos definitivos, sino más bien estimaciones cualificadas de contingencias geológicas, costos de los insumos, volumen y calidad de los recursos que se van a desarrollar , así como costos de cumplimiento con respecto a la legislación nacional y las normas reconocidas internacionalmente.
26. Dada la incertidumbre en torno al valor real de los recursos hasta su descubrimiento, explotación y venta, estos datos son proyecciones sujetas a todo tipo de vaivenes que pueden afectar al equilibrio financiero del contrato, con consecuencias que pueden ser significativas para la distribución de beneficios económicos y/o para los costos inicialmente previstos.
27. Por ello, los gobiernos receptores pueden optar por obtener sus propias estimaciones independientes y por desarrollar sus propios modelos financieros para identificar los diferentes escenarios y los posibles resultados bajo diferentes circunstancias (fluctuación de los precios de las materias primas, calidad, costos, etcétera), reconociendo al mismo tiempo que puede ser necesario proteger información sensible o estratégica para la industria.
28. En los sectores de petróleo y gas, muchos contratos se firman tras un proceso de licitación, durante el cual los inversionistas presentan sus licitaciones de acuerdo con los criterios de licitación definidos en la legislación o los reglamentos. Estos criterios pueden estipular la información que hay que presentar a la Administración. Una licitación bien diseñada induce a una oferta competitiva. En el sector minero, las licitaciones son mucho menos habituales y, por tanto, hay menos mecanismos establecidos para compartir información para responder a las licitaciones.
29. El intercambio de información entre los gobiernos y los inversionistas sobre las estimaciones cualificadas de recursos, los costos y escenarios de desarrollo, los perfiles de producción y las responsabilidades de cierre/desmantelamiento pueden ayudar a construir un entendimiento compartido entorno a los supuestos para definir el equilibrio económico del contrato, así como en el diseño del mecanismo de asignación de ingresos para que el proyecto sea viable a lo largo de su ciclo de vida (véase también el Principio rector VIII). La información proporcionada por los inversionistas debe tener una frecuencia, un detalle y una calidad al menos similar a la información que se traslada a las entidades financieras y para los procesos internos de toma de decisiones. Trabajar a partir de los mismos supuestos y modelos económicos y financieros, aprovechando los datos macroeconómicos de terceros cuando sea apropiado, puede ayudar a crear confianza entre las partes, fomentar la alineación de intereses y construir una verdadera asociación a largo plazo. En consonancia con el Principio rector IV, se recomienda la adopción de un enfoque holístico e integrado para identificar no solo los aspectos financieros y económicos, sino también los resultados con respecto a las obligaciones en materia de seguridad, medio ambiente, obligaciones sociales y comunitarias, y a las normas reconocida internacionalmente.