Este capítulo analiza cómo la ASF podría maximizar el impacto de sus auditorías de infraestructura durante emergencias, por ejemplo, diseñando un marco estratégico para desarrollar un portafolio de auditorías durante emergencias y aprovechando el Sistema Nacional de Fiscalización para organizar un grupo de trabajo que facilite el intercambio de enfoques, experiencias y soluciones a problemas comunes. También discute cómo este trabajo puede ser útil para que la ASF proporcione información y prospectiva sobre resiliencia y preparación ante emergencias.
Facilitando la Implementación del mandato de la Auditoría Superior de la Federación de México
5. Auditoría de la infraestructura en situaciones de emergencia en México
Abstract
Por naturaleza, la auditoría de la infraestructura es una actividad compleja y multifacética, particularmente en el caso de los megaproyectos, donde las deficiencias tempranas caen en cascada con impactos significativos en etapas posteriores. La complejidad se exacerba en situaciones de emergencia, donde las autoridades están bajo una intensa presión para reaccionar rápidamente y controlar los daños y riesgos creados por, por ejemplo, desastres naturales, pandemias o los efectos del cambio climático.
Las emergencias pueden conducir a entornos donde los controles se relajan o se pasan por alto en un intento de reaccionar oportunamente a las consecuencias del desastre. Esto puede conducir a mayores riesgos de despilfarro, fraude y corrupción en momentos en que la agilidad del gobierno y los recursos públicos son preciosos. Las EFS tienen un papel fundamental en la resistencia a los intentos de debilitar la rendición de cuentas, pero también deben esforzarse por facilitar una reacción oportuna a las crisis. Este es un equilibrio delicado y difícil de lograr.
El ciclo de gestión de desastres, tal como lo concibe la serie 5500 de las Normas Internacionales de Entidades Fiscalizadoras Superiores (International Standards of Supreme Audit Institutions, ISSAI), ilustra las complejidades de la auditoría de infraestructura durante tiempos de emergencia (véase la Gráfica 5.1).
El ciclo agrupa las diferentes etapas en dos bloques: anterior y posterior al desastre. Por un lado, las actividades antes del desastre se concentran en la evaluación y mitigación de riesgos, así como en la preparación y la creación de resiliencia, todas ellas bajo un enfoque de largo plazo. Por otra parte, las actividades posteriores a los desastres se refieren a las respuestas inmediatas, así como a las relacionadas con la rehabilitación y la reconstrucción (a mediano y largo plazo). Por ejemplo, el Grupo de Proyecto de Auditoría de las Respuestas a la Pandemia de COVID-19 de EUROSAI organizó las respuestas a la pandemia en cuatro etapas: preparación, respuesta, estrategia de salida y gestión de los efectos a largo plazo.1 Como ciclo, cada paso debe proporcionar retroalimentación a los demás y aquí es donde las EFS pueden cumplir un papel crítico en la mejora del desempeño, el avance de la transparencia, la garantía de la rendición de cuentas, la promoción de la confianza pública y el fomento del uso eficiente y efectivo de los recursos públicos.
Información y perspectiva derivadas de las auditorías de infraestructura durante emergencias
La ASF podría revisar sus auditorías de infraestructura durante emergencias para asegurarse de que proporcionan información y perspectiva en términos de resiliencia y preparación
Si bien el papel tradicional de las EFS radica en la supervisión y en hacer que el gobierno rinda cuentas por el uso de los recursos públicos, la OCDE ha encontrado que sus actividades han evolucionado recientemente para proporcionar una perspectiva más amplia sobre cómo funcionan los programas, qué funciona y qué no. De hecho, trabajos anteriores de la OCDE con EFS encontraron que se están adoptando puntos de vista más transversales para identificar problemas y tendencias sistémicas a corto plazo (información o insights), pronosticar implicaciones de política pública y anticipar riesgos a mediano y largo plazo (perspectiva o foresight) (OCDE, 2017[2]).
La información y la perspectiva son valiosas contribuciones a la gobernanza, ya que los gobiernos necesitan evidencia para evaluar el impacto de sus inversiones y programas, y las EFS están bien posicionadas para proporcionar una perspectiva objetiva e independiente sobre la elaboración, implementación y evaluación de programas. Por el contrario, los administradores públicos pueden verse influidos por sesgos e incentivos que no siempre favorecen la buena gobernanza de la infraestructura, por ejemplo, en la selección de proyectos (véase el Recuadro 5.1). De hecho, la Iniciativa COVID-19 del Comité de Políticas de Finanzas y Administración de la INTOSAI recomienda que las EFS consideren la posibilidad de desempeñar un papel asesor ante sus gobiernos nacionales en la mitigación de emergencias.2
Recuadro 5.1. Sesgos e incentivos de los administradores públicos en la justificación de proyectos de infraestructura
La evidencia sugiere que los administradores públicos pueden estar sujetos a presiones blandas (psicológicas) y duras (políticas) para justificar la realización de proyectos de infraestructura. En el aspecto psicológico, como reconoce el Premio Nobel de Economía Daniel Kahneman, los administradores públicos tienden a sobreestimar sus oportunidades y sobrevalorar sus cálculos. Por ejemplo, un administrador público puede concluir en su estudio de viabilidad que la construcción de vías férreas puede terminarse en dos años a un costo de 2 millones por kilómetro, incluso cuando proyectos similares no han tomado menos de 6 años y el costo nunca haya sido inferior a 3 millones por kilómetro. A menos que se haya producido una revolución tecnológica, no hay razón para creer que el proyecto en evaluación será más eficiente que los anteriores.
En el lado político, hay cuestiones de integridad como el embellecimiento estratégico. A medida que los administradores públicos sobreestiman los beneficios y subestiman los costos para justificar los proyectos, aseguran la "supervivencia de los menos aptos" en un intento de asegurar fondos para sus instituciones. En la competencia por los recursos, los proyectos que reclaman el mejor equilibrio costo-beneficio obtendrán los recursos, pero cuando dicho equilibrio es ficticio, el interés público sufre. Además, el embellecimiento puede estar motivado por sobornos de contratistas que se beneficiarán de proyectos específicos.
Fuente: Presentación de funcionarios del TCU durante el seminario web de la OCDE "Auditoría de la gobernanza de la infraestructura", celebrado del 2 al 4 de junio de 2021.
La información y la perspectiva derivadas de las auditorías de infraestructura son clave para México, ya que su exposición a emergencias como desastres naturales es significativa, con costos importantes en términos de vidas y consecuencias económicas (véase la Gráfica 5.2).
Las auditorías de infraestructura pueden producir información y perspectiva estratégica que contribuya a la buena gobernanza y al bienestar de tres maneras:
Evaluación de riesgos: Las auditorías de infraestructura pueden ser útiles para identificar riesgos sistémicos que afectan la resiliencia de la infraestructura crítica. Por ejemplo, la ASF podría evaluar los riesgos derivados de los materiales en las regiones sísmicas, los controles de calidad e integridad aplicados a dichas obras, y el espacio para aplicar innovaciones como el Modelado de Información de Construcción (Building Information Modelling, BIM)3 y las relacionadas con la "infraestructura inteligente" (véase el Recuadro 5.2). De hecho, en una encuesta de Deloitte4 a 351 ejecutivos de todo el mundo realizada en abril-mayo de 2020, 90% de los encuestados consideró que la administración podría beneficiarse de auditorías para evaluar los riesgos derivados de los "eventos del cisne negro".5 Por ejemplo, un control interno robusto y el afianzamiento de una cultura de ética e integridad pueden ayudar a las agencias de infraestructura a mantenerse resilientes y controlar los riesgos de corrupción.
Mejorar las prácticas de preparación y gestión de crisis: Después de las emergencias, la ASF puede contribuir a la preparación y la gestión de crisis mediante auditorías de la resiliencia de la infraestructura y de las respuestas gubernamentales para controlar los daños. Por ejemplo, la ASF podría analizar la eficiencia, integridad y eficacia de las reparaciones de infraestructura crítica inmediatamente después de las emergencias. Del mismo modo, la ASF podría evaluar el uso de herramientas específicas para mejorar la preparación para responder a las crisis, por ejemplo, contratos marco para movilizar rápidamente a los contratistas para las reparaciones y la utilidad de la plataforma de contratación electrónica CompraNet. Además, la ASF podría evaluar las interdependencias de los planes de preparación entre sectores (por ejemplo, la resiliencia de las represas y la infraestructura de gestión del agua podría afectar a los hospitales y otras infraestructuras de salud, como sucedió en el mes de septiembre de 2021 en la ciudad de Tula, Hidalgo).6
Documentar las lecciones aprendidas de las emergencias: Si bien las emergencias desafían las capacidades de las instituciones estatales y de las sociedades en general, también crean oportunidades para identificar áreas de mejora. La auditoría de la infraestructura durante los tiempos de emergencia puede construir sobre las lecciones aprendidas con respecto de, por ejemplo, las regulaciones de construcción de emergencia, el abuso de los procedimientos de emergencia, el funcionamiento de los planes de emergencia nacionales o regionales, la efectividad de la coordinación de todo el gobierno, el cumplimiento y las fallas de integridad. Asimismo, las auditorías de la ASF podrían examinar específicamente cuestiones como el cumplimiento de los procedimientos de contratación y la gestión y el mantenimiento inadecuados de los activos de infraestructura.
Recuadro 5.2. El potencial de la “infraestructura inteligente”
La infraestructura inteligente se refiere al uso de tecnologías digitales, sensores y datos para mitigar riesgos y mejorar las condiciones y estructuras que afectan la vida cotidiana de los ciudadanos. Al aprovechar estas herramientas, los gobiernos pueden identificar problemas en carreteras, edificios, puentes y otras formas de infraestructura antes de que se conviertan en peligros agudos.
Por ejemplo, los sistemas de infraestructura inteligente pueden identificar los riesgos derivados del mantenimiento diferido. Los sensores en carreteras, puentes y sistemas de alcantarillado pueden abordar estos problemas, lo que permite a los gobiernos asignar fondos donde más se necesitan. Los sensores y otras tecnologías inteligentes pueden alertar a los administradores públicos sobre problemas antes de que se conviertan en un peligro grave, incluso en los casos en que las inspecciones físicas no son eficaces para el propósito. Además, a medida que el clima cambiante se torna extremo y produce desastres naturales, la seguridad y la resiliencia de la infraestructura son una preocupación creciente. Los sistemas de sensores y otras tecnologías de infraestructura inteligente pueden identificar y mitigar estos problemas, ahorrando dinero y salvando vidas.
La infraestructura inteligente se aplica a diferentes tipos de obras. Por ejemplo, se puede utilizar en sistemas de alcantarillado para monitorear la calidad del agua, en las principales autopistas para controlar los límites de velocidad o para reducir la huella de carbono de un proyecto.
Aprovechar el Sistema Nacional de Fiscalización
La ASF podría aprovechar el Sistema Nacional de Fiscalización para organizar un grupo de trabajo sobre la auditoría de la infraestructura durante emergencias
El Sistema Nacional de Fiscalización (SNF) de México reúne a actores nacionales y subnacionales de rendición de cuentas, incluidas las EFS y los órganos de control interno de las entidades federativas, proporcionando una plataforma para la coordinación, el intercambio de información y la dirección estratégica. La ASF copreside el SNF, junto con la Secretaría de la Función Pública (SFP). El SNF ha establecido grupos de trabajo para llevar a cabo sus diferentes iniciativas. En este contexto, la ASF podría organizar un grupo de trabajo para hacer un balance de las lecciones aprendidas en relación con las prácticas de auditoría de infraestructura durante las emergencias.
Con el fin de reunir las experiencias más relevantes, el grupo de trabajo podría incluir a las EFS y los órganos de control interno de las entidades federativas más expuestas a los desastres naturales y los que se han encontrado en medio de emergencias más recientemente. Los objetivos iniciales del grupo de trabajo pueden incluir los siguientes:
Evaluar las capacidades de las EFS subnacionales para llevar a cabo auditorías de infraestructura durante emergencias, sobre la base de experiencias recientes.
Identificar buenas prácticas y recursos que podrían compartirse para mejorar las capacidades en todo el país.
Hacer un balance de los problemas, las lecciones aprendidas y las soluciones a desafíos comunes, contribuyendo a la información y la perspectiva producidas por la ASF.
Analizar las limitaciones legales y operativas para llevar a cabo auditorías de infraestructura oportunas, eficaces y eficientes durante las emergencias.
Proporcionar insumos para desarrollar un marco nacional para la auditoría de la infraestructura durante emergencias (véase la sección “Un marco adaptado a las situaciones de emergencia para las auditorías de infraestructura”).
Para formar el grupo de trabajo, la ASF podría aprovechar la experiencia de la Oficina de Rendición de Cuentas Gubernamental de Estados Unidos (U.S. Government Accountability Office, GAO) en la organización de un grupo de discusión, bajo los auspicios de la INTOSAI, sobre las lecciones aprendidas derivadas del COVID-19 (véase el Recuadro 5.3).
Recuadro 5.3. El Grupo de Discusión de Lecciones Aprendidas del COVID-19
Antecedentes
En abril de 2020, el Contralor General de Estados Unidos estableció la Iniciativa COVID-19 de la INTOSAI bajo los auspicios del Comité de Políticas de Finanzas y Administración (PFAC) de la INTOSAI. Uno de los objetivos de la iniciativa era elaborar un documento de alto nivel sobre la experiencia adquirida para las partes interesadas que se centraría en mitigar y minimizar situaciones similares en el futuro. Para llevar adelante este esfuerzo, la GAO creó un Grupo de Discusión del Contralor General sobre Lecciones Aprendidas del COVID-19.
Cuestiones clave
El Contralor General formó este Grupo de Discusión para establecer y mantener un diálogo sobre las lecciones aprendidas con las partes interesadas tanto dentro como fuera de la INTOSAI. El grupo se centra en las siguientes actividades:
Compartir perspectivas y mejores prácticas entre los miembros.
Demostrar cómo las EFS y otros miembros del Grupo de Discusión pueden contribuir a prepararse y mitigar el próximo desastre.
Destacar e institucionalizar las lecciones aprendidas, incluso mediante la elaboración de un documento actualizado sobre las lecciones aprendidas.
Membresía
El Contralor General de Estados Unidos encabeza el Grupo de Discusión. La membresía incluye las siguientes categorías de organizaciones:
INTOSAI y EFS.
Organizaciones internacionales supranacionales como la OCDE y las Naciones Unidas.
Organizaciones internacionales centradas en la salud, la aviación y el transporte.
Otras organizaciones interesadas.
Resultados previstos
Los resultados esperados del Grupo de Discusión son:
Compartir las lecciones aprendidas de la pandemia actual que podrían ayudar a estar preparados para futuras emergencias mediante la creación de una red de partes interesadas clave, el intercambio de ideas del primer informe de lecciones aprendidas de la comunidad auditora y la recopilación de lecciones aprendidas adicionales de los participantes del Grupo de Discusión.
Emitir un informe de lecciones aprendidas en la primavera de 2022.
Un primer borrador del informe sobre las lecciones aprendidas identificó un conjunto de medidas que pueden implementarse para minimizar el impacto de futuras emergencias:
Establecer objetivos y planes claros, y definir roles y responsabilidades para la amplia gama de entidades gubernamentales y otros actores clave son de vital importancia para abordar emergencias imprevistas con una respuesta de todo el gobierno.
Desarrollar un plan de preparación para el transporte que pueda mejorar la coordinación.
Establecer mecanismos de transparencia y rendición de cuentas desde el principio proporciona mayores salvaguardas y garantías razonables de que los fondos públicos lleguen a las audiencias previstas para los fines deseados, ayuden a garantizar la integridad y aborden los riesgos de fraude.
Proporcionar comunicaciones claras y consistentes en medio de una emergencia es clave.
Recopilar y analizar datos adecuados y fiables puede servir de base para la toma de decisiones y la preparación futura.
Fuente: Términos de referencia del Grupo de Discusión de Lecciones Aprendidas COVID-19 del Contralor General.
Un marco adaptado a las situaciones de emergencia para las auditorías de infraestructura
La ASF podría elaborar un marco adaptado a las situaciones de emergencia para las auditorías de infraestructura con el fin de crear una cartera que logre un equilibrio entre la oportunidad de las respuestas públicas y un nivel adecuado de rendición de cuentas y control
La ASF sigue el mismo proceso para las auditorías de infraestructura convencionales y para las auditorías durante emergencias, excepto por la etapa de planeación. Como primer paso, las unidades de auditoría de la ASF (UAA) formalizan las auditorías e inician el trabajo mediante un acta de inicio. A continuación, los auditores llevan a cabo la auditoría y obtienen las evidencias que respaldan los resultados, registrándolas en cédulas de auditoría. Las UAA concluyen los procedimientos de auditoría preparando una cédula de resultados y un informe preliminar y verificando el cumplimiento de los objetivos, el alcance y los procedimientos de auditoría. Si la cédula de resultados y el informe preliminar cumplen los requisitos, las UAA organizarán una reunión para presentar los resultados finales y las observaciones preliminares. A continuación, se redacta el acta de presentación de resultados. Si hay necesidad de ajustes, las UAA documentan el análisis en una cédula de resultados modificada y un informe preliminar modificado, lo cual cierra la etapa de ejecución.
El siguiente paso es preparar el informe de auditoría. Las UAA elaboran el informe final de auditoría e integran el expediente de auditoría y los documentos para revisión. Las UAA revisan los informes y los remiten a los directores generales y a los Auditores Especiales para su autorización en el Sistema de Control y Seguimiento de Auditorías (SICSA). Una vez concedida la autorización electrónica, los informes entran al proceso editorial.
La ASF podría revisar este proceso para desarrollar un nuevo marco para las auditorías de infraestructura durante emergencias, que defina el alcance de su trabajo en respuesta a emergencias y responda a las preocupaciones legislativas por establecer planes y roles apropiados de antemano. El marco debe tener en cuenta las normas y directrices de auditoría que se utilizarán durante emergencias, en particular sobre la auditoría a distancia y la transparencia de las actividades de contratación de obras de emergencia. También debe prestar atención a los siguientes criterios:
Principio de "no daño": la ASF deberá definir la cantidad de datos que requiera de las dependencias y entidades de infraestructura que atienden emergencias y a través de qué medios para garantizar que "no haya daños" (es decir, obstaculizar o retrasar las respuestas a la propia emergencia) durante su trabajo de auditoría. Dicho esto, la OCDE recomienda someter a auditoría y supervisión procedimientos de emergencia específicos, como los relacionados con la contratación de obras.
Aprovechamiento de las TIC: en su informe de balance de la integridad en las respuestas de los países a la crisis del COVID-19, la OCDE recomendó adaptar las estrategias de auditoría y supervisión, así como los análisis de posibles patrones corruptos en relación con la emergencia (OCDE, 2020[5]). Dado que la agilidad e incluso los intercambios remotos pueden ser necesarios durante las crisis, las TIC se convierten en herramientas ideales para simplificar y acelerar los procesos de auditoría y la recopilación conexa de información y evidencias completas y de calidad. Esto es consistente con la Declaración de Moscú, emitida después del Congreso de la INTOSAI en 2019, que invita al uso de instrumentos de TIC y recursos de datos abiertos para las prácticas de auditoría, así como al desarrollo de capacidades de auditoría remota.7 De hecho, el aprovechamiento de las TIC apoyará el principio de "no daño". La ASF ya ha tomado medidas para aprovechar las TIC a través del Buzón Digital y TransferASF, que permiten a las entidades auditadas compartir electrónicamente un gran número de documentos. Asimismo, la ASF está trabajando con varias plataformas, como el Sistema de Control, Administración y Fiscalización de los Recursos del Gasto Federalizado (SiCAF) para compartir información con dependencias y entidades de la administración pública (OCDE, 2022[6]).
Integralidad: las respuestas a las crisis pueden involucrar no sólo recursos públicos, sino también privados administrados por organizaciones benéficas, fondos, ONG (Organizaciones No Gubernamentales) e incluso instituciones privadas. Desafortunadamente, estos fondos también están sujetos a riesgos de fraude y corrupción. De hecho, por ejemplo, los medios de comunicación arrojaron dudas sobre el manejo de los fondos para el alivio del terremoto de la Ciudad de México en 2017. Tales preguntas pueden socavar las respuestas al debilitar la confianza. Si bien el mandato de la ASF no incluye la auditoría o el control de esos fondos, el marco regulatorio de la ASF podría reformarse para permitirle apoyar la rendición de cuentas de las instituciones que los administran. De hecho, en muchos países, las EFS no tienen automáticamente el mandato de auditar los fondos de los donantes o los recursos privados. Una solución en algunos países ha sido otorgar a la EFS un mandato temporal para auditar todos los fondos de desarrollo durante las crisis; sin embargo, este tipo de medida debe tener en cuenta las limitaciones de recursos (INTOSAI, 2020[7]). La ASF podría optar por un enfoque "más suave" en el que comparta las lecciones aprendidas y ayude a desarrollar capacidades para que las ONG y las instituciones privadas puedan controlar y avanzar en la rendición de cuentas de los fondos invertidos en respuestas a emergencias.
Coordinación: con el fin de evitar duplicidades, ampliar el universo de auditoría y fortalecer el mensaje de que no se tolerará el abuso, las auditorías de infraestructura en situaciones de emergencia se beneficiarían de la coordinación entre los diferentes órganos de control y auditoría como la ASF, la SFP, las entidades de fiscalización superior estatales (EFSE) y los órganos de control estatales (OCEs). El Sistema Nacional Anticorrupción y el Sistema Nacional de Fiscalización también podrían desempeñar un papel en la mejora de la coordinación.
Oportunidad: las auditorías en tiempo real son clave para garantizar la oportunidad de las intervenciones de las EFS durante las emergencias, de ahí la siguiente recomendación.
Las auditorías de infraestructura en tiempo real son especialmente pertinentes en situaciones de emergencia y deberían formar parte de la cartera de la ASF para controlar riesgos y maximizar su efecto disuasivo
Las auditorías de infraestructura en situaciones de emergencia deben estar plenamente justificadas para observar el principio de "no daño" y agregar valor a medida que se desarrolla la respuesta a la crisis. La capacidad de la EFS (legal y operativa) para llevar a cabo auditorías en tiempo real le permite proporcionar retroalimentación rápida y oportuna sobre el funcionamiento de las respuestas y los riesgos y desafíos enfrentados. Por ejemplo, pueden concentrarse en la contratación de obras para la reconstrucción y el mantenimiento después de un desastre natural, o también en la gestión de contratos y los controles de pago para identificar posibles fuentes de mala praxis. La ASF, por ejemplo, podría analizar el impacto desigual del acceso a infraestructura crítica para diferentes segmentos de la población.
Por definición, las auditorías de infraestructura durante las emergencias serán actividades fuera del ciclo de auditoría formalmente planeado y con plazos de realización más cortos. La ASF debe buscar la capacidad de llevar a cabo auditorías en tiempo real (sin la necesidad de una denuncia) para garantizar la oportunidad. Del mismo modo, debe anticipar los recursos necesarios para facilitar la presentación rápida de informes y la retroalimentación útil a las dependencias y entidades de infraestructura que responden a las crisis y, de esa manera, contribuir a abordar los problemas que pueden obstaculizar el impacto de las respuestas. Los informes de auditoría breves y especiales derivados de las auditorías de infraestructura en situaciones de emergencia, incluidos los mensajes simplificados, tienen el potencial de controlar los riesgos, reforzar la resiliencia y mejorar la calidad de las infraestructuras y/o reparaciones emprendidas después de las emergencias.
Las auditorías de infraestructura en tiempo real en situaciones de emergencia también son medios poderosos para maximizar el efecto disuasivo de las auditorías y enviar un mensaje claro de que no se tolerará el abuso. Las auditorías impactarían no sólo al informar a los funcionarios del gobierno que están siendo observados, sino también reforzando los comportamientos positivos:
Garantizar que los funcionarios gubernamentales tengan claro si se deben aplicar y cuándo las normas de gastos de emergencia (incluidas las de contratación de obras);
Recordar a los funcionarios las reglas de integridad en el uso del dinero público, la necesidad de tener clara la autoridad para aprobar contratos y gastos, y mantener evidencia verificable de los contratos celebrados, los pagos realizados, los flujos de fondos y las obras ejecutadas;
Asegurar que los equipos de gestión comprueben físicamente que los controles clave se están aplicando realmente; y
Disuadir contra la corrupción manteniendo la expectativa de que el uso del dinero público durante la emergencia estará sujeto a transparencia, escrutinio y supervisión, y aquellos que tienen autoridad deberán rendir cuentas a su debido tiempo. Esto significa garantizar que los auditores tengan el derecho, la responsabilidad y el acceso a los registros para auditar los gastos de emergencia (INTOSAI, 2020[7]).
El primer punto es particularmente relevante. Las medidas de emergencia deben incluir cláusulas de extinción que establezcan periodos específicos durante los cuales serán aplicables los procedimientos extraordinarios, por ejemplo, la contratación de obras no licitadas. Luego, la EFS puede intervenir y advertir a los funcionarios que verificará el respeto a dichos límites y que se castigue el abuso. Por ejemplo, el Auditor Superior de la ASF podría emitir una declaración pública después de las emergencias para recordar a las dependencias y entidades de infraestructura sobre la importancia de la integridad en las respuestas y proporcionar la seguridad de que la ASF estará vigilante, tal como lo hizo el Auditor General de Nueva Zelanda en 2020 (véase el Recuadro 5.4).
Si bien el mensaje debe ser claro sobre la importancia de respetar las reglas y procedimientos en las respuestas a emergencias, también debe proporcionar garantías de que la ASF se esforzará por no obstaculizar la respuesta adaptando sus procedimientos de auditoría de infraestructura, por ejemplo, aprovechando el Buzón Digital y TransferASF.
Recuadro 5.4. El mensaje del Auditor General de Nueva Zelanda durante la respuesta al COVID‑19
En abril de 2020, el Auditor General de Nueva Zelanda escribió un mensaje a los directores ejecutivos de las agencias públicas sobre la gobernanza de las respuestas a la crisis del COVID-19. Entre las principales cuestiones planteadas figuraban las siguientes:
Mantener una gobernanza robusta y sistemas y controles eficaces;
mantener la autoridad y las aprobaciones claras, documentadas y comunicadas, especialmente en situaciones en las que se incurre en gastos de emergencia o se ejercen poderes de emergencia. La Auditoría de Nueva Zelanda emitió un recordatorio sobre las expectativas al utilizar procedimientos de contratación de emergencia;
documentar el gasto y reportarlo con precisión;
sensibilizar sobre el aumento de los riesgos de fraude si los controles se ven socavados mientras la emergencia tiene prioridad;
ser conscientes de los gastos sensibles y tener claro qué es y qué no es un uso adecuado del dinero público; y
gestionar los riesgos de proyectos en curso mientras la organización se concentra en la respuesta a la emergencia, particularmente megaproyectos e iniciativas que ya implican riesgos significativos.
Referencias
[8] Controller and Auditor-General of New Zealand (2020), Covid-19: Important governance matters to consider, https://oag.parliament.nz/media/2020/covid-19-governance.
[9] Deloitte (2020), Building Resilience: The importance of audit during times of disruption, https://www2.deloitte.com/bg/en/pages/audit/articles/the-importance-of-audit-during-times-of-disruption.html.
[4] Goldsmith, S. and A. Betsy Gardner (2021), Toward a smart future: Building back better with intelligent civil infrastructure - Smart sensors and self-monitoring civil works.
[7] INTOSAI (2020), Accountability in Times of Crisis, https://www.idi.no/elibrary/covid-19/986-accountability-in-a-time-of-crisis/file.
[1] INTOSAI (2019), Audit of disaster-related aid, http://intosaijournal.org/the-disaster-resilience-framework-a-tool-to-promote-foresight-and-accountability/ (accessed on 13 October 2021).
[6] OCDE (2022), Fortaleciendo la Analítica en la Institución de Fiscalización Superior de México: Consideraciones y Prioridades para la Evaluación de Riesgos de Integridad, Estudios de la OCDE sobre Gobernanza Pública, OECD Publishing, París, https://doi.org/10.1787/edb2c582-es.
[5] OCDE (2020), “Integridad pública para una respuesta y recuperación efectivas ante el COVID-19”, Medidas políticas clave de la OCDE ante el coronavirus (COVID-19), OECD Publishing, París, https://doi.org/10.1787/c3d8f08f-es.
[2] OCDE (2017), Entidades Fiscalizadoras Superiores y el buen gobierno: Supervisión, información y visión, Estudios de la OCDE sobre Gobernanza Pública, OECD Publishing, París, https://doi.org/10.1787/9789264280625-es.
[3] OCDE (2013), Estudio de la OCDE sobre el Sistema Nacional de Protección Civil en México, OECD Publishing, París, https://doi.org/10.1787/9789264200210-es.
Notas
← 1. Grupo de Discusión General del Contralor de los Estados Unidos sobre las lecciones aprendidas del COVID-19, Resumen de la reunión virtual del 25 de mayo de 2021.
← 2. INTOSAI Iniciativa COVID-19 del Comité de Políticas de Finanzas y Administración (de próxima aparición), Pandemia de coronavirus: lecciones iniciales aprendidas de la comunidad internacional de auditoría.
← 3. El modelado de información de construcción es un proceso apoyado por diversas herramientas, tecnologías y contratos que involucran la generación y gestión de representaciones digitales de las características físicas y funcionales de los lugares.
← 4. Deloitte (2020[9]), Building Resilience: The importance of audit during times of disruption, https://www2.deloitte.com/bg/en/pages/audit/articles/the-importance-of-audit-during-times-of-disruption.html.
← 5. Un evento del cisne negro es un evento impredecible que va más allá de lo que normalmente se espera de una situación y tiene consecuencias potencialmente severas.
← 6. El 6 de septiembre de 2021, el río que atraviesa la ciudad de Tula, Hidalgo recibió descargas de la zona metropolitana de la Ciudad de México, lo que provocó la inundación de la ciudad, incluido un hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Como resultado, la electricidad en el hospital falló y los ventiladores de varios pacientes con COVID se detuvieron, lo que resultó en sus fallecimientos.
← 7. Grupo de Discusión General del Contralor de Estados Unidos sobre las lecciones aprendidas del COVID‑19, Resumen de la reunión virtual del 25 de mayo de 2021.