Perspectivas económicas de América Latina 2019 presenta una nueva estrategia llamada “Desarrollo en transición” (DiT, por sus siglas en inglés), para apoyar el avance de América Latina y el Caribe (ALC) hacia un desarrollo incluyente y sostenible. Ello representa la oportunidad de avanzar hacia los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible (Agenda 2030) al repensar el concepto de desarrollo, las estrategias que los países deben adoptar y la función de la cooperación internacional para facilitar estos esfuerzos. Frente a un contexto cambiante tanto a nivel nacional como global, el DiT destaca la necesidad de aumentar las capacidades institucionales internas y adoptar modalidades más innovadoras de cooperación internacional para el desarrollo. Esto debería apoyar tanto los objetivos nacionales de desarrollo como los esfuerzos internacionales para promover los bienes públicos regionales y mundiales.
Esta nueva estrategia es necesaria por varias razones. En primer lugar, el avance hacia niveles más altos de ingresos de los países de ALC crea nuevos retos de desarrollo —las “nuevas” trampas del desarrollo—. Estos retos son cada vez más complejos y deben ser transformados en oportunidades de mayor desarrollo. En segundo lugar, ALC ha alcanzado niveles de producto interno bruto (PIB) per cápita en los que el ingreso pierde relevancia como componente del bienestar. Esto sugiere la necesidad de contar con una estrategia multidimensional del desarrollo. En tercer lugar, el contexto global está ganando complejidad. Las políticas públicas tradicionales resultan insuficientes ante el surgimiento de nuevas megatendencias y nuevos actores en el escenario mundial. Es por ello que la región necesita estrategias de políticas públicas innovadoras para apoyar un desarrollo incluyente y sostenible.
Para responder a estos desafíos tanto a nivel nacional como global, la estrategia DiT subraya la necesidad de lograr lo siguiente:
Mejorar las capacidades nacionales: Esto será decisivo para afrontar las trampas del desarrollo y promover una estrategia multidimensional de desarrollo sostenible en ALC. El informe Perspectivas económicas de América Latina 2019 se centra en dos capacidades transversales que son fundamentales para aprovechar las oportunidades de desarrollo en la región:
Una mejor elaboración de políticas públicas para el desarrollo, que comprende cuestiones relacionadas con continuar construyendo capacidades técnicas para diseñar, implementar, monitorear y evaluar los planes nacionales de desarrollo (PND) estratégicos. También incluye fomentar la capacidad para gastar mejor, así como para alcanzar consensos políticos y ciudadanos para superar las complejidades de la economía política de la reforma en ALC.
Un mejor financiamiento para el desarrollo, centrado en la movilización sostenible de recursos nacionales para el desarrollo, tanto públicos como privados, destinados a invertir en políticas públicas estructurales y a promover la agenda de desarrollo sostenible.
Fortalecer la cooperación internacional como facilitadora del desarrollo inclusivo y sostenible en ALC: El sistema de cooperación internacional debe ser más innovador para adaptarse a un contexto mundial complejo y multipolar. Para ello, debe jugar un papel facilitador de los esfuerzos de los países para transitar hacia un mayor nivel de desarrollo, de las siguientes maneras:
Promover alianzas entre países de diferentes niveles de desarrollo, que participen como pares para afrontar desafíos políticos específicos y compartidos.
Situar las estrategias nacionales en el centro del debate y fortalecer las capacidades internas de los países para llevarlas a cabo. Esto ayudaría a los países de ALC a establecer la priorización de políticas públicas, implementar y evaluar los planes de desarrollo, y aumentar la armonización entre las prioridades internas e internacionales. Podría también ayudarles a apoyar a los países de la región para que sigan desempeñando una función activa en la agenda global.
Incluir una batería de herramientas, modalidades e instrumentos de cooperación internacional ampliada que incorpore los conocimientos especializados de una amplia gama de actores, promoviendo un enfoque gubernamental transversal, coordinado e integrado. Esta batería de herramientas debe incorporar instrumentos para una mayor cooperación técnica, tales como el intercambio de conocimientos, diálogos multilaterales sobre política, desarrollo de capacidades, acceso a la tecnología y cooperación en ciencia, tecnología e innovación.
Estas recomendaciones plantean estrategias de política pública para superar las “nuevas” trampas del desarrollo y transformarlas en oportunidades de progreso. De tal forma, deben ayudar a la región a alcanzar una mejor inserción en la economía mundial, un compromiso firme con la agenda mundial de desarrollo sostenible (por ejemplo, la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible [ODS]), y a fortalecer el grado de acuerdo sobre la reducción del impacto del cambio climático, la reducción de la pobreza y el aumento de la clase media.
Cuatro trampas se interponen en el camino hacia un mayor desarrollo incluyente y sostenible. Aunque los países de ALC han aumentado su nivel de ingresos, aún enfrentan retos que perduran y otros nuevos que han aparecido precisamente como resultado del avance hacia mayores niveles de renta. Estas trampas del desarrollo son: la trampa de la productividad, la de la vulnerabilidad social, la institucional y la medioambiental.
Se necesitan acciones de política para pasar de estos círculos viciosos a círculos virtuosos del desarrollo. Estas políticas públicas se deben enfocar en retos estructurales como la baja productividad, la vulnerabilidad social, los persistentes índices de desigualdad y el descontento cada vez mayor de los ciudadanos. Fortalecer las capacidades internas en estrecha alianza con la cooperación internacional es fundamental para afrontar los desafíos de la región en un entorno global más complejo. Esto debe hacerse sin olvidar la importancia de preservar los bienes públicos globales y de coordinar las estrategias internas con la agenda global de desarrollo sostenible. El camino hacia un desarrollo incluyente y sostenible debe incorporar la naturaleza multidimensional del desarrollo, y requiere de una nueva visión de la cooperación internacional como facilitadora de un progreso incluyente para todos.