Las democracias en todo el mundo están lidiando con cambios sistémicos significativos, incluidas las transiciones verde y digital, en un entorno volátil e incierto marcado por tensiones geopolíticas crecientes y polarización. En este contexto, muchos gobiernos están priorizando la construcción y el mantenimiento de la confianza en las instituciones públicas. Los entornos de baja confianza no solo dañan la cohesión social y la participación política, sino que también limitan la capacidad de los gobiernos para funcionar de manera efectiva y responder a los desafíos complejos, tanto a nivel nacional como global. La confianza se puede fomentar creando instituciones receptivas que satisfagan las expectativas y necesidades de las personas, que aborden de manera confiable cuestiones políticas complejas y que adhieran a los principios de apertura, equidad e integridad.
Desde 1990, Chile ha gozado de instituciones democráticas robustas y de políticas públicas sólidas, lo que ha permitido un desarrollo económico constante y estabilidad macroeconómica. Sin embargo, la confianza en el gobierno y en las instituciones públicas en general ha ido disminuyendo de manera constante desde 2010, en línea con las tendencias observadas en toda América Latina. Esta disminución de la confianza, a su vez, está erosionando el tejido social del país y debilitando la capacidad del gobierno para generar consensos sobre reformas políticas complejas.
De acuerdo con la Encuesta de Confianza de la OCDE, realizada en noviembre de 2023, solo una de cada tres personas en Chile (30%) tiene un nivel alto o moderadamente alto de confianza en el gobierno nacional, y un 24% reporta una confianza alta o moderadamente alta en el servicio civil, en comparación con el 39% y el 45%, respectivamente, en promedio entre los países de la OCDE. Al igual que en la mayoría de los países de la OCDE, la ciudadanía chilena confía más en la policía (52%) y en el gobierno local (36%) que en el gobierno nacional, mientras que los partidos políticos (14%) y el Congreso (19%) son las instituciones con menor confianza. Los niveles de confianza en los tribunales y en el sistema judicial son los que más se alejan del promedio de la OCDE: solo una cuarta parte de la ciudadanía manifestó una confianza alta o moderadamente alta en las instituciones de justicia (25%), 29 puntos porcentuales por debajo del promedio de la OCDE (54%).
Además, las vulnerabilidades socioeconómicas y políticas percibidas juegan un papel significativo. Las personas con preocupaciones financieras o que temen por su seguridad personal reportan niveles más bajos de confianza. En contraste, las diferencias de confianza por género, edad y educación son relativamente pequeñas en Chile. Significativamente, sentirse capaz de influir en las decisiones del gobierno es un factor clave para explicar los niveles de confianza. En Chile, hay una brecha de 45 puntos porcentuales en los niveles de confianza en el gobierno nacional entre quienes creen que personas como uno/a tienen voz en lo que hace el gobierno y quienes no lo creen.
El gobierno chileno está persiguiendo una ambiciosa agenda para apoyar las transiciones verde y digital, con reformas en áreas críticas como impuestos, pensiones, seguridad interna y descentralización, las cuales aún enfrentan algunos obstáculos para lograr consensos. La Encuesta de Confianza revela que en Chile la gente tiene mayor confianza que sus pares de la OCDE en la capacidad del gobierno para tomar decisiones sobre temas complejos que implican amplias concesiones entre grupos poblacionales, como el cambio climático, así como para actuar con integridad. Por ejemplo, el 48% de la ciudadanía confía en que el país reducirá las emisiones de gases de efecto invernadero, en comparación con el 42%, en promedio, entre 30 países de la OCDE.
Al mismo tiempo, en comparación con otros países de la OCDE, la ciudanía en Chile está menos satisfecha con los servicios públicos, incluidas su confiabilidad y equidad. Además, solo el 22% de la gente cree que el sistema político chileno permite que personas como ellas/os tengan voz en lo que hace el gobierno, y el 35% considera probable tener oportunidades para expresar sus preocupaciones sobre asuntos locales. Mejorar la percepción de la ciudadanía en sus interacciones cotidianas con las instituciones públicas ayudará a fortalecer el apoyo a las reformas gubernamentales y superar obstáculos.
Los principales factores que impulsan los niveles de confianza de la ciudadanía varían según la institución y los niveles de gobierno en Chile, lo que sugiere que para generar confianza se deben adoptar una variedad de estrategias específicas. El análisis muestra que, hoy en día, los principales determinantes de la confianza en el gobierno nacional chileno son la capacidad de cooperar con las partes interesadas para abordar desafíos complejos -como el cambio climático-, utilizar evidencia transparente y verificable en la toma de decisiones, y garantizar que se escuchen todas las voces. Asimismo, el hecho de que las personas se sientan capaces de influir en la toma de decisiones del gobierno o sean tratadas de manera justa al solicitar beneficios sociales son factores relevantes para la confianza en el servicio civil. Por su parte, los niveles de confianza en el gobierno local están influenciados principalmente por si las personas sienten que tienen oportunidades de expresar sus opiniones sobre asuntos locales y creen que el gobierno equilibraría los intereses de diferentes generaciones. Las percepciones de frenos y contrapesos efectivos entre las ramas del gobierno son el único factor determinante en materia de gobernanza pública estadísticamente significativo para la confianza en el gobierno nacional, local y el servicio civil, destacando la relevancia de fortalecer el estado de derecho y limitar el abuso de poder para la democracia representativa en Chile.
Chile ha emprendido este estudio como parte de su Agenda de Modernización del Estado 2022-2026, que incluye priorizar la confianza pública como un objetivo político explícito, construir relaciones confiables entre las personas y las instituciones, y acercar el Estado a la ciudadanía. Este informe tiene como objetivo apoyar los esfuerzos de Chile proporcionando un análisis en profundidad y basado en evidencia de los principales determinantes de la confianza en las instituciones públicas en Chile e identificando oportunidades para fortalecerla. Estas oportunidades se organizan en cinco áreas: 1) mejorar la calidad y capacidad de respuesta de los servicios públicos; 2) fortalecer la preparación y la capacidad del gobierno para abordar problemas de política complejos; 3) mejorar la comunicación y el compromiso entre el gobierno y la población; 4) reforzar la integridad pública y reducir las percepciones de corrupción; y 5) promover la equidad en todas las instituciones públicas. La tabla a continuación resume los principales hallazgos y áreas de oportunidad incluidas en este informe.