En este capítulo se describen la evolución del mercado y las proyecciones a mediano plazo de los mercados mundiales de biocombustibles para el periodo comprendido entre 2024 y 2033. Las proyecciones abarcan el consumo, la producción, el comercio y los precios del etanol y el biodiésel. El capítulo concluye con un análisis de los principales riesgos e incertidumbres que podrían afectar a los mercados mundiales de los biocombustibles durante los próximos 10 años.
OCDE-FAO Perspectivas Agrícolas 2024-2033
9. Biocombustibles
Copy link to 9. BiocombustiblesResumen
9.1. Aspectos relevantes de la proyección
Copy link to 9.1. Aspectos relevantes de la proyecciónLas economías emergentes encabezan la expansión del uso de biocombustibles
El aumento continuo del uso mundial de biocombustibles depende de dos factores clave: la creciente demanda de combustible para transporte1 y el apoyo sostenido de las políticas públicas. En general, en el sector del transporte se espera que los biocombustibles sigan siendo importantes alternativas renovables a los combustibles fósiles, y se prevé que la demanda aumentará 1.2% anual durante el próximo decenio. Esta tasa de crecimiento es menos de la mitad que la de los últimos 10 años. La desaceleración del crecimiento de la demanda se atribuye al crecimiento económico más lento observado en los países de ingresos altos, donde se espera que el crecimiento de la demanda de biocombustibles disminuya cuatro veces y baje a 0.6% anual. Dicha reducción se deriva primordialmente de la menor demanda de combustible para transporte, resultado de la cada vez mayor presencia de vehículos eléctricos y de las mejoras en la eficiencia de los vehículos. Sin embargo, se espera que en los países de ingresos medios esta baja se compense al aumentar su demanda de biocombustibles, logrando una tasa de crecimiento anual promedio de 1.9%. Dicho incremento se debe sobre todo a la mayor demanda de combustibles para transportes, a la creciente preocupación por la seguridad energética y a los objetivos de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
En los Estados Unidos de América (en adelante, los Estados Unidos), se espera que el foco de interés cambie hacia el biodiésel (incluido el diésel renovable) durante el próximo decenio (Figura 9.1). El diésel renovable es similar al biodiésel, pero puede utilizarse como combustible sustituto que no requiere mezclarse con diésel derivado del petróleo. Este cambio se debe al incremento de los objetivos de los programas de combustible renovable y la ampliación de los créditos fiscales para el diésel basado en biomasa. Por el contrario, se espera que la contribución de la Unión Europea al uso mundial de biocombustibles se reduzca. La inclusión de criterios de sostenibilidad en sus modificaciones a la Directiva de Energías Renovables (RED III), impulsó al bloque a dejar de lado al biodiésel de primera generación, al establecer un límite máximo para los biocombustibles basados en cultivos alimentarios y para forraje. Asimismo, las materias primas de alto riesgo de cambio del uso de tierra ya no deberían tomarse en cuenta para cubrir los objetivos de biocombustibles para 2030. Además, las acciones previstas orientadas a la adopción de vehículos eléctricos limitarán el aumento del combustible tradicional para transporte y, por consiguiente, del uso de biocombustibles.
Se prevé que las economías emergentes, especialmente el Brasil, Indonesia y la India, fomentarán la mayor parte de la nueva demanda de biocombustibles (Figura 9.1), ya que estos siguen siendo la principal opción de descarbonización en estas regiones. Los tres países tienen normativas obligatorias de biocombustibles, lo cual eleva la demanda de combustible para transporte y el abundante potencial de materias primas. Se supone que la tasa de mezcla de biodiésel en Indonesia permanecerá por arriba de 30% (B30); a la vez, se espera que el uso de combustible tipo diésel aumente. En otros países del Sudeste asiático, se espera que los usos del biodiésel aumenten gracias al crecimiento de la demanda de combustibles para transporte y uso industrial. En la India, se prevé que el etanol basado en caña de azúcar contribuirá en gran medida a lograr una tasa de mezcla del etanol de 15% para 2025, y que el objetivo E17 se cumplirá para 2033.
Se prevé que los biocombustibles de primera generación prevalecerán como el tipo de biocombustible dominante, y que los productos de maíz y azúcar constituirán la mayor parte de la materia prima para el etanol, mientras que la producción de biodiésel dependerá principalmente del aceite vegetal (de soya, de semilla de colza y de palma). Se prevé que, gozando de un apoyo más fuerte, la producción de biodiésel avanzado basado en aceite de cocina usado cobrará importancia en la Unión Europea, los Estados Unidos y Singapur. Las políticas públicas relacionadas con la producción y el uso obligatorio, por lo común generan autosuficiencia de los mercados nacionales, de modo que el mercado internacional es pequeño. En las Perspectivas se prevé que para 2033, el monto del comercio de biodiésel a nivel internacional disminuirá de 13% a 11% de la producción total, en tanto que el de etanol comercializado internacionalmente se mantendrá en el mismo nivel de cerca de 8% de la producción total.
Los precios del etanol y del biodiésel disminuyeron en 2023 debido a la baja de los precios del petróleo y al amplio suministro de materias primas. Se espera que, posteriormente, se presente un aumento en términos nominales a lo largo del periodo de proyección, con una ligera baja en términos reales en el caso del etanol y un ligero aumento en el del biodiésel. Las políticas públicas seguirán compensando el mayor costo de producción de los biocombustibles, en comparación con los costos de los combustibles fósiles.
La complejidad de las políticas relacionadas con los biocombustibles constituye la principal fuente de incertidumbre al proyectar la evolución del mercado de biocombustibles. La atención prioritaria cambia hacia la sostenibilidad, aumentando cada vez más el interés por los biocombustibles avanzados y el combustible sostenible de aviación (SAF). Sin embargo, aún se requiere una gran inversión para elevar la producción, gestionar la certificación de materias primas sostenibles y facilitar la comercialización. Es imperativo contar con políticas que aseguren el suministro de materias primas sostenibles, en particular por el creciente interés en encontrar alternativas para el uso de residuos y productos derivados de la producción agrícola, y así fomentar un enfoque económico circular en la producción de biocombustibles.
De no establecer sistemas de producción y consumo más sostenibles al reutilizar recursos de desperdicios y residuos, y de persistir las tendencias actuales, se corre el riesgo de que escasee el suministro de materias primas para biodiésel renovable. En las Perspectivas se prevé un aumento en el uso de aceite vegetal en el sector alimentario, que puede generar un incremento de la oferta de aceite reciclado; sin embargo, permanece la incertidumbre respecto del desarrollo de la capacidad de los países de recolectar aceite reciclado.
9.2. Tendencias actuales del mercado
Copy link to 9.2. Tendencias actuales del mercadoEl 2023 fue el tercer año consecutivo de crecimiento estable del consumo mundial de biocombustibles, tras las bajas registradas en 2020. Dicho crecimiento fue facilitado por la disminución de los precios de los biocombustibles a nivel mundial, la cual se atribuye a una combinación de precios del petróleo más bajos —lo que impulsó la demanda de combustible para transporte— y precios más bajos de las materias primas que, por consiguiente, redujeron los costos de producción de los biocombustibles. En colectivo, dichos factores sostuvieron los incentivos para una constante adopción del uso de biodiésel y su posible ampliación.
Los gobiernos estimulan el uso de biocombustibles con dos objetivos: reforzar la seguridad energética y fomentar la reducción de las emisiones de GEI. Dado que los costos de la producción de biocombustibles aún rebasarán a los de sus contrapartes de combustibles fósiles, se ha facilitado la producción de biocombustibles mediante políticas públicas de apoyo, y se espera que el crecimiento futuro continuará dependiendo de ellas. Si bien la implicación de los precios de la energía de la guerra en curso en Ucrania mostró la importancia de la razón de ser de la seguridad energética, su impacto sobre los mercados de los biocombustibles es aún limitado. La ampliación de los biocombustibles coincide con su función decisiva en la estrategia mundial de descarbonizar el sector del transporte.
9.3. Proyecciones de mercado
Copy link to 9.3. Proyecciones de mercado9.3.1. Consumo y producción
Los países asiáticos dirigen la oferta y la demanda de biocombustibles
En estas Perspectivas se espera una tasa de crecimiento más lenta de consumo y producción de biocombustibles a nivel mundial: 1.5% anual previsto en ambos casos durante el periodo de proyección. Esta tasa equivale a menos de la mitad de la observada en el decenio pasado, debido sobre todo a la reducción de las políticas de apoyo a los biocombustibles convencionales en los países desarrollados. Dado que se espera que cerca de dos tercios del crecimiento previsto de la demanda de biocombustibles tenga lugar en economías emergentes (Figura 9.1), principalmente en la India, el Brasil e Indonesia, se verán cambios en las participaciones de mercado. En 2023, 55% de la oferta y la demanda de etanol se sitúa en los países de ingresos altos. Sin embargo, se prevé que, durante el próximo decenio, dicha participación disminuirá 49% y que los países de ingresos medios cobrarán relevancia. En lo que respecta al biodiésel, se prevé que las participaciones de mercado se mantendrán relativamente estables, y que el consumo convergerá ligeramente, a medida que los países de ingresos medios obtengan una cuota de 4 puntos porcentuales durante los próximos 10 años; por otra parte, se espera que su participación en la producción mundial aumente ligeramente.
En el informe World Energy Outlook 2023 (Perspectivas de la energía mundial), de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), se prevé una reducción del uso total de combustibles para transporte, tanto en la Unión Europea como en los Estados Unidos, lo cual indica un limitado potencial de crecimiento para el uso del biodiésel. Sin embargo, pese a esta tendencia, se prevé que la demanda mundial de biocombustibles aumentará. Este aumento se atribuye a la evolución de las flotas de transporte en ciertos países en los que se prevé que el consumo total de combustible aumentará, aunado a políticas internas que favorecen mezclas más altas. Como se muestra en la Figura 9.2, se espera que el uso del biodiésel se amplíe con mayor rapidez que la demanda total de combustibles para transporte a nivel mundial; esto señala un aumento en la cuota de biocombustibles dentro del total de combustible para transportes.
Se prevé que, para 2033, la producción de etanol y de biodiésel se incrementará a 155 miles de millones de litros (Mml) y 79 Mml, respectivamente. En 2023, la materia prima total del etanol estaba compuesta por 59% de maíz, 24% de caña de azúcar, 6% de melaza y 2% de trigo; el 9% restante, por una mezcla de cereales variados, yuca y remolacha azucarera. La materia prima total para biodiésel estaba compuesta por 65% de aceites vegetales (30% de palma, 20% de soya y 11% de colza) y 27% de aceites de cocina usados; el 8% restante estaba compuesto de grasas animales y aceites no comestibles.
Pese al control cada vez mayor de la sostenibilidad de la producción de biocombustibles observado en muchos países, y a las grandes variaciones en la composición de las materias primas (Cuadro 9.1), se espera que las materias primas convencionales (o relacionadas con la alimentación) sigan predominando en la industria (Figura 9.3). Si bien las materias primas celulósicas —como residuos de cultivos, cultivos energéticos específicos o biomasa maderera— ofrecen prometedoras alternativas que evitan la competencia con fuentes de alimentación, no se espera un aumento sustancial de la participación de estas materias primas avanzadas en la producción total de biocombustibles.
Los Estados Unidos
Las políticas sobre biocombustibles de los Estados Unidos giraban en torno al programa de la Norma para los Combustibles Renovables (RFS) y a varias políticas estatales. El programa establece que se mezcle un volumen anual específico de combustibles renovables con combustibles para transporte convencionales. La Agencia de Protección Ambiental (EPA) estableció la normativa actual para 2023 hasta 2025. Si bien se prevé una reducción del consumo de gasolina, debido en gran parte a la mayor eficiencia de los vehículos y al aumento del número de vehículos eléctricos, se espera que la producción y el consumo de etanol se incrementen. Dicho crecimiento se atribuye al aumento esperado de la tasa de mezcla de etanol a 13% para 2033, aunque la tasa de mezcla estándar de 10% seguirá vigente. Sin embargo, la preferencia de las refinerías de petróleo por el diésel renovable para cumplir con las normativas de la EPA y las limitaciones de infraestructura restringirán el crecimiento del uso de combustibles con mayor contenido de etanol.
Se espera que el maíz se mantenga como la principal materia prima para la producción de etanol y que, para 2033, represente 99% de la producción. Mientras tanto, se supone que la capacidad de producción de etanol celulósico a partir de fuentes no alimentarias crecerá paulatinamente durante el periodo de proyección, aunque desde un nivel inicial bajo. A pesar de que los Estados Unidos mantiene su posición como el mayor productor de etanol del mundo (Cuadro 9.1), se prevé que su participación bajará de 46% a 41%. También se prevé que la producción de biodiésel se incrementará a 2.2% anual y en 2033 representará 25% de la producción mundial. Dicho crecimiento se verá impulsado por el mayor consumo de diésel renovable, impulsado, a su vez, por el aumento de los objetivos en los programas federales y estatales de combustibles renovables, en particular la norma de combustible bajo en carbono (LCFS) de California.
Cuadro 9.1. Clasificación de la producción de biocombustibles y principales materias primas
Copy link to Cuadro 9.1. Clasificación de la producción de biocombustibles y principales materias primas
|
Clasificación de la producción en 2021-2023 (participaciones de mercado) |
Principales materias primas utilizadas en el periodo base 2021-2023 |
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Etanol |
Biodiésel |
Etanol |
Biodiésel |
Estados Unidos |
#1 (46.9%) |
#2 (19.2%) |
Maíz |
Aceite de soya, aceites de cocina usados (UCO) |
Unión Europea |
#4 (4.9%) |
#1 (31.3%) |
Maíz/trigo/remolacha azucarera |
Aceite de colza/aceite de palma/ UCO |
Brasil |
#2 (24.9%) |
#4 (11.7%) |
Caña de azúcar/maíz/melaza |
Aceite de soya/UCO |
China |
#3 (8%) |
#5 (4.2%) |
Maíz/yuca |
UCO |
India |
#5 (4.8%) |
#15 (0.3%) |
Caña de azúcar/melaza/maíz/trigo/arroz |
UCO |
Canadá |
#6 (1.5%) |
#12 (0.7%) |
Maíz/trigo |
UCO/aceite de canola/aceite de soya |
Indonesia |
#18 (0.1%) |
#3 (18.9%) |
Melaza |
Aceite de palma |
Argentina |
#8 (1%) |
#6 (3.1%) |
Maíz/caña de azúcar/melaza |
Aceite de soya |
Tailandia |
#7 (1.2%) |
#7 (2.6%) |
Melaza/yuca/caña de azúcar |
Aceite de palma |
Colombia |
#15 (0.3%) |
#9 (1.3%) |
Caña de azúcar |
Aceite de palma |
Notas: Los números # se refieren a la posición que los países ocupan en la producción mundial; los porcentajes se refieren a la cuota de producción de los países en el periodo base.
En la publicación OCDE-FAO Perspectivas Agrícolas 2024-2033, el biodiésel incluye el diésel renovable (también conocido como aceite vegetal hidrotratado o HVO), aunque se trata de productos diferentes.
Fuente: OCDE/FAO (2024), “OCDE-FAO Perspectivas Agrícolas”, Estadísticas de la OCDE sobre Agricultura (base de datos), http://dx.doi.org/10.1787/agr-outl-data-en.
La Unión Europea
La Directiva de Energías Renovables (RED) representa el marco jurídico que rige el avance de la energía limpia en múltiples sectores, incluido el del transporte, dentro de la Unión Europea. Esta Directiva ha tenido dos actualizaciones importantes: la enmienda inicial llamada Directiva (UE) 2018/2001 (RED II) y, posteriormente, la Directiva (UE) 2023-2413 (RED III). En el marco de la RED se establecen objetivos concretos para la proporción de energía renovable en el consumo total de energía de cada Estado miembro de la Unión Europea, que actualmente apunta a 29% para 2030. Respecto de los biocombustibles, la RED originalmente incluía normativas para la mezcla de biocombustibles con combustibles convencionales, con el fin de reducir las emisiones de GEI y la dependencia de los combustibles fósiles. A partir de la RED II, se marcaron límites para utilizar materias primas basadas en cultivos alimentarios y para forraje, lo cual frena el aumento de materias primas agrícolas para usarse en el consumo de biocombustibles. Más aún, los biocombustibles han enfrentado criterios de sostenibilidad más estrictos, como respuesta a la preocupación por los efectos de su cambio indirecto del uso de la tierra (ILUC), y se han definido reglas claras para categorizar las materias primas de alto riesgo ILUC. Si bien el aceite de palma no se menciona de manera explícita y puede certificarse como un componente de bajo riesgo ILUC, se trata de la única materia prima que se incluye en la categoría de alto riesgo de conformidad con la regulación actual. Además, la RED III aumentó el objetivo para biocombustibles avanzados de 3.5% a 5.5% para 2030. Algunas de las medidas de apoyo para alcanzar dicho objetivo son las limitaciones a ciertas materias primas, como los cultivos alimentarios, y a la vez estimular el uso de biocombustibles avanzados derivados de desperdicios o residuos.
Se espera que la reducción prevista de la demanda de diésel y de gasolina, en coincidencia con las proyecciones de la publicación European Union Agricultural Outlook (Perspectivas agrícolas de la Unión Europea) para 2023-2033, frene considerablemente el crecimiento del consumo de etanol y de biodiésel. Según las proyecciones, habrá un ligero aumento de solo 0.4% anual en el consumo de etanol y una disminución insignificante en el de biodiésel. Se espera que la proporción de biodiésel en el suministro total de combustible diésel aumente de su nivel actual de 10%, a 12%; mientras se prevé que la proporción de etanol en el consumo de gasolina aumentará a 8%, por arriba del 6% actual. La producción de biodiésel se mantendrá estable; sin embargo, debido a la RED III, habrá un notorio cambio en la composición de materias primas. En concreto, se prevé que la proporción derivada del aceite de palma disminuirá del 17% actual a 7% para 2033, impulsada por las preocupaciones relativas a la sostenibilidad. Se prevé que la producción de biodiésel a partir de aceites de cocina usados aumentará 2.8% anual, aunque a un ritmo más lento en comparación con el decenio anterior, debido a restricciones en la disponibilidad de materias primas. Por consiguiente, se prevé que su participación en la producción mundial se reducirá de 29% a 23% durante el próximo decenio; los Estados Unidos superarán su posición de liderazgo como la principal región productora de biodiésel.
El Brasil
El Brasil tiene una gran flota de vehículos de combustible flexible que pueden operar con gasohol (mezcla de gasolina con etanol) o etanol puro hidratado. La tasa de mezcla del etanol en el gasohol varía entre 18% y 27%, según la relación de precios entre el azúcar (la principal materia prima) y el etanol nacionales. Desde 2015, el porcentaje requerido para el etanol estipulado por la ley es de 27%. En 2022, las exenciones fiscales para el combustible y la baja de los precios de la gasolina provocaron que los consumidores prefirieran comprar gasolina en vez de etanol hidratado, lo cual fomentó la inclusión del etanol anhidro. El objetivo de mezcla del biodiésel disminuyó de 15% a 10% desde 2021, pero en 2023 subió de nuevo a 15%; de acuerdo con las proyecciones actuales del Consejo Nacional de Política Energética del Brasil, es probable que esta política persista hasta 2033.
Se prevé que, a diferencia de los Estados Unidos y la Unión Europea, durante el próximo decenio, en el Brasil se incrementará el consumo total de gasolina y diésel, lo cual indica un posible aumento de la mezcla de biocombustibles con estos combustibles. Se espera que el Brasil mantenga su posición como el segundo mayor productor y consumidor mundial de etanol combustible durante el próximo decenio. Se prevé que, en el Brasil, tanto el consumo como la producción de etanol aumentarán 2.1% anual, de conformidad con el programa Política nacional de biocombustibles (RenovaBio). Iniciado en 2017, dicho programa es una herramienta fundamental para cumplir con los compromisos del Brasil en el marco del Acuerdo de París sobre el cambio climático. Si bien se prevé que la caña de azúcar seguirá siendo la principal materia prima para la producción de etanol, el uso del maíz se aceleró en años recientes, y en 2023, subió de menos de 0.5 Mml, a más de 4 Mml. Según las Perspectivas, el maíz seguirá ganando terreno en la mezcla de materias primas, y alcanzará casi 7 Mml para 2033.
Indonesia
La implementación de las normativas B35 y B40 (mezcla de biodiésel 35% y 40%, respectivamente) tiene como fin reducir la dependencia de Indonesia de combustibles fósiles importados, estabilizar el precio del aceite de palma, disminuir las emisiones de GEI, y sostener la economía nacional, ya que representa casi medio millón de puestos de trabajo en el país. En los últimos años, la producción de biodiésel aumentó de forma constante debido al programa nacional de biodiésel, que brinda apoyo a sus productores. El programa está financiado por el fondo del aceite de palma crudo (CPO), al que contribuye el impuesto sobre sus exportaciones. En 2023, los ingresos del fondo CPO provenientes de dichos impuestos sumaron cerca de USD 2 500 millones. El fondo CPO depende del precio de referencia establecido, el cual suele cambiar con el tiempo. En 2024, el precio de referencia se fijó en alrededor de USD 750 por tonelada. En las Perspectivas se supone que los precios al productor permanecerán en más de USD 1 000 por tonelada en términos nominales, muy por arriba de la referencia actual; esto permite reponer el fondo CPO, que continuará subsidiando la producción nacional de biodiésel. Al mismo tiempo, el nivel del subsidio depende en cierta medida del costo de los combustibles fósiles, de modo que el aumento de los precios del petróleo durante el periodo de proyección ayudará a reducir el subsidio por unidad de biodiésel.
Con base en estos supuestos, se prevé que la producción de biodiésel en Indonesia se incrementará alrededor de 18 Mml para 2033. Si bien en la actualidad la tasa de mezcla se mantiene ligeramente por arriba de 30%, en las Perspectivas se supone que en 2033 podría llegar a cerca de B35. Para llegar a B40, se requeriría aumentar el apoyo a los productores de biodiésel. Tal apoyo solo se consigue por medio de precios mundiales más altos del aceite vegetal y un aumento de las exportaciones.
La India
La India aceleró su producción de etanol con el fin de cumplir con el ambicioso objetivo de la E20 (mezcla de etanol 20%) para 2025 en vez de 2030. Sin embargo, las Perspectivas se prevén limitaciones en el suministro de materias primas para aumentar la producción de biocombustibles y alcanzar los niveles objetivo durante el periodo de proyección. Si bien en las Perspectivas se supone que la melaza y el jugo de caña de azúcar seguirán siendo las principales materias primas, otros cultivos como el arroz, el trigo y otros cereales secundarios ayudarán a acelerar la producción nacional, en particular la caña de azúcar para la cual, con el apoyo de préstamos blandos, los molinos de caña de azúcar invierten y desarrollan su capacidad de producir etanol a partir del jugo de caña de azúcar. Se estima que, en 2023, cerca de 35% del etanol se produjo con caña de azúcar, se prevé que dicha proporción permanecerá estable. Sin embargo, dada la aceleración de la demanda de gasolina, el objetivo de mezcla E20 no se alcanzará sino hasta 2032. Se espera que para 2033, la producción de etanol ascienda a casi 15 Mml. El suministro limitado de aceites vegetales, producto del cual la India es importador neto, en conjunto con los altos precios internacionales, seguirán representando las principales limitaciones para aumentar la producción de biodiésel de forma significativa.
China
Las políticas sobre biocombustibles de la República Popular China (en adelante, China) han sido volátiles en los últimos años, lo cual impidió un crecimiento significativo del consumo. Los biocombustibles no se mencionan de manera explícita en el compromiso del país de alcanzar un punto máximo en las emisiones de dióxido de carbono para 2030. En estas Perspectivas se supone que la tasa de mezcla del etanol, que en los últimos años fue de alrededor de 1.6%, se incrementará a 2.5% en 2033. Dicho aumento compensa la disminución prevista del uso total de gasolina, lo que sustenta un crecimiento del consumo de etanol de 1.1% anual durante el próximo decenio. De igual manera, se prevé que el consumo de biodiésel aumentará 2% anual. En las Perspectivas se supone que la mayor parte de la demanda de etanol será cubierta por materias primas nacionales.
El Canadá
La Norma Canadiense de Combustibles Limpios (CFS), proclamada ley en 2022, fomenta el uso de biocombustibles en el Canadá al aumentar los incentivos para el desarrollo y la adopción de combustibles, tecnologías y procesos limpios. El objetivo de la CFS es reducir, para 2030, 15% (por debajo de los niveles de 2016) en la intensidad de carbono de los combustibles para transporte. A partir de enero de 2023, se requiere un contenido renovable de 10% en la gasolina y de 15% en el diésel.
La Argentina
En la Argentina, la Ley sobre Biocombustibles de 2021 estableció una tasa de mezcla del biodiésel con diésel mínima de 5%, pero esta puede disminuir a 3% si los precios de las materias primas aumentan de forma tal que se considere que distorsionan los precios de los biocombustibles. En junio de 2022, el Gobierno promulgó una resolución para aumentar la normativa obligatoria de biodiésel de B5 a B7.5, pero permitió que de manera temporal aumentara hasta la B12.5, para poder enfrentar con éxito la escasez de diésel. En las Perspectivas se supone como objetivo de mezcla la B7.5. Con limitadas posibilidades de exportaciones adicionales, se prevé que la producción de biodiésel se elevará ligeramente durante los próximos 10 años.
El objetivo de la mezcla de etanol se ha mantenido en 12%, pese a la presión de los productores de bioetanol a aumentarla a 15%. En las Perspectivas se supone que la tasa permanecerá dentro de este objetivo y con el uso total de gasolina previsto para aumentar, se prevé que el uso del combustible de etanol aumentará 0.7% anual.
Tailandia
Pese a los objetivos establecidos en el Plan de Desarrollo de Energía Alternativa (AEDP) para la caña de azúcar (y, de manera indirecta, la melaza) y la yuca, se espera que la limitada disponibilidad nacional restrinja la producción de biocombustibles. Además, el estancamiento de la demanda de combustibles fósiles limitará la creciente demanda de etanol. Se espera que, en promedio, la mezcla sea alrededor de 11% durante el periodo de las Perspectivas y se prevé que la producción continuará estancada en cerca de 1.5 Mml durante el próximo decenio. Se espera que la demanda de biodiésel se vea sustentada por la mezcla obligatoria. Sin embargo, la oferta de aceite de palma y los altos precios del aceite vegetal restringirán tanto la oferta como la demanda internas a un aumento de 2.5 Mml para 2033.
Colombia
Se prevé que la demanda de etanol se incrementará durante el periodo de las Perspectivas, en consonancia con la recuperación de la demanda de gasolina. Se prevé que, a mediano plazo, la tasa de mezcla regresará a 10%. En estas Perspectivas se supone que la caña de azúcar continuará siendo la principal materia prima. Para 2033, el uso de biocombustibles representará alrededor de 30% de la producción de caña de azúcar, en comparación con 15% registrado en el periodo base; consolidando así al etanol como un elemento importante para el sostenimiento de la industria colombiana de caña de azúcar. La tasa de mezcla del biodiésel se ha ubicado por arriba de 10% y se espera que permanezca en este nivel durante el periodo de proyección.
Otros países
Otros productores de etanol de relativa importancia son el Paraguay, Filipinas y el Perú, cuya producción podría ascender para 2033 alrededor de 1 Mml, 0.6 Mml y 0.2 Mml, respectivamente. Se supone que la tasa de mezcla del Paraguay se recuperará y ascenderá a 30% en 2033. Malasia, Filipinas y el Perú son también grandes productores de biodiésel y para 2033 su producción podría alcanzar 1.4 Mml, 0.3 Mml y 0.3 Mml, respectivamente. Se prevé que la mezcla se mantendrá en cerca de 9% en Malasia, en tanto que en el Perú y Filipinas será de alrededor de 7% y 4%, respectivamente. En otros países asiáticos, en particular Singapur, la producción de biodiésel a partir de UCO, se incrementaría a cerca de 0.9 Mml en 2033. A diferencia de la mayoría de los países en los que los biocombustibles se utilizan internamente para reducir las emisiones de GEI y la dependencia nacional del petróleo importado, la mayor parte de la producción de biodiésel de Singapur se exporta.
9.3.2. Comercio
Se espera que el comercio mundial de biocombustibles se mantenga constante
Se prevé que para 2033 el comercio mundial de etanol se incrementará de 10.7 Mml a 12.4 Mml, mientras que la participación total de la producción se mantendrá alrededor de 8% a lo largo del periodo de proyección. Se espera que los Estados Unidos y el Brasil se mantengan como los principales exportadores de etanol basado en maíz y en caña de azúcar. Se espera que la cuota conjunta de exportaciones de ambos países se mantenga en alrededor de 75%, pero los Estados Unidos se beneficiará con parte de la cuota de exportación del Brasil.
A nivel mundial, el comercio de biodiésel representa 13% de la producción y se prevé que para 2033 disminuirá de 8.8 Mml a 8.4 Mml, con una reducción de 11% en su participación en la producción. Las exportaciones de biodiésel de Indonesia cayeron drásticamente en 2020 y han permanecido bajas desde entonces. Tomando en cuenta la alta demanda interna, en las Perspectivas no se espera que Indonesia regrese a los mercados internacionales con exportaciones importantes de biodiésel. Se prevé que los cinco principales exportadores de biodiésel, a saber, China, la Unión Europea, los Estados Unidos, la Argentina e Indonesia, aumentarán su participación de mercado, de 75% en el periodo base a 78% en 2033 (Figura 9.4).
9.3.3. Precios
Se espera que los precios en términos reales disminuyan
Después de alcanzar niveles históricamente altos en 2022, los precios nominales tanto del biodiésel como del etanol experimentaron una disminución en 2023, una tendencia que se espera que persista en 2024 y que se atribuye principalmente a los precios más bajos de las materias primas y del petróleo. Las proyecciones indican que posteriormente los precios nominales de los biocombustibles aumentarán gradualmente hasta 2033. Sin embargo, se prevé que, en términos reales, los precios del etanol y el biodiésel disminuirán durante el próximo decenio (Figura 9.5).
9.4. Riesgos e incertidumbres
Copy link to 9.4. Riesgos e incertidumbresLa evolución de las políticas públicas y los precios relativos son fundamentales
Del entorno de políticas públicas surgen dudas respecto de la disponibilidad de materias primas y los precios del petróleo. La incertidumbre en materia de políticas públicas se refiere a los cambios en los niveles de las normativas obligatorias, los mecanismos de aplicación, la inversión en materias primas para biocombustibles no tradicionales, las exenciones fiscales y los subsidios tanto para los biocombustibles como para los combustibles fósiles, así como a las políticas de promoción de la tecnología relativa a los vehículos eléctricos (VE) y el SAF.
Las fluctuaciones de los precios de los combustibles fósiles influyen directamente en la competitividad de los biocombustibles, a menudo vinculada con los subsidios otorgados al sector. La volatilidad de los mercados del petróleo tiende a trastornar la estructura del mercado de biocombustibles y a, posiblemente, dejar efectos duraderos. Además, el suministro de materias primas provoca incertidumbre, ya que, por lo común, en aras de salvaguardar la disponibilidad y la seguridad alimentarias, los países optaban por destinar a la producción de biocombustibles los productos básicos de los cuales tenían excedentes. Si bien se prevé que, en las economías emergentes, las normativas obligatorias de mezcla serán las que rijan la producción de biocombustibles, los recientes aumentos de precio en los mercados de los cereales y el aceite vegetal reavivaron los debates en torno a la disyuntiva de utilizar dichos productos para producir combustibles y no alimentos. Explorar el tema de los biocombustibles avanzados presenta oportunidades para no utilizar los cultivos convencionales, sino más bien, materias primas celulósicas, como los residuos agrícolas y los cultivos energéticos, que tienen el potencial de expandir la producción sin poner en riesgo el abastecimiento de alimentos. Otras alternativas sostenibles son las materias primas basadas en residuos como los desechos sólidos municipales y el aceite de cocina usado, lo cual aporta beneficios adicionales en cuestión de gestión de los desechos.
Las existencias de VE a nivel mundial ha aumentado con constancia desde mediados de la década de 2000; más de 20 países se comprometieron a eliminar gradualmente la venta de vehículos de combustión interna (ICE); además, ocho países, más la Unión Europea, se comprometieron a producir vehículos con cero emisiones netas dentro de los próximos 10 a 30 años. Los gobiernos de todo el mundo han establecido objetivos de uso de VE, incentivos de compra y programas de apoyo, todo ello con el fin de impulsar la adopción de VE y la investigación al respecto. Sin embargo, en los Estados Unidos, las ventas de VE se han reducido, en comparación con la reacción inicial del mercado, posiblemente debido al avance, más lento de lo esperado, del desarrollo de los mercados nacionales. Más aún, los debates recientes entre diferentes países acerca de la manera de proteger a los mercados nacionales de los VE importados, para salvaguardar a su industria interna, podrían aumentar la incertidumbre respecto de la adopción de VE. Si bien en las Perspectivas no se modelan de manera explícita el consumo y la producción de SAF, cualquier aumento importante en su uso a largo plazo podría afectar mucho el uso de materias primas avanzadas, supeditado a los avances tecnológicos y a políticas de ambicioso alcance. Los biocombustibles también desempeñan una función importante en la descarbonización de la industria marítima. Los avances tecnológicos y los cambios regulatorios en el sector del transporte podrían tener un impacto significativo en las proyecciones de mercado de los biocombustibles. Se espera que los países apliquen políticas que promuevan el empleo de nuevas tecnologías para reducir las emisiones de GEI, lo cual crea incertidumbre en torno a los mercados agrícolas e influirá en la demanda futura de biocombustibles. La respuesta del sector privado a dichas medidas, en especial de las industrias que invierten en VE y SAF, determinará las tendencias de uso de los biocombustibles durante el próximo decenio y más adelante.
Nota
Copy link to Nota← 1. En estas Perspectivas el uso mundial de combustible para transporte se basa en el informe World Energy Outlook 2023 (Perspectivas de la energía mundial) de la Agencia Internacional de la Energía (AIE).