En este capítulo se describen la evolución del mercado y las proyecciones a mediano plazo de los mercados mundiales de semillas oleaginosas para el periodo comprendido entre 2024 y 2033. Las proyecciones abarcan el consumo, la producción, el comercio y los precios de la soya, otras semillas oleaginosas, la harina proteica y el aceite vegetal. El capítulo concluye con un análisis de los principales riesgos e incertidumbres que podrían afectar a los mercados mundiales de semillas oleaginosas durante los próximos 10 años.
OCDE-FAO Perspectivas Agrícolas 2024-2033
4. Semillas oleaginosas y sus productos
Copy link to 4. Semillas oleaginosas y sus productosResumen
4.1. Aspectos relevantes de la proyección
Copy link to 4.1. Aspectos relevantes de la proyecciónLa proporción de semillas oleaginosas y sus productos consumidos directamente como alimento se mantendrá en 24%
Cerca de una cuarta parte del peso de la producción de semillas oleaginosas y otros cultivos oleaginosos (por ejemplo, aceite de palma) se utiliza para consumo humano directo como alimento. La mayor parte se utiliza para la alimentación animal, que incluye harina proteica y una pequeña cantidad de alimentación directa de semillas oleaginosas (Figura 4.1). Los usos industriales para biodiésel y para barniz equivalen a más de una décima parte del uso total de semillas oleaginosas y otros cultivos oleaginosos. Hay pérdidas y desperdicio en todas las etapas, desde el campo hasta el consumo final. En el caso del aceite de palma, la cosecha y la extracción son fundamentales para obtener aceites alimentarios de calidad, y la sincronización y la logística determinan el nivel de pérdida. En el otro extremo de la cadena alimentaria, el desperdicio de aceite vegetal involucra un factor particular, pues suele utilizársele en la preparación de harinas (por ejemplo, para freír) y una buena parte de las calorías que contiene no se consumen como alimento.
Se prevé que el uso alimentario de aceite vegetal representará 55% del consumo total en 2033, impulsado por el crecimiento demográfico y por el aumento del uso per cápita de aceite vegetal en los países de ingresos bajos y medios. El agregado de aceite vegetal en estas Perspectivas incluye el obtenido de la trituración de semillas oleaginosas (cerca de 55% de la producción mundial de aceite vegetal) y el aceite de palma (36%), así como de aceites de almendra de palma, de coco y de semilla de algodón. El uso alimentario del aceite vegetal también incluye su uso para freír, caso en el cual un gran porcentaje se convierte en aceite de desecho y a menudo se utiliza como materia prima para biodiésel. Se prevé que el uso directo del aceite vegetal para biodiésel, que ahora equivale a cerca de 16% del uso mundial de aceite vegetal, crecerá a nivel mundial, en especial en Indonesia, el Brasil y los Estados Unidos, en forma de aceite vegetal hidrotratado.
El uso de la harina proteica se destina casi exclusivamente como forraje para el ganado y se verá limitado por un crecimiento más lento de la producción ganadera mundial, en especial en los países de ingresos altos. La harina de soya representa alrededor de tres cuartas partes del sector mundial de harina proteica. Se espera que el crecimiento de la demanda en la República Popular China (en adelante, China) se desacelere considerablemente, impulsado por la mejora de la eficiencia del forraje combinada con las medidas encaminadas a reducir la participación de la harina proteica en las raciones de forraje para el ganado. En la Unión Europea, el segundo mayor usuario de harina proteica, se espera que el consumo disminuya a medida que el crecimiento de la producción animal se desacelere y se usen cada vez más otras fuentes de proteínas en el forraje. En cambio, en el Sudeste asiático, se prevé que el aumento de la producción animal incrementará la demanda de importaciones de harina proteica.
Como resultado de la desaceleración en la expansión de la superficie de palma aceitera madura y solamente una ligera recuperación en los rendimientos, se prevé un crecimiento limitado de la producción de aceite de palma en Indonesia y Malasia. Todavía se prevé que Indonesia y Malasia representarán 82% de la producción mundial de aceite de palma, aunque se espera que la producción de otros países tropicales se expanda con mayor fuerza.
Se espera que el crecimiento de las exportaciones mundiales de soya, alrededor de 42% de la producción mundial y con el predominio del continente americano, se desacelere considerablemente durante el próximo decenio, por el menor crecimiento previsto en la demanda de importaciones de China. Indonesia y Malasia seguirán dominando el comercio de aceite vegetal y, en conjunto, representarán cerca de 55% de las exportaciones mundiales de dicho producto. Se prevé que la India, uno de sus mayores consumidores mundiales, mantendrá el gran crecimiento de sus importaciones para cubrir la creciente demanda interna.
Se espera que el ajuste actual a la baja de los precios en el sector de las semillas oleaginosas continúe durante los primeros años del periodo de las Perspectivas. Posteriormente, se espera que los precios aumenten ligeramente en términos nominales y bajen en términos reales, de acuerdo con la tendencia a largo plazo de los precios de los productos básicos agrícolas.
La demanda futura de harina proteica en China depende del equilibrio entre la intensidad y la eficiencia de forraje, en particular con la reestructuración del sector de carne de cerdo. El alcance para aumentar la producción de aceite de palma en Indonesia y Malasia dependerá cada vez más de las actividades de replantación de palma aceitera y las correspondientes mejoras en el rendimiento (más que la expansión de la superficie); esto crea nuevos retos, ya que los rendimientos del aceite de palma se han estancado durante varios años. Las preocupaciones por la sostenibilidad (por ejemplo, la deforestación y el uso de certificados de sostenibilidad para el aceite vegetal) y las preocupaciones por el alto contenido de grasas saturadas del aceite de palma, también influyen en la aceptación y la demanda de aceite de palma por parte de los consumidores. El uso del aceite vegetal como materia prima para biodiésel se ve determinado sobre todo por las políticas sobre biocombustibles, que incluyen los coeficientes obligatorios de mezcla de cada país. En particular, el uso por parte de algunos países de combustible sostenible de aviación (SAF) tiene potencial y podría impulsar un fuerte crecimiento de la demanda de aceite vegetal.
4.2. Tendencias actuales del mercado
Copy link to 4.2. Tendencias actuales del mercadoLos precios nominales bajaron de sus niveles sin precedentes y fluctuaron en un estrecho margen
Los precios internacionales de las semillas oleaginosas han fluctuado en un estrecho margen desde finales de 2023, lo cual refleja sobre todo las perspectivas de una oferta mundial suficiente de soya, semilla de colza y semilla de girasol en la campaña 2023/24. Mientras tanto, los precios mundiales del aceite vegetal se estabilizaron, después de bajar drásticamente de sus altos niveles sin precedentes, y continuaron en niveles bajos durante varios meses a mediados de 2023; la razón es que el crecimiento —por debajo de su potencial— de la producción de aceite de palma, coincidió con una debilitada demanda mundial. En el caso de las harinas oleaginosas, las cotizaciones internacionales de la harina de soya bajaron en los meses recién pasados, apoyadas principalmente por las perspectivas favorables de la producción en la Argentina.
Se prevé que la producción mundial de soya en la campaña 2023/24 aumentará cerca de 5% respecto de la temporada anterior, debido principalmente al incremento previsto de la producción de América del Sur. Si se considera que el clima desfavorable en algunas de las principales regiones productoras de soya del Brasil pone en peligro sus perspectivas de producción, se espera que las condiciones en gran medida favorables que privan en la Argentina faciliten una importante recuperación de la producción en ese país. Se espera que la producción de aceite de palma aumente ligeramente en 2024. Pese a las condiciones climáticas usualmente favorables en todo el Sudeste asiático, el crecimiento de la producción podría resultar limitado por los menores rendimientos alcanzados tanto en Indonesia como en Malasia.
Muchas incertidumbres pueden afectar el mercado en los meses por venir, como condiciones climáticas adversas, cambios en las políticas y evolución de los conflictos en curso.
4.3. Proyecciones de mercado
Copy link to 4.3. Proyecciones de mercado4.3.1. Consumo de harina proteica
La demanda de forraje se desacelera y está condicionada por la evolución en China
Solo una pequeña proporción de los suministros de semillas oleaginosas se consumen de manera directa. Por lo general, estas semillas se trituran para obtener aceite vegetal y harina proteica. El contenido de soya de la harina proteica constituye alrededor de 80%, y de 50% a 60% en el caso de otras semillas oleaginosas. Se prevé que el consumo de harina proteica que se utiliza casi exclusivamente como forraje seguiría creciendo a una tasa de 0.9% anual, muy por debajo del registrado durante el decenio anterior (2.4% anual).
El vínculo entre el uso de harina proteica como forraje y la producción animal se relaciona con la intensificación de la producción animal, que aumenta la demanda de dicha harina. Aumentar la eficiencia del forraje reduce el forraje proteico por animal. La demanda también se ve afectada por la composición de la cría de ganado y los tamaños de los rebaños. El vínculo entre la producción animal y el consumo de harina proteica se relaciona con el nivel de desarrollo económico de un país (Figura 4.2). Los países de ingresos bajos, que dependen de la producción doméstica, consumen menos harina proteica, en tanto que las economías con ingresos más altos, que utilizan sistemas de producción intensivos, la utilizan en mayor cantidad. Debido al cambio a sistemas de producción más intensivos en forraje que tiene lugar en los países en desarrollo como respuesta a la rápida urbanización y a la creciente demanda de productos de origen animal, el crecimiento del consumo de harina proteica tiende a superar al de la producción animal.
China representa más de una cuarta parte de la demanda mundial de harina proteica y, por consiguiente, configura la demanda mundial. Se espera que el crecimiento de la demanda de forraje compuesto en China sea más lento que en el decenio anterior, debido a la reducción de las tasas de crecimiento de la producción animal, en especial de la carne de cerdo, y la gran proporción existente de producción basada en forraje compuesto. Se espera que el contenido de harina proteica en el forraje compuesto de China permanezca estable después de su gran incremento durante el último decenio, pero que supere los niveles actuales registrados en los Estados Unidos y la Unión Europea.
En la Unión Europea y los Estados Unidos, se espera que el consumo de harina proteica crezca a un ritmo más lento (o baje con mayor rapidez) que la producción animal, debido a la mejora en la eficiencia del forraje. Además, en la Unión Europea los productos de origen animal, principalmente los productos avícolas y lácteos, producidos sin usar forrajes provenientes de cultivos modificados genéticamente, se comercializan en las grandes cadenas minoristas lo que también frena la demanda de harina de soya.
4.3.2. Consumo de aceite vegetal
La demanda per cápita de aceite vegetal para uso alimentario se desacelera
Los dos usos dominantes del aceite vegetal son para alimentación y preparación de alimentos (55%), y como materia prima para biodiésel (18%). Una considerable proporción del uso alimentario es para freír, más que para consumir directamente; de esta forma, una cantidad determinada de aceite de cocina usado puede emplearse como materia prima para la producción de biodiésel. El aceite vegetal también se utiliza en la producción de cosméticos, barnices y, cada vez más, para forraje, en particular en la acuicultura.
Se prevé que el consumo per cápita de aceite vegetal para alimentación disminuirá ligeramente (-0.2%) debido a la disminución de la demanda alimentaria en los países de ingresos altos, mientras que se observó un aumento de 0.8% anual durante el periodo 2014-2023. En los mercados emergentes como China (27 kg/cápita) y el del Brasil (28 kg/cápita), el consumo de aceite vegetal para alimentación alcanzará niveles comparables con los que prevalecen en economías más ricas (Figura 4.3).
Se prevé que la India, el segundo mayor consumidor del mundo y el principal importador de aceite vegetal, mantendrá un crecimiento del consumo per cápita de 1.0% anual, para llegar a 11 kg/cápita en 2033. Este considerable incremento provendrá tanto del aumento de su producción interna, de la trituración de una mayor producción nacional de semillas oleaginosas y de las importaciones de aceite de palma de Indonesia y Malasia. Sin embargo, el Gobierno de la India ha puesto en marcha numerosos programas dirigidos a incrementar la producción local y depender menos de las importaciones de aceite vegetal.
Se espera que, a medida que la urbanización aumente en los países de ingresos bajos, los hábitos alimentarios y los modelos tradicionales de alimentación cambien hacia alimentos procesados con un alto contenido de aceite vegetal. En el caso de los países menos adelantados (PMA), se prevé que la demanda per cápita de aceite vegetal permanecerá estable, en 6.5kg/cápita.
Se prevé que el consumo mundial de aceite vegetal como materia prima para biodiésel (cerca de 18% de su uso mundial) aumentará más lentamente durante los próximos 10 años a 1.3% anual, en comparación con el aumento de 6.8% anual registrado durante el decenio pasado, cuando entraron en vigor las políticas de apoyo a los biocombustibles. El uso del aceite vegetal como materia prima para biodiésel depende del entorno de políticas públicas (Capítulo 9) y de la evolución de los precios relativos del aceite vegetal y el petróleo crudo (véase más adelante). En general, se espera que los objetivos nacionales de consumo obligatorio de biodiésel aumenten menos que en los años anteriores. En Indonesia, se prevé que para 2033, el crecimiento en el uso de aceite vegetal para producir biodiésel se mantendrá fuerte y alcanzará 14.5 Mt debido a las políticas nacionales de apoyo. En los Estados Unidos, el aceite vegetal hidrotratado (HVO) o diésel renovable se considera un biocombustible avanzado y se espera que impulse el gran crecimiento en la producción de biodiésel. Además, los aceites usados, el sebo y otras materias primas no alimentarias y no forrajeras, están aumentando su participación en la producción de biodiésel, sobre todo en la Unión Europea y China, debido en gran parte a políticas específicas.
4.3.3. Trituración de semillas oleaginosas y producción de aceite vegetal y harina proteica
Desaceleración de la trituración de semillas oleaginosas y crecimiento limitado de la producción de aceite de palma
A nivel mundial, la trituración de soya y de otras semillas oleaginosas para producir harina (torta) y aceite representa cerca de 90% del uso total. La demanda para trituración crecerá más rápidamente que aquella para otros usos, sobre todo el consumo directo de alimentos de soya (incluso sustitutos de carne y de lácteos), maní y semilla de girasol, así como el uso directo de soya para forraje. Los lugares donde se realiza la trituración dependen de los costos del transporte, las políticas comerciales (por ejemplo, diferentes aranceles para las semillas oleaginosas y sus productos), la aceptación de cultivos modificados genéticamente, los costos de procesamiento (por ejemplo, mano de obra y energía), y la infraestructura (por ejemplo, las instalaciones de trituración, puertos y carreteras).
Se prevé que la trituración de soya aumentará 49 Mt durante el periodo de las Perspectivas, cifra mucho menor que los 65 Mt del decenio pasado. Se prevé que la trituración de soya en China se incrementará 16 Mt, lo que representa cerca de 33% de la trituración adicional mundial, la mayor parte de la cual utilizará soya importada. El crecimiento previsto en China, aunque grande, se verá considerablemente menor que el del decenio pasado. Se espera que, durante el periodo de las Perspectivas, la trituración mundial de otras semillas oleaginosas crezca de acuerdo con la producción, y que tenga lugar con mayor frecuencia en el país productor.
En la producción mundial de harinas proteicas a partir de la trituración de semillas oleaginosas predomina la de soya, la cual representa más de dos tercios de dicha producción. La producción se concentra en un pequeño grupo de países (Figura 4.4). En China y la Unión Europea, la mayor parte de la producción de harina proteica proviene de la trituración de semillas oleaginosas importadas, sobre todo de soya del Brasil y los Estados Unidos. En los demás países productores importantes —la Argentina, el Brasil, la India y los Estados Unidos— predominan la soya y otras semillas oleaginosas de producción nacional.
La producción mundial de aceite vegetal abarca, además la trituración de semillas oleaginosas, los aceites de palma, de almendra de palma, de coco y de semilla de algodón. Los aceites de palma y de almendra de palma son productos conjuntos y este último se tritura para obtener harina de aceite de almendra de palma. El aceite de coco se produce principalmente en las Filipinas, Indonesia y las islas de Oceanía. Los aceites de almendra de palma y de coco tienen usos industriales importantes. El de semilla de algodón es un subproducto del desmotado de algodón (Capítulo 10). Durante el decenio pasado, la producción mundial de aceite de palma superó a la de otros aceites vegetales. Sin embargo, se espera que el crecimiento de la producción de aceite de palma se debilite debido a la creciente preocupación por la sostenibilidad y al envejecimiento de las palmeras aceiteras en Indonesia y Malasia, países que representan casi un tercio de la producción mundial de aceite vegetal y más de 80% de la producción de aceite de palma.
A nivel mundial, se prevé que los suministros de aceite de palma crecerán a una tasa anual de 0.7%. Se espera que las políticas ambientales cada vez más rigurosas impuestas por los principales importadores de aceite de palma, así como las normas agrícolas sostenibles (es decir, en consonancia con la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible), desaceleren la expansión de la superficie de palma aceitera en Indonesia y Malasia. Esto implica que el crecimiento de la producción provendrá de mejoras en la productividad, incluida una aceleración de la replantación. Se espera que la producción de aceite de palma en otros países aumente con mayor rapidez a partir de una base baja, sobre todo en el caso de los mercados nacionales y regionales. Por ejemplo, se prevé que, para 2033, Tailandia producirá 3.4 Mt, Colombia 2.0 Mt y Nigeria 1.7 Mt. En varios países de América Central, se desarrollan nichos de producción de aceite de palma avalados desde el principio con certificados de sostenibilidad mundial vigentes, lo cual posiciona a la región para alcanzar eventualmente mercados de exportación de mayor tamaño.
4.3.4. Producción de semillas oleaginosas
Prevalecen retos para el crecimiento de los rendimientos de aceite de palma y de semilla de colza
Se prevé que la producción de soya crecerá 0.8% anual, en comparación con 2.0% anual del último decenio. El crecimiento se verá dominado por los incrementos en los rendimientos, que representan cerca de 80% del crecimiento de la producción. La soya se beneficia de su rápido crecimiento, el cual permite el cultivo doble, en especial en América Latina. Por consiguiente, una proporción considerable del aumento de la superficie cosechada adicional será producto del cultivo doble de soya con maíz en el Brasil y con trigo en la Argentina.
En años recientes, el Brasil ha sido el mayor productor de soya y se espera que su producción crezca 0.7% anual durante el próximo decenio, un poco más fuerte que en los Estados Unidos, el segundo mayor productor, con crecimiento de 0.5% anual, debido al cultivo doble de soya con maíz. Se prevé que la producción de soya crecerá con fuerza en otras partes de América Latina y que para 2033, la Argentina y el Paraguay producirán 49 Mt y 11 Mt, respectivamente. En China, se espera que la producción de soya siga en aumento en respuesta al menor apoyo de las políticas públicas para el cultivo de cereales, pero a un ritmo más lento que en el decenio pasado. También se espera que la producción de soya aumente en la India, la Federación de Rusia (en adelante, Rusia), Ucrania y el Canadá.
La producción de otras semillas oleaginosas (colza, girasol y maní) también crecerá a un ritmo más lento, 0.8% anual, en comparación con 2.9% anual de los 10 años anteriores (2014-2023). China (gran productor de semilla de colza y maní) y la Unión Europea (productor sobre todo de semilla de colza y de girasol) son los productores más importantes de otras semillas oleaginosas, con una producción anual prevista de 41 Mt y 30 Mt, respectivamente, para 2033. Sin embargo, se prevé un crecimiento limitado de la producción en ambas regiones (0.8% anual para China y 0.2% anual para la Unión Europea), ya que se espera que los precios relativamente más altos de los cereales generen una fuerte competencia por la limitada tierra arable. Se espera que Ucrania y Rusia, importantes productores de semilla de colza y principales productores de semilla de girasol, aumenten su producción de otras semillas oleaginosas a más de 20 Mt por año para 2033. Se prevé que el Canadá, el mayor exportador de semilla de colza, incrementará su producción de otras semillas oleaginosas 1.1% anual, para llegar a 21 Mt para 2033.
Los rendimientos de los principales productores de aceite de palma y de algunos de los principales proveedores de semilla de colza bajaron o bien crecieron con lentitud durante el decenio pasado (Figura 4.5). Muchas son las razones de lo sucedido: 1) un fuerte aumento de la superficie de producción, por lo que la tierra menos favorable se utilizó para dicha producción, lo cual redujo los rendimientos promedio; 2) el envejecimiento de las palmas aceiteras, así como la escasez de mano de obra, redujeron los rendimientos; 3) las restricciones en el uso de pesticidas afectaron negativamente los rendimientos promedio de la semilla de colza en la Unión Europea, y 4) los cambios en los patrones meteorológicos. Se ve incierto aún qué condiciones imperarán durante el próximo decenio, pero la menor expansión de la superficie podría impulsar la recuperación de los rendimientos durante el periodo de las Perspectivas. De no ser así, será un desafío satisfacer la demanda cada vez mayor, especialmente de aceite vegetal.
Se prevé que para 2033, las reservas de soya tendrán un coeficiente reservas-utilización de casi 13%, que sigue siendo bajo en comparación con el de los dos últimos decenios, de modo que las malas cosechas podrían provocar rápidamente escasez en los mercados.
4.3.5. Comercio
El comercio de semillas oleaginosas y sus productos es significativo, pero se está ralentizando
Más de 40% de la producción mundial de soya se comercializa a nivel internacional, lo que representa una participación alta en comparación con otros productos básicos agrícolas. La expansión del comercio mundial de soya está directamente vinculada con el menor crecimiento previsto de su trituración en China y sus importaciones, las cuales se prevé que crecerán 0.8% anual hasta llegar a cerca de 110 Mt para 2033 (por debajo del 2.8% anual en 2014-2023), es decir, cerca de 61% de las importaciones mundiales de soya. Las exportaciones de soya provienen principalmente del Brasil y los Estados Unidos. El Brasil es el mayor exportador mundial de soya, con un crecimiento estable de su capacidad exportadora, y se prevé que representará 56% del total de exportaciones mundiales de soya para 2032.
En lo referente a otras semillas oleaginosas, su participación en la producción mundial comercializada a nivel internacional sigue siendo mucho menor, con cerca de 13% de dicha producción, dado que los dos mayores productores, China y la Unión Europea, son importadores netos. Los principales exportadores son el Canadá, Australia y Ucrania, que, según se prevé, para 2033 representarán 71% de las exportaciones mundiales. En el Canadá y en especial en Australia, se exporta más de la mitad de la producción de otras semillas oleaginosas (principalmente, la de colza). Además, las semillas oleaginosas se trituran en los países productores y se exportan como aceite vegetal o harina proteica, productos de gran importancia para la Argentina, Ucrania y Rusia.
Las exportaciones de aceite vegetal, que representan 35% de la producción mundial, continúan dominadas por unos cuantos actores, en concreto Indonesia y Malasia. Se espera que durante el periodo de las Perspectivas, ambos países sigan representando casi 55% del total de las exportaciones totales de aceite vegetal (Figura 4.6). Sin embargo, se prevé que la participación de las exportaciones en la producción se contraerá ligeramente en estos países a medida que crezca la demanda interna de los usos para alimentación, productos oleoquímicos y, en particular, para el biodiésel. Se prevé que el fuerte crecimiento de las importaciones de la India, de 1.0% anual, continuará hasta llegar a 18 Mt en 2033, con el fin de satisfacer la creciente demanda impulsada por el crecimiento demográfico, la urbanización y el aumento del ingreso disponible. A la vez, el Gobierno de la India está llevando a cabo varios proyectos para reducir la dependencia de las importaciones. Dichos programas tienen como objetivo adoptar técnicas y servicios agrícolas para fortalecer y apoyar más la producción local.
El crecimiento previsto del comercio mundial de harina proteica durante el periodo de las Perspectivas es de 0.8% anual, y se espera que la Argentina, con su clara orientación exportadora, siga siendo por amplio margen el mayor exportador, dada su clara orientación exportadora. El principal importador es la Unión Europea, pero se espera que sus importaciones sigan reduciéndose como resultado de la disminución de la demanda interna de harina proteica. Se prevé que más de 90% del crecimiento de las importaciones mundiales de harina proteica tendrá lugar en Asia, en particular en el Sudeste asiático por su creciente producción animal. Dado que no se espera que la capacidad de trituración nacional de los países asiáticos avance a la par que la demanda de harina proteica, se espera que la expansión del sector ganadero requiera forraje importado.
4.3.6. Precios
Los precios reales seguirán presionados durante el próximo decenio
Se espera que los precios de las semillas oleaginosas y sus productos aumenten ligeramente en términos nominales, y a la vez bajen en términos reales, siguiendo la tendencia a largo plazo de los precios de los productos básicos agrícolas (Figura 4.7). Debido a que se espera una demanda más fuerte de aceite vegetal que de harina proteica, se prevé que los precios del aceite vegetal se elevarán en comparación con los de la harina proteica. Esto también favorecerá a los precios de otras semillas oleaginosas por encima de la soya, ya que contienen una mayor proporción de aceite vegetal.
4.4. Riesgos e incertidumbres
Copy link to 4.4. Riesgos e incertidumbresLa preocupación por el medio ambiente influirá en las cadenas mundiales de suministro de semillas oleaginosas
Integrar el análisis de la sostenibilidad ambiental en las regulaciones del comercio podría influir en el comercio mundial de semillas oleaginosas y sus productos. Por un lado, la participación comercial de la soya y los aceites vegetales, de cerca de 40% de la producción, es mucho mayor que la de la mayoría de los demás productos básicos agrícolas. Por otro lado, al analizar el vínculo entre la agricultura y la deforestación, suele mencionarse al aceite de palma y a la soya. Ambos productos están incluidos en la norma sobre deforestación 2023 de la Unión Europea (Reglamento (UE) 2023/1115) como productos de importancia, junto con el ganado, el cacao, el café, el caucho y la madera. Aún es incierto el impacto sobre el comercio mundial de la soya el aceite de palma, pero podría afectar a los mercados mundiales de semillas oleaginosas y sus productos. En los países productores se han implantado varias medidas para abordar estos problemas de deforestación, incluida la certificación de producción libre de deforestación, los cuales son cada vez más importantes para el comercio.
El margen para aumentar la producción de aceite de palma en Indonesia y en especial en Malasia, dependerá cada vez más de las actividades de replantación y de las mejoras de los rendimientos, más que de una nueva expansión de la superficie. En años recientes, el crecimiento de la producción ha sido lento a causa de la baja rentabilidad del sector y el incremento de los costos de la mano de obra en Malasia. En Indonesia se observaron ciertos avances en la replantación por parte de las principales empresas productoras de aceite de palma. Además de esta desaceleración de los rendimientos, la preocupación por la sostenibilidad también influirá en la expansión de la producción de aceite de palma, dado que la demanda de los países desarrollados favorece a los aceites libres de procesos de deforestación y exige la certificación de sostenibilidad del aceite vegetal usado como materia prima para biodiésel y, cada vez más, de los aceites vegetales que entran en la cadena alimentaria. Sin embargo, la competencia entre los esquemas de certificación en Malasia e Indonesia suscita preocupación.
Otras inquietudes de los consumidores respecto de la soya se derivan de la elevada proporción de su producción que se obtiene de semillas modificadas genéticamente. En la Unión Europea, en particular, los esquemas de certificación de minoristas de productos de origen animal basados en forraje libre de productos modificados genéticamente, cobran fuerza y pueden reorientar la demanda de forraje hacia otras fuentes de proteína no basadas en harina de soya. Dicho cambio puede reducir aún más la demanda de harina proteica, ya que en el periodo comprendido entre 2021-2023 la Unión Europea representó 13% de la demanda mundial.
Las políticas públicas sobre biocombustibles de los Estados Unidos, la Unión Europea e Indonesia, los tres mayores usuarios de biodiésel, siguen siendo una gran fuente de incertidumbre en el sector del aceite vegetal, pues cerca de 16% de la oferta mundial de este se destina a la producción de biodiésel. En Indonesia, alcanzar el objetivo propuesto de biodiésel de 30% es dudoso, dada la necesidad de subsidios gubernamentales y las posibles limitaciones de suministro a mediano plazo. En los Estados Unidos, el diésel renovable o HVO recibe apoyo considerable en algunos estados que muestran tasas fuertes de crecimiento de la producción. En particular, la Norma de combustibles bajos en carbono de California favorece la expansión del diésel renovable, por encima de otros tipos de biocombustible. En la Unión Europea, las reformas en materia de políticas públicas, la reducción del uso mundial de diésel y el surgimiento de tecnologías de biocombustibles de segunda generación podrían provocar cambios dirigidos al abandono de materias primas de origen vegetal, en particular el aceite vegetal. A nivel mundial, se espera que los SAF representen un uso sustancial de los bicombustibles, pero la sincronización de su adopción aún se ve muy incierta. La evolución de los precios del petróleo crudo, que afecta a la competitividad y a la rentabilidad de la producción de biodiésel, se considera aún una fuente importante de incertidumbre.
Por otra parte, el desarrollo de la producción animal en China se mantiene como la principal fuerza impulsora de la demanda mundial de harina proteica y de la comercialización de la soya. En general, la evolución de la demanda de carne se ve determinada por la disminución de la población y por el lento, aunque aún considerable, crecimiento económico. La recuperación de la industria de la carne de cerdo de la PPA, en combinación con su reestructuración, influirá directamente la demanda de harina proteica. Las harinas proteicas compiten en parte con otros componentes del forraje en la producción de forrajes compuestos, de modo que los cambios en los precios de los cereales inducirán ajustes en el equilibrio entre los ingredientes del forraje compuesto y, por consiguiente, la demanda de harina proteica.