El crecimiento económico es importante, es tan solo una faceta del desarrollo. Los responsables de la política pública deben conciliar los objetivos económicos, sociales y ambientales para garantizar que la senda del desarrollo de su país sea sostenible y que conduzca a mejoras duraderas en el bienestar de los ciudadanos.
Caminos de Desarrollo es una serie que analiza el desarrollo desde la perspectiva de los múltiples objetivos que éste implica, más allá de un enfoque exclusivo hacia el crecimiento. Ésta reconoce el bienestar como un componente del desarrollo y ayuda a los gobiernos a identificar las principales limitaciones para un desarrollo más equitativo y sostenible, a través de la elaboración de un estudio multidimensional de país (EMDP). Para cumplir con su ambición de desarrollo, los gobiernos deben comprender las limitaciones que enfrentan, así como desarrollar estrategias integrales y bien secuenciadas que tengan en cuenta las complementariedades y los equilibrios entre las políticas. La metodología EMDP combina el análisis económico cuantitativo, con enfoques cualitativos como los talleres de perspectivas a futuro y talleres participativos con actores de los sectores público y privado, la sociedad civil y la academia.
Los EMDP se llevan a cabo en tres fases: evaluación inicial, análisis detallado y recomendaciones, y del análisis a la acción. Este enfoque permite una interacción progresiva y profunda entre la OCDE y el país, así como un proceso de aprendizaje mutuo sobre los desafíos y oportunidades específicos del país. Permite la elaboración conjunta de soluciones de políticas públicas que responden cabalmente a los desafíos y oportunidades de desarrollo de cada país, y que se acompañan de lineamientos para su implementación. El Grupo de Aprendizaje Mutuo (Mutual Learning Group) de los EMDP reúne a los responsables de política pública especializados en estrategias de desarrollo de otros países que llevan a cabo estudios EMDPs, así como de miembros del Centro de Desarrollo de la OCDE, con el objetivo de apoyar el intercambio de experiencias sobre los desafíos en común.
Este es el primer estudio de esta naturaleza que se implementa en El Salvador. El Salvador es miembro del Centro de Desarrollo de la OCDE desde febrero de 2019 y este estudio es un paso importante para profundizar su relación con la OCDE. El estudio también presenta opciones para colaborar en áreas prioritarias para el país. El informe procura apoyar a El Salvador en un momento en el que se sobrepone al impacto de la pandemia de COVID-19 y busca transformar profundamente du modelo de desarrollo. El informe propone opciones de política pública concretas para enfrentar algunos de los desafíos estructurales más importantes del país.
El informe está estructurado en dos partes. La Parte I evalúa el desempeño del país en las distintas dimensiones de la Agenda 2030. La Parte II presenta una evaluación en profundidad de cuatro áreas críticas para el desarrollo de el Salvador: (i) favorecer una transformación productiva, (ii) gestionar los recursos hídricos de manera más eficaz y sostenible, (iii) invertir en educación y competencias, y (iv) fortalecer la gobernanza pública. En cada una de estas áreas, el informe presenta recomendaciones y planes de acción detallados para ir del análisis a la acción.
Este informe es el resultado de un esfuerzo conjunto, liderado por el Centro de Desarrollo de la OCDE, con la participación del Centro para el Bienestar, la Inclusión y la Igualdad de Oportunidades, la Dirección de Gobernanza Pública, el Departamento de Economía y la Direccion de Medioambiente de la OCDE, con la colaboración y el apoyo de la Secretaría de Comercio e Inversiones de la Presidencia de la República de El Salvador, y el apoyo financiero de la Unión Europea y del Gran Ducado de Luxemburgo.