La historia del desarrollo de El Salvador es rica en experiencias novedosas y lecciones aprendidas. El proceso de paz que puso fin a 12 años de guerra civil en 1992 con la mediación de la ONU es una referencia mundial. El rápido impulso reformista que siguió, estableciendo un modelo económico orientado a la exportación y al sector privado, ayudó al país a realizar grandes avances económicos. Las innovaciones en política social, como el desarrollo de instituciones educativas gestionadas por la comunidad, han inspirado soluciones en todo el mundo en desarrollo. Ninguna de estas experiencias en políticas públicas fue perfecta, y algunas de ellas no cumplieron plenamente las expectativas. Pero todas son testimonio de la visión y el compromiso de quienes buscaron soluciones de política pública para mejorar la vida de sus conciudadanos.
A pesar de los grandes avances logrados desde el final de la guerra civil —una democracia liberal, la estabilidad macroeconómica y un descenso a largo plazo de la desigualdad económica y la pobreza— perduran importantes desafíos en materia de desarrollo: acelerar el crecimiento económico, crear más y mejores puestos de trabajo para los jóvenes, mejorar la oferta de educación y sanidad y gestionar mejor los frágiles recursos naturales. En el pasado reciente, la polarización política y los altos niveles de violencia obstaculizaron, y a veces impidieron, las reformas necesarias.
El Estudio Multidimensional de El Salvador: Prioridades estratégicas para un desarrollo sólido, inclusivo y sostenible identifica cuatro áreas críticas para la acción de las políticas públicas en El Salvador. En primer lugar, facilitar la transformación productiva, mejorando la infraestructura y proporcionando bienes públicos complementarios a la inversión, como, por ejemplo, una mejor administración y una política industrial más eficaz y moderna. En segundo lugar, invertir en la educación y la formación de los jóvenes, manteniendo los niveles de gasto público en educación, y a través de un cuerpo docente mejor gestionado y equipado, y contenidos más pertinentes para los estudiantes y las necesidades del país. En tercer lugar, mejorar la gestión de los recursos hídricos, basándose en la recientemente adoptada Ley General de Recursos Hídricos, buscando soluciones localmente, a nivel de cuenca hidrográfica, y fijando un precio adecuado al agua, que permitir la inversión en abastecimiento de agua y saneamiento. En cuarto lugar, modernizar el Estado mediante la digitalización y la institucionalización de funciones gubernamentales clave, como el apoyo a la toma de decisiones estratégicas, la gestión de los recursos humanos y la agenda de gobierno abierto.
Este Estudio Multidimensional, combina análisis de vanguardia con procesos participativos para diagnosticar los principales retos de desarrollo de El Salvador y ofrecer soluciones viables de políticas públicas, apoyándose en la experiencia y el conocimiento del conjunto de la OCDE. Se preparó en estrecha colaboración con el Gobierno de El Salvador, con el apoyo de la Unión Europea y el Gran Ducado de Luxemburgo. Documenta un proceso llevado a cabo en circunstancias extraordinarias, interrumpido por la pandemia del COVID-19 y ejecutado mientras el país experimentaba cambios de gran calado. Durante el proceso de realización del estudio, una serie de talleres de políticas públicas aumentaron la pertinencia de las recomendaciones y permitieron compartir los resultados con responsables de la formulación de políticas en etapas decisivas de la preparación de reformas, creando espacios para el diálogo de políticas sobre temas de desarrollo cruciales para El Salvador.
La configuración política surgida de las elecciones presidenciales de 2019 y las elecciones legislativas de 2021 ha dado paso a un intenso período de reformas y experimentación de políticas públicas. Ofrece una oportunidad para resolver cuestiones pendientes desde hace muchos años y reconstruir los cimientos del contrato social. La actual mayoría parlamentaria otorga mucho margen de acción a la administración; un apoyo y un diálogo amplios sobre las reformas clave pueden garantizar que éstas conduzcan a una transformación sostenible del país.
Ragnheiður Elín Árnadóttir
Directora
Centro de Desarrollo de la OCDE
Álvaro Pereira
Economista jefe de la OCDE en funciones
Romina Boarini
Directora
Centro de la OCDE para el
Bienestar, la Inclusión y la
Igualdad de Oportunidades
(WISE)