La concesión de licencias y aprobaciones para proyectos mineros es particularmente vulnerable a la corrupción, independientemente de la etapa de desarrollo económico del país, el contexto político, la región geográfica o el tamaño y madurez de sus sectores mineros (TI, 2017[61]; OCDE, 2021[62]; EITI, 2023[59]). Los titulares de cargos públicos que trabajan en procesos de concesión de licencias corren el riesgo de una influencia indebida, ya que algunas empresas están respondiendo a una mayor demanda buscando un trato o acceso preferentes para acelerar los procesos de concesión de licencias o para ocultar o compensar las solicitudes engañosas o inadecuadas (TI, 2022[63]). Estos riesgos en el proceso de concesión de licencias son especialmente graves cuando hay una mayor toma de decisiones discrecionales, criterios de evaluación poco claros u oportunidades limitadas para el escrutinio y la participación del público. Del mismo modo, los reguladores y los responsables políticos están bajo presión para relajar las normas regulatorias a fin de mejorar las oportunidades de inversión. Ejemplos de titulares de cargos públicos con estrechos vínculos con la industria minera son comunes, y en algunos casos parecen haber llevado a cambios normativos o legislativos para favorecer proyectos mineros particulares (Resimić, 2022[34]). Los gobiernos también están impulsando cada vez más los requisitos de contenido local, en los que las empresas mineras extranjeras deben asociarse con proveedores locales o procesadores y refinerías nacionales (OCDE, 2021[62]). Ha habido ejemplos de titulares de cargos públicos que presionan a las empresas mineras para que se asocien con empresas locales favorecidas o con aquellas que tienen estrechos vínculos políticos o familiares (Resimić, 2022[34]; TI, 2022[63]). Ha habido asimismo casos de soborno relacionados con la adquisición de contratos de infraestructura energética, por ejemplo, para la construcción de represas o plataformas, acuerdos de comercio de productos básicos y corrupción en las operaciones de exportación. Muchas investigaciones de estos casos implicaban a empresas de propiedad estatal que tenían derechos para extraer o comercializar hidrógenos y minerales. Los casos de corrupción en estos sectores suelen ser sumamente complejos y transnacionales, y afectan a varias jurisdicciones.
Los países de la OCDE a lo largo de toda la cadena de suministro, incluidos los secundarios, están experimentando un auge de cabildeo en relación con los minerales de transición. Las estimaciones sugieren que las empresas mineras y las empresas que dependen de los minerales de transición gastaron más de 21 millones de euros al año haciendo cabildeo sobre la Comisión Europea desde 2014 (Friends of the Earth, 2023[64]). En los Estados Unidos, más de 30 compañías de minerales y baterías han contratado empresas de cabildeo por primera vez bajo la administración actual (Politico, 2023[65]). Este cabildeo está dirigido a una serie de cuestiones. Una de ellas son las ambiciones climáticas anunciadas y esperadas por los propios gobiernos, ya que las empresas buscan dar forma a objetivos y reducir las incertidumbres en torno a posibles futuros que podrían obstaculizar sus decisiones de inversión y causar desequilibrios entre la oferta y la demanda (AIE, 2021[56]). Los esfuerzos del cabildeo también han tenido como objetivo dar forma y mejorar el acceso a los miles de millones de dólares asignados por las iniciativas de los gobiernos de la OCDE para estimular la transición verde, como las garantías de préstamos o los incentivos fiscales para las industrias verdes (Friends of the Earth, 2023[64]; Politico, 2023[65]). En otros casos, empresas y particulares de la cadena de suministro de minerales han hecho cabildeo a los gobiernos de la OCDE para que levanten las sanciones que se les aplican por irregularidades. Este cabildeo se ha centrado en las conexiones tanto en los países productores como en los países de la OCDE (CBS News, 2022[66]). Y hay una mayor presión sobre los gobiernos en relación con la negociación de alianzas estratégicas con los países productores, la designación de nuevos minerales de transición (especialmente el cobre), la inversión en capacidades de refinado y reciclaje, o mejoras en la infraestructura nacional común y el acceso a terrenos industriales (Australian Financial Review, 2023[67]; The Africa Report, 2023[68]; Bloomberg, 2023[69]; Friends of the Earth, 2023[64]).