Garantizar la transparencia y la integridad en la financiación de los partidos políticos y las campañas electorales es crucial para la elaboración de políticas eficaces y democracias fuertes. Las contribuciones financieras permiten a las personas y entidades canalizar su apoyo a los candidatos, los partidos políticos y las cuestiones particulares que les interesan. Son un recurso necesario para que los candidatos y los partidos se presenten a elecciones y difundan ideas y manifiestos, facilitando la competencia y la toma de decisiones en las elecciones y campañas electorales (OCDE, 2020[12]).
Sin embargo, la financiación de los partidos políticos también puede plantear riesgos significativos para la integridad de la toma de decisiones. Si no hay una regulación adecuada de la financiación de los partidos políticos y las campañas electorales, el dinero puede convertirse en un instrumento de influencia indebida y de captura de políticas. Estos riesgos han salido a la luz recientemente en el contexto de la oposición a las iniciativas verdes y la garantía de los derechos mineros, y en los estudios de los intentos de los Estados extranjeros de manipular los procesos democráticos en los países de la OCDE (Resimić, 2022[34]; Graham, Daub and Carroll, 2017[35]; Vandewalker and Norden, 2021[36]; Intelligence and Security Committee of Parliament, 2023[37]).
Este capítulo analiza cómo funcionan algunos de los mecanismos clave de los países de la OCDE para gestionar la transparencia y la integridad en el financiamiento; y muestra que:
Las donaciones anónimas siguen siendo una grave preocupación en muchos países de la OCDE.
Muchos partidos políticos no cumplen con las normas de transparencia.
En resumen, es necesario actualizar las normas e instituciones de financiamiento político existentes, ya que fueron diseñadas para proteger a las democracias en un contexto nacional décadas atrás, y no han evolucionado para protegerse de la influencia extranjera y los riesgos de corrupción transnacional.