América Latina y el Caribe (ALC) se está recuperando de un escenario macroeconómico complejo. Este capítulo explora el panorama económico de los países evaluados de AL9 entre 2020 y 2023, proporcionando información sobre el mercado laboral, la informalidad y el papel fundamental de las PyMEs para impulsar una recuperación inclusiva, resiliente y sostenible. Además, incluye una sección dedicada al emprendedurísmo femenino, destacando su importancia en la reactivación económica de la región.
Índice de Políticas para PyMEs: América Latina y el Caribe 2024
1. Contexto económico en América Latina y el Caribe
Resumen
Panorama
Contexto Económico
América Latina y el Caribe (ALC) se está recuperando de un complejo escenario macroeconómico. En 2023, la región experimentó una desaceleración del crecimiento económico y del volumen comercial, junto con una inflación persistente que superaba los niveles prepandémicos, una situación fiscal difícil, una escalada de los tipos de interés y un bajo crecimiento del empleo formal, elementos definitorios de la política económica durante ese año. A este complejo escenario interno se sumaron las incertidumbres financieras mundiales y una desaceleración general del crecimiento y el comercio mundiales (ECLAC, 2023[1]). En un contexto más amplio, ALC mantuvo una senda de bajo crecimiento, con una tasa del 2,3% en 2023, frente al 4,1% de 2022 (véase Cuadro 1.1).
Cuadro 1.1. Crecimiento del PIB real de los países seleccionados (2019-2023)
Crecimiento del PIB real (%) |
2019 |
2020 |
2021 |
2022 |
2023 |
---|---|---|---|---|---|
Argentina* |
-2.0 |
-9.9 |
10.7 |
5.0 |
-1.8 |
Brasil* |
1.2 |
-3.6 |
5.3 |
3 |
2.9 |
Chile* |
0.7 |
-6.4 |
11.9 |
2.5 |
0.0 |
Colombia* |
3.2 |
-7.3 |
11.0 |
7.3 |
1.2 |
Ecuador** |
0.0 |
-7.8 |
4.2 |
2.9 |
1.4 |
México* |
-0.3 |
-8.7 |
5.8 |
3.9 |
3.2 |
Paraguay** |
-0.4 |
-0.8 |
4.0 |
0.1 |
4.5 |
Perú* |
2.3 |
-10.8 |
13.3 |
2.7 |
0.5 |
Uruguay** |
0.7 |
-6.3 |
5.3 |
4.9 |
1.0 |
AL9 |
0.6 |
-6.9 |
8.3 |
3.4 |
1.5 |
ALC** |
0.2 |
-7.0 |
7.3 |
4.1 |
2.3 |
Nota: AL9 se refiere a la media simple de los 9 países de ALC.
Fuente: Elaboración de los autores a partir de * (OECD, 2024[2]) ** (IMF, 2024[3]).
A pesar de las políticas monetarias restrictivas y de la caída de los precios de las materias primas, la inflación regional persistió por encima de los niveles anteriores a la pandemia. Tras los efectos inflacionistas de las restricciones a la movilidad durante y después de la pandemia, el panorama mundial se vio aún más afectado por la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania. En el primer semestre de 2022, el repunte de los precios de los alimentos, el petróleo y los costes del transporte, junto con las continuas interrupciones de las cadenas de suministro y la mayor volatilidad financiera, contribuyeron a un aumento de la inflación en las economías de ALC. En el segundo semestre de 2022 se observaron varios factores que condujeron a un descenso de la inflación regional, entre ellos la desaceleración de la demanda agregada interna, la conclusión de las políticas de apoyo a la demanda agregada aplicadas durante la pandemia, la adopción de políticas monetarias contractivas y el descenso de los precios mundiales de los alimentos y la energía. Esta tendencia persistió en el primer semestre de 2023, con una inflación del 4,9% en términos interanuales en junio de ese año (ECLAC, 2023[1]).
Los precios de los productos básicos, en particular los energéticos, experimentaron una tendencia a la baja desde el segundo semestre de 2022. En este cambio influyeron factores como un comienzo de año más frío de lo esperado en el hemisferio norte, que repercutió en los precios del gas natural y el carbón, y la desaceleración económica mundial, que afectó a la demanda global de energía. En particular, se prevé que en 2024 los precios de los productos básicos se mantengan más de un 30% por encima de los niveles medios registrados en 2019, antes del inicio de la pandemia (ECLAC, 2023[1]).
Mercado laboral en ALC
Aunque el número de personas empleadas aumentó un 2% en 2023 en comparación con 2022, la tasa de crecimiento se desaceleró en consonancia con la actividad económica. La CEPAL informa de un crecimiento del 1,4% en la tasa de empleo para 2023, una notable reducción respecto al 5,4% registrado en 2022. Se prevé que esta tendencia de menor creación de empleo continúe en 2024, con un crecimiento previsto del 1% (ECLAC, 2023[4]). Aunque la tasa de desempleo regional disminuyó de forma constante del 10,5% en 2020 al 6,3% en 2023, han surgido preocupaciones sobre las limitaciones de las medidas estándar del desempleo para captar la situación completa del mercado laboral. Se argumenta que unas medidas más amplias, que incluyan a las personas clasificadas como inactivas pero dispuestas a aceptar un empleo, pueden ofrecer una perspectiva más matizada de la situación del empleo. Una medida alternativa de la tasa de desempleo, que tiene en cuenta parte de la población inactiva, sugiere niveles hasta 7 puntos porcentuales superiores a las tasas registradas oficialmente. En 2023, esta tasa ajustada alcanzó el 7,2%, 0,9 puntos porcentuales por encima de la tasa registrada (ECLAC, 2023[4]). De cara al futuro, se espera que la tasa de desempleo regional para 2024 aumente entre el 6,5% y el 6,8% (ILO, 2024[5]).
Informalidad
En 2019, uno de cada dos ocupados en ALC tenía un empleo informal. Al inicio de la crisis de COVID-19, la tasa de informalidad disminuyó inicialmente debido a la importante pérdida de empleos, pero posteriormente, la mayoría de los empleos recuperados volvieron a ser informales (ILO, 2021[6]). A finales de 2021, la región contaba con una tasa de informalidad del 60% (ILO, 2021[6]). Aunque la tasa media de empleo informal disminuyó a partir del segundo semestre de 2021, la tendencia continuó en 2023, con una tasa media de empleo informal del 47,3%.
Cabe destacar que, desde el inicio de la pandemia de COVID-19 en la región, se han puesto en marcha diversas acciones directas para sostener las empresas, preservar el empleo, mitigar las pérdidas de ingresos de los hogares -en particular de los hogares vulnerables, principalmente en la economía informal- y generar nuevos puestos de trabajo. Inicialmente, la mayoría de los países respondieron con prontitud para paliar los efectos negativos sobre la economía y el empleo, poniendo en marcha programas destinados a proteger el empleo formal y compensar la pérdida de mano de obra y de ingresos de los hogares, especialmente en la economía informal. Al mismo tiempo, en varios países se han puesto en marcha medidas de apoyo a los ingresos durante todo este periodo, en un principio para hacer frente a la pérdida de ingresos laborales durante la fase más crítica de la pandemia, y más tarde para hacer frente a la escalada de la inflación y a la consiguiente disminución del poder adquisitivo de los ingresos laborales y familiares (ILO, 2022[7]).
Las PyME como motor de una recuperación inclusiva, resiliente y sostenible
Las PyME desempeñan un papel crucial a la hora de impulsar la recuperación económica tras las crisis, incluido el impacto de la pandemia de COVID-19 y retos más recientes como las interrupciones de la cadena de suministro y la escalada de los costes energéticos derivados de la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania. El fomento de las PyMEs no sólo facilita la innovación, necesaria para aprovechar nuevas oportunidades e impulsar la productividad, sino que también aborda los retos de la sociedad. Este énfasis en el espíritu empresarial se convierte en un imperativo para los gobiernos de todo el mundo (GEM, 2023[8]).
En ALC, las PyMEs forman una parte fundamental del panorama empresarial, contribuyendo significativamente al desarrollo económico y a las estrategias de crecimiento. Dentro de la economía formal, las PyMEs representan el 99,5% de las empresas de la región, y las microempresas constituyen la mayoría, con un 88,4% (Dini and Stumpo, 2020[9]). Sin embargo, la región se enfrenta a retos como los bajos niveles de productividad de las PyMEs, quienes sólo generan una cuarta parte del PIB regional (CAF, 2018[10]). Factores como las limitadas capacidades productivas, la informalidad y la especialización en materias primas contribuyen a esta brecha de productividad, ya que casi el 50% de las PyMEs operan en la informalidad y se enfrentan a limitaciones para acceder a recursos humanos cualificados, infraestructuras y capacidades de gestión y tecnológicas (ILO, 2022[11]).
En toda ALC se ha producido un estancamiento constante tanto de la Productividad Laboral (PL) como de la Productividad Total de los Factores (PTF) desde antes de la pandemia de COVID-19. De 2013 a 2018, la productividad laboral en la región experimentó un aumento medio anual de sólo el 0,4%, significativamente por debajo de la tasa media del 1,7% anual registrada de 2003 a 2008. Esta tasa de crecimiento sitúa a la región en el segundo lugar más bajo entre las seis regiones de economías emergentes y en desarrollo a nivel mundial durante el periodo considerado (ILO, 2022[11]).
Los gobiernos de ALC han identificado la promoción de las PyMEs como una prioridad política. Las PyMEs han permanecido en el centro de las agendas de los países para impulsar el crecimiento económico, reducir la pobreza y la desigualdad, e integrar a las PyMEs en el componente fundamental y dinámico de la estructura productiva. En ALC, el Estado ha desempeñado un papel fundamental en la promoción de las PyMEs, y sus políticas tienen un impacto directo en su evolución. Unas políticas públicas bien diseñadas, aplicadas, supervisadas y evaluadas pueden contribuir a mejorar el entorno empresarial y a crear las condiciones necesarias para que las PyMEs crezcan y prosperen.
Además, el desarrollo de las PyMEs es una marcada prioridad para los responsables políticos, ya que las PyMEs no sólo impulsan el crecimiento económico, sino que también contribuyen significativamente a la creación de empleo, la reducción de la pobreza y la lucha contra la desigualdad. Esto requiere un marco de políticas públicas que se dirija a diversos segmentos de la población de PyME a través de una serie de iniciativas (OECD/CAF, 2019[12]). De la misma manera, la percepción de los ciudadanos hacia las empresas desempeña un papel crucial, ya que estas entidades son cruciales para la transformación productiva y constituyen fuentes clave de inversión. Por lo tanto, los gobiernos de la región deberían aplicar activamente una serie de políticas destinadas a animar a las PyMEs a impulsar la inversión y a contratar nuevos empleados.
El apoyo a las PyMEs puede justificarse por la existencia de externalidades positivas derivadas de su capacidad asociativa para generar demanda de bienes y servicios de otros sectores productivos. En este caso, estos atributos positivos sirven de argumento para apoyar la aparición y el desarrollo de las PyMEs. Un segundo grupo de argumentos se basa en cuestiones de equidad, dado que las PyMEs representan un alto porcentaje de la mano de obra, especialmente de la menos cualificada y con oportunidades de empleo más limitadas. Apoyar el crecimiento, la tecnificación y el desarrollo productivo de las PyMEs puede considerarse un mecanismo para mejorar los medios de subsistencia de quienes obtienen sus ingresos de las actividades comerciales de estas empresas. Los gobiernos de ALC han diseñado políticas en este sector con tres objetivos principales: la creación de empleo, la resolución de fallos del mercado y el aumento de la competitividad. Además, en estas políticas se han propuesto otros objetivos, como el desarrollo del capital humano y empresarial y de las capacidades de innovación. Estos planes de fomento abarcan diversos ámbitos políticos, como se resume en la Figura 1.1.
Emprendedurísmo Femenino
Las mujeres empresarias de la región están desafiando las barreras tradicionales de género y encabezando iniciativas empresariales de éxito en diversos sectores. En cuanto a la autonomía económica en ALC, una de cada dos mujeres está excluida del mercado laboral, mientras que en el caso de los hombres es una de cada cuatro. Además, una de cada tres mujeres no tiene ingresos propios, frente a uno de cada diez hombres (ECLAC, 2023[1]). Sin embargo, en los últimos años se ha observado un aumento de la participación económica de las mujeres y una creciente concienciación sobre la importancia de promover la igualdad de oportunidades, que se refleja en la modificación de las agendas públicas regionales en las que la reducción de la brecha de género es una prioridad (GEM, 2023[8]). Este compromiso se ve reforzado por la decisión de los países de incorporar, por primera vez, un enfoque de integración de la perspectiva de género en la segunda edición del Índice de Política para PyMEs (SME PI).
En este sentido, se anima a los gobiernos regionales a prestar atención a la promoción de programas que apoyen la consecución de los ODS, centrándose especialmente en el Objetivo Cinco. Este objetivo hace hincapié en proporcionar a las mujeres y las niñas igualdad de acceso a la educación y la atención sanitaria, oportunidades de trabajo decente y representación en los procesos de toma de decisiones políticas y económicas. Los programas de políticas públicas sensibles al género pueden desempeñar un papel crucial en la creación de un entorno propicio para que las mujeres creen y hagan crecer sus empresas. Las áreas clave que deben abordar las políticas públicas para apoyar la iniciativa empresarial femenina incluyen el acceso a la financiación, la educación y la formación, y la eliminación de las barreras legales y normativas.
Referencias
[10] CAF (2018), América Latina: en busca de pymes más competitivas, https://www.caf.com/es/actualidad/noticias/2016/06/america-latina-en-busca-de-pymes-mas-competitivas/.
[9] Dini, M. and G. Stumpo (2020), Mipymes en América Latina: un frágil desempeño y nuevos desafíos para las políticas de fomento, https://repositorio.cepal.org/server/api/core/bitstreams/2c7fec3c-c404-496b-a0da-e6a14b1cee48/content.
[4] ECLAC (2023), Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe, https://repositorio.cepal.org/server/api/core/bitstreams/3134f367-6f78-4e17-b22c-2120d1a73df1/content.
[1] ECLAC (2023), Estudio Económico de América Latina y el Caribe. El financiamiento de una transición sostenible: inversión para crecer y enfrentar el cambio climático, https://repositorio.cepal.org/server/api/core/bitstreams/4a7c3fb9-83f3-45e3-94e1-35318fa65fbd/content.
[8] GEM (2023), Global Entrepreneurship Monitor 2022/2023 Global Report. Adapting to a “New Normal”, https://www.gemconsortium.org/reports/latest-global-report.
[5] ILO (2024), World Employment and Social Outlook Trends 2024, https://doi.org/10.54394/HQAE1085.
[7] ILO (2022), 2022 Labour Overview of Latin America and the Caribbean, https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---americas/---ro-lima/documents/publication/wcms_867497.pdf.
[11] ILO (2022), Informe Regional Productividad. Transición digital, cambio tecnológico y políticas de desarrollo productivo en ALC: desafíos y oportunidades, https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---americas/---ro-lima/documents/publication/wcms_847153.pdf.
[6] ILO (2021), 2021 Labour Overview of Latin America and the Caribbean, https://www.oitcinterfor.org/sites/default/files/file_publicacion/plaboral2021.pdf.
[3] IMF (2024), World Economic Outlook Update, January 2024: Moderating Inflation and Steady Growth Open Path to Soft Landing, https://www.imf.org/en/Publications/WEO/Issues/2024/01/30/world-economic-outlook-update-january-2024.
[2] OECD (2024), Real GDP forecast (indicator), https://doi.org/10.1787/1f84150b-en (accessed on 25 June 2024).
[12] OECD/CAF (2019), América Latina y el Caribe 2019: Políticas para PYMEs competitivas en la Alianza del Pacífico y países participantes de América del Sur, OECD Publishing, Paris, https://doi.org/10.1787/60745031-es.
[13] UNCTAD (2021), Informe sobre el Comercio y el Desarrollo 2021 de la UNCTAD: de la recuperación a la resiliencia: ¿juntos codo con codo o sucumbir uno tras otro?, https://unctad.org/es/press-material/informe-sobre-el-comercio-y-el-desarrollo-2021-de-la-unctad-de-la-recuperacion-la.