La transformación digital de las PyMEs ofrece importantes oportunidades de crecimiento y eficiencia. A través de la digitalización, las PyMEs pueden mejorar sus operaciones, automatizar procesos y mejorar la relación con los clientes, lo que se traduce en una mayor productividad y competitividad. El aprovechamiento de tecnologías como la computación en la nube, el análisis de datos y los dispositivos IoT permite a las PyMEs optimizar las cadenas de suministro, reducir costes y competir eficazmente con empresas más grandes, fomentando la innovación y la mejora del rendimiento (OECD, 2021[1]). La brecha de digitalización entre las grandes y las pequeñas empresas contribuye significativamente a la sustancial disparidad de productividad observada entre las PyMEs y las grandes corporaciones, una discrepancia que es notablemente pronunciada en los países de América Latina y el Caribe (ALC) (OECD/CAF, 2019[2]). La importancia de la digitalización de las PyMEs ha cobrado mayor relevancia entre los responsables de la formulación de políticas, en particular tras la pandemia del COVID-19. Esto es evidente en la decisión de incluir la Digitalización como una dimensión en el Índice de Políticas para PyMEs (SME PI), mostrando su influencia.
Esta nueva dimensión evalúa el estado de las condiciones marco seleccionadas para la transformación digital en los países de ALC basándose en la metodología SME PI de los países socios del Europa del este (OECD/EBRD, 2023[3]), analizando i) el marco político general (la estrategia digital nacional o equivalente), ii) la conectividad de banda ancha y iii) las habilidades digitales.
En consecuencia, el marco de evaluación se compone de los siguientes elementos (véase Figura 10.1):
La estrategia nacional de digitalización se centra en la existencia de un documento político específico destinado a acelerar la transformación digital. Esta evaluación abarca las medidas previstas, incluidas las adaptadas a las PyMEs, así como las consideraciones relativas a la presupuestación, los objetivos definidos y las prácticas de monitoreo. Además, explora los mecanismos de coordinación establecidos entre entidades/actores públicos y privados tanto para el diseño como para la implementación de la política de transformación digital.
La conectividad de banda ancha evalúa los esfuerzos destinados a ampliar el acceso a Internet de alta velocidad para particulares y empresas, incorporando políticas específicas. El análisis incluye un examen de las inversiones públicas en infraestructuras, los incentivos dirigidos a los hogares, las empresas y los proveedores de banda ancha, y las disposiciones relacionadas con la tecnología 5G. Además, se hace hincapié en la eficacia de la recopilación de datos y en una evaluación de las brechas digitales para calibrar el éxito general de las iniciativas de conectividad de banda ancha.
Las habilidades digitales evalúan las políticas destinadas a fomentar la alfabetización digital de los ciudadanos de todas las edades. Este examen abarca el análisis de documentos políticos, el compromiso y la coordinación de las partes interesadas pertinentes y las iniciativas para integrar la competencia digital en los programas escolares. Además, investiga la oferta de oportunidades de aprendizaje permanente para el desarrollo de las habilidades digitales. Se presta especial atención a la eficacia de la recogida de datos sobre los niveles de habilidades digitales y las prácticas de monitoreo y evaluación.