Los gobiernos se endeudan para financiar gastos que superan sus ingresos. La deuda puede utilizarse para financiar tanto gastos corrientes como inversiones. Sin embargo, tiene un costo en forma de pago de intereses. Por lo tanto, debe basarse en una evaluación objetiva de las carencias de la capacidad económica, necesidades de infraestructura, prioridades sectoriales y sociales, y en una cuidadosa evaluación de costos y beneficios. El costo de la deuda, el acceso a los mercados de capitales y los niveles de capacidad de endeudamiento varían según el país, por lo que el impacto de la deuda es contextual.
En 2022, la deuda en los países de América Latina y el Caribe (ALC) fue en promedio 66% del producto interno bruto (PIB). Esta cifra es superior a la de 2019 (64%), pero bastante inferior a la de los países de la OCDE (109.8%). Barbados (123%) y Surinam (120%) tienen las ratios más elevadas, seguidos de Brasil (85%) y Argentina (85%) (Gráfico 10.8). Entre 2019 y 2020, las ratios medias de deuda con respecto al PIB aumentaron 9.7 puntos porcentuales (p.p.) en ALC debido a la combinación de un mayor endeudamiento durante la pandemia de COVID-19 y la contracción de las economías. Luego disminuyeron durante dos años, y en 2022 se aproximaron a los niveles prepandemia. Esto fue impulsado por un repunte económico y un aumento de la inflación, a pesar de los déficits fiscales en curso. No obstante, a largo plazo, la carga de la deuda ha aumentado considerablemente. Tras permanecer estable en 46% del PIB en el período 2007-13, la ratio sigue aumentando (Gráfico 10.9).
La deuda per cápita en ALC equivale en promedio a USD 12 963 PPA, una quinta parte del promedio de la OCDE (USD 65 858 PPA). En términos nominales, aumentó en promedio USD 1 997 PPA entre 2019 y 2022 (Gráfico 10.10). Casi todos los países aumentaron la deuda pública per cápita durante este período. Los niveles fueron significativos en Bolivia (USD 2.541 PPA) y Surinam (USD 4.677 PPA), donde los desequilibrios fiscales pospandémicos permanecen altos (FMI, 2022). Guyana tuvo el mayor crecimiento de la deuda pública real per cápita (67.8%) entre 2019 y 2020; sin embargo, como a la vez estaba experimentando un crecimiento económico récord impulsado por la producción de petróleo en rápida expansión, la deuda como proporción del PIB se redujo en 18 p.p. Paraguay (40.1%) y Surinam (45.6%) experimentaron aumentos de la deuda pública real per cápita debido a la caída de los ingresos y al aumento del gasto durante la pandemia. En toda la región, en promedio, la deuda pública real per cápita aumentó un 6.4% entre 2019 y 2022, disminuyendo alrededor de un 1% anual en 2021 y 2022 en medio de opciones de financiamiento limitadas y el aumento de los costos de endeudamiento externo (Gráfico en línea F.7.2). Los desafíos estructurales y el estancamiento del crecimiento significan que se espera que los niveles y el costo de la deuda sigan siendo altos en los próximos años (OCDE, 2022).