La confianza se define como la creencia de una persona de que otra persona o institución actuará de forma consistente con sus expectativas de comportamiento positivo. La confianza en el gobierno es un concepto multidimensional que proporciona una medida general de cómo perciben las personas la actuación y valores de las instituciones públicas en los países democráticos (OCDE, 2022; Brezzi et al., 2021). La confianza mutua y en las instituciones públicas puede mejorar la cohesión social, fomentar el compromiso político e impulsar el crecimiento económico tanto directamente, reduciendo los costos de transacción, como indirectamente, por ejemplo, creando un entorno fiable para la inversión (OCDE, 2022; Keefer y Scartascini, 2022; Brezzi et al., 2021). Por el contrario, la falta de confianza reduce, por ejemplo, la colaboración y la innovación dentro de las organizaciones de los sectores público y privado. Por ello, es importante que los países comprendan qué factores impulsan la confianza en las instituciones públicas (OCDE, 2022). A pesar de la falta de datos sobre los factores que influyen en la confianza en las instituciones públicas en América Latina, investigaciones recientes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) muestran elementos que pueden afectar positivamente la confianza de la población en el gobierno y la capacidad gubernamental para afrontar las crisis. Entre estas, una mayor claridad sobre lo que los ciudadanos pueden esperar de sus gobiernos, reformas en el sector público que permitan a los gobiernos cumplir sus promesas, y reformas institucionales que refuercen los compromisos ciudadanos (Keefer y Scartascini, 2022).
En promedio, 36.3% de la población de los 16 países de América Latina y el Caribe (ALC) con datos disponibles reportó confiar en su gobierno nacional en 2022, 3.9 puntos porcentuales (p.p.) menos que en 2008 y 11 p.p. menos que el promedio de la OCDE (47.5%), según Encuesta Mundial Gallup. La confianza en las instituciones públicas varía entre los países debido a factores culturales, socioeconómicos e institucionales. El porcentaje de la población que confía en su gobierno varía en la región, con Costa Rica (60%) y México (53%) con altos niveles de confianza en 2022. Entre 2008 y 2022, la confianza aumentó más en Costa Rica (24 p.p.) y México (12 p.p.) (Gráfico 2.1).
La confianza también varía según los grupos de edad en ALC; en promedio, los jóvenes tienden a confiar menos en el gobierno que la población de mayor edad. En 2022, en promedio, 34.5% de la población entre 15 y 29 años en los países de ALC confiaba en el gobierno nacional, en comparación con el 43.1% de los mayores de 50 años. En 2022, las mayores diferencias de confianza entre las cohortes de mayor y menor edad se dieron en República Dominicana (26 p.p.), México (17 p.p.) y Colombia (14 p.p.) (Gráfico 2.2).
La confianza es un indicador importante para medir cómo perciben los ciudadanos la calidad de las instituciones gubernamentales en los países democráticos y cómo se relacionan con ellas. Aunque la confianza no es en sí misma un resultado necesario de la gobernanza democrática, se requiere un cierto nivel de confianza para que los gobiernos lleven a cabo reformas del sector público con éxito. Se necesitan mejores datos sobre los niveles y los motores de la confianza en ALC para desentrañar su multidimensionalidad y permitir a los gobiernos proponer y ajustar sus acciones con el objetivo de ganarse la confianza de sus ciudadanos.