Los datos utilizados para los índices compuestos de Gestión de Recursos Humanos (GRH) proceden de la Encuesta 2022 de la OCDE-BID sobre liderazgo y capacidad del servicio público y de la Encuesta OCDE-BID 2022 sobre la composición de la fuerza laboral en los gobiernos centrales/federales. los encuestados fueron predominantemente altos funcionarios de departamentos de GRH del gobierno central, y los datos se refieren únicamente a las prácticas de GRH a nivel del gobierno central.
Cada índice compuesto se basa en un marco teórico que representa un concepto comúnmente aceptado en el ámbito que cubre. El marco teórico de estos indicadores se refiere a principios específicos de la Recomendación de la OCDE sobre Liderazgo y Capacidad en la Función Pública (PSLC, por sus siglas en inglés), que representa un consenso internacional sobre las normas para un servicio público adecuado a sus funciones. Cada índice se elabora en estrecha colaboración con expertos y es revisado y validado por los delegados del Grupo de Trabajo sobre Empleo y Gestión Públicas.
Se han desarrollado tres índices compuestos para medir el desarrollo y los dilemas actuales de la GRH en el sector público sobre la mejor forma de gestionar los recursos humanos en el sector público en el siglo XXI, como por ejemplo el alcance de las prácticas proactivas de contratación y la gestión de la función pública de alto nivel. Las variables que componen los índices se seleccionaron en función de su relevancia para el concepto.
Al hacer comparaciones entre países, es importante tener en cuenta que las definiciones del servicio civil, así como las organizaciones gobernadas a nivel central de gobierno, pueden diferir de un país a otro.
Se han realizado numerosos análisis estadísticos para garantizar la validez y fiabilidad de los indicadores compuestos. Las preguntas de la encuesta utilizadas para crear los índices son las mismas en todos los países, lo que garantiza que los índices sean comparables. En la base de datos sobre empleo y gestión públicos, los valores ausentes fueron a veces un problema. Se utilizaron diferentes técnicas para tratar los valores que faltaban en función de la naturaleza de la información faltante, incluida la sustitución de la media, el criterio de expertos y/o la exclusión del país del cálculo de cada indicador compuesto. Para eliminar los efectos de escala, todos los subindicadores y variables se normalizaron entre "0" y "1" antes del cálculo final del índice. Tras probar varias opciones de ponderación (incluida la ponderación igual y la ponderación factorial), y basándose en la opinión de expertos, el índice sobre Uso de Prácticas Proactivas de Contratación se construyó con ponderaciones iguales de los componentes; el índice sobre Gestión de la Alta Dirección Pública se construyó con ponderaciones iguales a las variables que componen cada subindicador y, después, con ponderaciones iguales a los subindicadores que componen el índice general. Para construir los compuestos, se agregaron todos los subindicadores utilizando un método lineal según la metodología acordada. También se emplearon algunas herramientas estadísticas (por ejemplo, el alfa de Cronbach) para establecer el grado de correlación entre el conjunto de variables que componen cada índice y comprobar la fiabilidad interna de los ítems de un modelo o encuesta. Esto implica que cada una de las variables incluidas en un índice tiene un valor intrínseco y captan el mismo concepto subyacente. Por último, se realizó un análisis de sensibilidad mediante simulaciones de Montecarlo para determinar la solidez de los indicadores ante distintas opciones de ponderación.