La representación de los jóvenes en la política es fundamental para reforzar su compromiso democrático y fomentar la participación de toda la sociedad para hacer frente a los retos comunes. La presencia de jóvenes en el legislativo, así como en otras funciones públicas, contribuye a desarrollar políticas inclusivas que tengan en cuenta y promuevan los intereses y las necesidades de las generaciones más jóvenes. Los responsables de la toma de decisiones más jóvenes pueden tener perspectivas, habilidades, experiencias y puntos de vista innovadores únicos sobre problemas que a veces pueden ser pasados por alto por los políticos de mayor edad. La diversidad de edad entre los responsables de la toma de decisiones también puede mejorar el compromiso cívico y la participación política entre los jóvenes, lo cual es crucial ya que tienden a votar menos que los grupos de mayor edad (OCDE, 2020). Cuando los jóvenes participan en el proceso político, pueden ejercer una influencia significativa sobre los resultados de las elecciones y, en consecuencia, sobre las políticas que moldean el presente y el futuro de su país.
En promedio, el 27% de los legisladores en América Latina y el Caribe (ALC) son jóvenes (40 años o menos); sin embargo, esta proporción varía ampliamente tanto entre países como dentro de un mismo país a lo largo del tiempo. Bolivia tiene la mayor proporción de legisladores jóvenes, con un 42% de los representantes en 2023. En algunos países representan entre el 5% y 15% de los legisladores, mientras que, en la mayoría de los países, los representantes de 40 años o menos representan entre el 24% y el 37% de los legisladores. Entre 2019 y 2023, el promedio en la región de ALC aumentó del 23% al 27%, en contraste con el promedio de la OCDE que se mantuvo estable en 23% durante el mismo período. Algunos países, como Bolivia, Surinam y Trinidad y Tobago, han registrado aumentos de al menos 15 puntos porcentuales (p.p.) en la proporción de legisladores jóvenes (Gráfico 12.11).
La edad media de los legisladores en los países de ALC es de 49 años, pero puede ser mucho mayor. Por el contrario, en Bolivia y Colombia la edad media de los legisladores es de 44 años. Hay pocos legisladores muy jóvenes, y casi todos los países de ALC tienen al menos un legislador menor de 30 años. El más joven tiene 19 años y forma parte del Congreso de Guatemala, mientras que los legisladores más jóvenes de Bahamas, Bolivia, Brasil y México tienen todos 22 años. Sin embargo, estos jóvenes legisladores son la excepción (Gráfico 12.12).
Aunque no es estrictamente necesario que la distribución por edades de los legisladores refleje la población a la que representan, las diferencias de representación pueden influir en la probabilidad de que los jóvenes participen en política. En los países de ALC, los jóvenes de 20 a 39 años representan el 48% de la población en edad de votar, pero solo el 27% de los legisladores, lo que supone una brecha de representación de 21 p.p. Hay diferencia entre países, ya que mientras en algunos hay una brecha de representación sobre los 40 p.p., en otros, la proporción de jóvenes en el legislativo se aproxima mucho a la de la población real en Chile (una diferencia de 10 p.p.), Surinam (10 p.p.) y Uruguay (8 p.p.) (Gráfico 12.13). En regiones como ALC, donde la población es muy diversa incluso dentro de un mismo país –y especialmente en países con población originaria como Brasil y México– resulta importante que el poder legislativo sea también representativo de las voces jóvenes de diferentes grupos y regiones (OCDE, 2022).