Una fuerza laboral compuesta por distintas edades puede contribuir a garantizar la combinación adecuada de competencias, la diversidad de puntos de vista y enfoques, y la continuidad de la fuerza laboral en el sector público. Si predomina una generación en la fuerza laboral, el sector público puede enfrentarse a retos diferentes según el grupo de edad. Cuando predomina una generación de edad avanzada, la falta de una sucesión oportuna puede representar un reto importante para la continuidad de las políticas públicas y los servicios, mientras que, si los servidores públicos pertenecen predominantemente a una generación más joven, podría ser necesario invertir más en el desarrollo de su carrera profesional. Por lo tanto, los gobiernos deben disponer de una fuerza laboral con diversidad generacional, que ayude a preservar el conocimiento institucional y, al mismo tiempo, permita una rotación ordenada a medida que se jubilen los servidores públicos de edad avanzada. Contar con una fuerza laboral balanceada en cuanto a edades en el gobierno central y en los diferentes puestos puede influir en la forma en que los gobiernos de América Latina y el Caribe (ALC) enfrentan retos actuales y futuros, al asegurar un amplio rango de perspectivas y experiencias, lo que puede conducir a una toma de decisiones más equilibrada y eficaz.
En promedio, todos los grupos de edad están representados en la fuerza laboral de los gobiernos centrales de los países de ALC, que tiene una edad promedio ligeramente más joven que la de los países de la OCDE. Los trabajadores de entre 18 y 34 años representan, en promedio, el 22% de la fuerza laboral del gobierno central en los países de ALC, frente a 19% en los países de la OCDE. Por ejemplo, en Belice el 44% de los empleados del gobierno central tiene menos de 35 años. Los trabajadores de 55 años o mayores conforman, en promedio, el 26% de la fuerza laboral en los países de la OCDE y el 21% en los países de ALC. Los trabajadores de edad intermedia (35-54 años) constituyen la mayor parte de la fuerza laboral del gobierno central tanto en los países de ALC (57%) como en los países de la OCDE (55%) (Gráfico 12.3).
Esta diversidad de edades no necesariamente se refleja en la distribución por edades de los distintos puestos de la administración pública en la región de ALC, como podría esperarse. Los funcionarios más jóvenes se encuentran al principio de su carrera, mientras que los puestos directivos requieren más experiencia, por lo que esos empleados suelen tener más edad. En promedio, entre los países de ALC encuestados, más del 90% de los altos cargos pertenecen a los grupos de edad intermedia (35-54 años) o avanzada (55 años o más). Se destaca Belice, ya que el 50% de sus altos directivos tienen menos de 35 años, lo que podría ser un reflejo de la población del país que es más joven en comparación con otros países de ALC. Los empleados más jóvenes de la administración central están más presentes en los puestos no directivos (23% de promedio en todos los países de ALC) que en los directivos (10%). En comparación con los demás países de ALC, Brasil presenta una distribución edad/puesto poco habitual, ya que el 82% de los empleados de la administración central en puestos de secretaría tienen 55 años o más (Gráfico 12.4).