Los gobiernos son responsables de llevar a cabo varias funciones cruciales por lo que requieren una fuerza laboral calificada y comprometida. Corresponde al gobierno decidir qué servicios deben prestar directamente las entidades públicas y cuáles deben prestarse mediante asociaciones con el sector privado u organizaciones sin fines de lucro. Como resultado, el tamaño y las funciones de la fuerza laboral del sector público difieren significativamente entre los países de la región de América Latina y el Caribe (ALC). Por ejemplo, en algunos países, el gobierno emplea a la mayoría de los profesionales de la salud, educadores y personal de respuesta a emergencias. En cambio, en otros países, estas funciones esenciales son desempeñadas principalmente por empleados de organizaciones privadas o sin fines de lucro. Esta diversidad de contextos evidencia los diferentes enfoques de la prestación de servicios y la asignación de personal en respuesta a los contextos socioeconómicos particulares de la región y a las expectativas de sus ciudadanos.
Según las estadísticas de la OIT, empleo en el sector público representaba en promedio el 11.6% del empleo total en los países de ALC en 2022, una proporción menor a la del promedio de los países de la OCDE (20.8%) en el mismo año. Sin embargo, estos promedios ocultan una variación significativa en el tamaño del empleo público entre los países de ALC. Por ejemplo, Trinidad y Tobago (22.8%) y Argentina (19.3%) registraron los niveles más altos de empleo público como porcentaje del empleo total en 2022. Por el contrario, Colombia y Guatemala registran los porcentajes más bajos entre los países latinoamericanos, donde menos del 6% de su fuerza laboral total pertenece al empleo público. En Colombia, por ejemplo, la mayoría de los trabajadores del sector de salud están empleados por organizaciones privadas, y no por el gobierno, lo que representa una parte del empleo privado de este país (Gráfico 12.1).
Entre 2011 y 2022, las tasas de empleo público aumentaron en 9 de los 18 países de ALC; los mayores incrementos se produjeron en Argentina y Belice, donde la proporción de empleo público creció en 3 puntos porcentuales (p.p.). En otros países, la proporción disminuyó significativamente entre 2011 y 2022, incluyendo en Trinidad y Tobago (-4 p.p.), Costa Rica (-3.7 p.p.) y Ecuador (-2.5 p.p.) (Gráfico 12.1).
El ritmo al que crece o disminuye la fuerza laboral pública ofrece alguna idea sobre la capacidad del sector público para adaptarse a los cambios de las necesidades sociales y las condiciones económicas, así como sobre su atractivo como empleador. Entre 2014 y 2021, el empleo en el sector público de la región de ALC creció en un promedio anual de 0.6%. Sin embargo, hubo tendencias diferentes entre los países. Por ejemplo, el empleo público creció significativamente en Chile (3.5%), Guatemala (4%) y Panamá (2.3%), mientras que se contrajo considerablemente en Barbados (-2,5%), Costa Rica (-1,4%) y Ecuador (-1,9%). Con las excepciones de Brasil (-0.1%) y Uruguay (-0.2%), el empleo total creció en todos los países de ALC durante este período, con un aumento promedio anual de 1.4% para la región. En unos pocos países, tanto el empleo público como el empleo total crecieron; por ejemplo, Guatemala tuvo la tasa de crecimiento promedio anual más alta del empleo en el sector público (4%) y la segunda tasa de crecimiento promedio anual más alta del empleo total (3.2%). Por el contrario, en la mayoría de los países en los que el empleo total creció entre 2014 y 2021, el empleo en el sector público tendió a reducirse o a aumentar más lentamente que el empleo total. Esto sugiere que en esos países el empleo se ha desplazado entre los sectores público y privado (Gráfico 12.2).