Los servicios públicos, como hospitales, escuelas y tribunales, afectan la vida de muchas personas y representan puntos en los que las personas interactúan con las instituciones públicas y el gobierno. La satisfacción es un indicador ampliamente utilizado para medir el desempeño del sector público desde la perspectiva del ciudadano o usuario. El término puede abarcar una serie de distintos aspectos de los servicios, como el acceso, la capacidad de respuesta y la calidad (Baredes, 2022). La satisfacción con los servicios públicos también influye en la confianza en el gobierno y en la función pública (OCDE, 2022). Además, el buen funcionamiento de los servicios públicos mejora la productividad al proporcionar educación y asistencia sanitaria esenciales, así como un sistema judicial sólido, factores que impulsan el crecimiento económico.
En promedio, el 66% de la población de América Latina y el Caribe (ALC) está satisfecha con el sistema educativo en 2022, similar al promedio de los países de la OCDE (67%) en el mismo año. En Nicaragua, más del 80% de la población está satisfecha con el sistema educativo, lo que lo convierte en el país con la tasa de satisfacción más alta de la región. Es notable que entre 2022 y 2011, la mayoría de los países de ALC solo han experimentado cambios menores en la satisfacción con el sistema educativo, o ninguno en absoluto. Sin embargo, hay algunas excepciones, como Brasil, donde la satisfacción con la educación ha mejorado en 9 puntos porcentuales (p.p.) desde 2011, con un 64% de la población satisfecha en 2022 (Gráfico 2.3).
En 2022, más de la mitad de la población de los países de ALC estaba satisfecha con el sistema de salud (53%). La media regional ha descendido ligeramente desde 2011 (-2.6 p.p.). Esto se debe a importantes caídas en la satisfacción en un número pequeño de países, a pesar de que en 10 de los 18 países encuestados se produjeron mejoras pequeñas o insignificantes. Se trata de un resultado sorprendente tras la pandemia de COVID-19. Los tres países con los niveles de satisfacción más altos son Costa Rica (70%), Nicaragua (67%) y El Salvador (63%), seguidos de Uruguay (63%), que tenía los índices de satisfacción más altos en 2011 (75%) (Gráfico 2.4).
Solo el 38% de los habitantes de la región de ALC declararon confiar en el sistema judicial en 2022, aunque se trata de una mejora con respecto a 2011, cuando la media era del 32%. Durante este período, la confianza de las personas en el poder judicial mejoró en 11 de los 18 países de ALC. Costa Rica (18 p.p.), Guatemala (10 p.p.) y Nicaragua (13 p.p.) mostraron aumentos significativos de confianza entre 2011 y 2022 (Gráfico 2.5). Cabe señalar que los servicios de justicia son utilizados por una proporción menor de la población que la salud y la educación. En consecuencia, es menos probable que la confianza en el sistema judicial y los tribunales se base en experiencias que en los casos de salud y educación.